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Ignacio de la Torre y Mier



¿Qué día cumple años Ignacio de la Torre y Mier?

Ignacio de la Torre y Mier cumple los años el 25 de julio.


¿Qué día nació Ignacio de la Torre y Mier?

Ignacio de la Torre y Mier nació el día 25 de julio de 1866.


¿Cuántos años tiene Ignacio de la Torre y Mier?

La edad actual es 158 años. Ignacio de la Torre y Mier cumplió 158 años el 25 de julio de este año.


¿De qué signo es Ignacio de la Torre y Mier?

Ignacio de la Torre y Mier es del signo de Leo.


José Ignacio Mariano Santiago Joaquín Francisco de la Torre y Mier (25 de julio de 18661 de abril de 1918) fue un empresario, hacendado y político mexicano que es recordado por estar emparentado con la familia del presidente Porfirio Díaz, al estar casado con la hija mayor de este, Amada Díaz. Es célebre por su presunta implicación en el episodio histórico conocido como el Baile de los cuarenta y uno.

Ignacio de la Torre nació el 25 de julio de 1866 en una casa del centro de la Ciudad de México. Era el menor de los siete hijos del empresario gaditano de azúcar Isidoro Fernando José Máximo de la Torre Carsí (1818-1881), fundador de la casa Jecker-Torre & Cía., responsable de emitir los bonos que serían pretexto de la intervención francesa; y su esposa María Luisa de los Ángeles Mier y Celis (1830-1866).

Una de sus hermanas, Susana de la Torre y Mier, contrajo matrimonio en 1881 en París, Francia, con el conde Majencio de Polignac; su hijo menor, Pedro de Polignac, casó en 1920 con la princesa Carlota de Mónaco, siendo padres del príncipe Raniero III de Mónaco.[1]

Su padre fue un hacendado de muy buena posición económica; llegó a poseer 10 fincas y vivía con su familia en el Palacio del Marqués del Apartado. Ignacio recibió una esmerada educación en los mejores colegios de México y Estados Unidos. Sus hermanos fueron Susana, Isidoro, Tomás, Concepción, María Guadalupe y Esperanza.

Como herencia de su padre, que murió en Francia el 28 de agosto de 1881, Ignacio recibió la hacienda de Santiago Tenextepango, en Ayala, Morelos. Era una de las más productivas de su tiempo, con una extensión de 16 mil hectáreas, la finca estaba dedicada a la producción de caña de azúcar. Después de la Guerra de Independencia de Cuba, el estado de Morelos comenzó a competir con Hawái y Puerto Rico; motivo por el cual De la Torre invirtió en infraestructura para sus tierras.

Tenía una casa de comercio con la que canalizaba hacia el exterior, la venta de sus productos, lo que hizo que se ganara el afecto del presidente Porfirio Díaz y de varios funcionarios públicos. Era propietario además de la hacienda de San Nicolás Peralta en Lerma, estado de México; cometiendo varios abusos como el de corregir el cauce de uno de los ríos que desembocaba en la laguna de Lerma, que desbordó cada año en el pueblo de San Francisco.

El 16 de enero de 1888 se casó con Amada Díaz, hija predilecta del presidente Porfirio Díaz, nacida de su relación con una indígena de Huamuxtitlán Guerrero de nombre Rafaela Quiñones. Ignacio había conocido a Amada, a la sazón pretendiente del general Fernando González Mantecón, hijo del compadre de Porfirio, Manuel González; en un baile celebrado en la primavera de 1887. Después de un breve cortejo, y un efímero noviazgo, recibieron la bendición del arzobispo Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos.

El matrimonio De la Torre-Díaz estuvo condenado al fracaso, pues su actitud escandalizaría a la sociedad y a la familia presidencial por sus costumbres licenciosas y por sostener relaciones homosexuales. Pese a ello, como parte de la familia de Don Porfirio, presenció las bodas de Porfirio Díaz (hijo) con Luisa Raigosa en 1897 y de Luz Díaz con Francisco Rincón Gallardo en 1899.

Su vida matrimonial era problemática, ya que tenían vidas separadas. Él vivía en una de las alas de su mansión de Reforma y solo se acompañaban cuando debían presentarse a los actos de sociedad y los del protocolo presidencial. Se cuenta que cierta ocasión en la que el presidente Díaz estaba en su domicilio visitando a Amada, De la Torre llegó ebrio e insultó a su esposa. La reacción del presidente no se hizo esperar, lo sacó literalmente a patadas del lugar.

El 18 de noviembre de 1901 la policía realizó una redada en lo que llegaría a conocerse como «baile de los cuarenta y uno», un baile de invertidos en la que la mitad de los hombres estaban travestidos. Corrió un rumor de que en realidad habían sido 42 los detenidos, siendo precisamente el número cuarenta y dos, Ignacio de la Torre, que habría sido salvado de ir a prisión por ser el yerno presidencial.

Con el apoyo de su suegro, fue elegido diputado de la XVI Legislatura del Congreso de la Unión de México al poco tiempo de casado, en 1892 fue nominado candidato a gobernador del Estado de México. Ignacio era además miembro de la dirección del Banco de Londres y México; sin embargo, su candidatura se vio atacada por su reputación de tener una vida licenciosa.

Por ello, De la Torre retiró su candidatura, lo que permitió que el general José Vicente Villada se reeligiera como gobernador. Luego de este suceso, las relaciones con su suegro se limitaron a ser ceremoniosas y tirantes; y desde ese momento, cada vez que Ignacio viajaba al extranjero Díaz encomendaba a los cónsules mexicanos que lo vigilaran.

En la administración del presidente Francisco I. Madero, De la Torre mostró abiertamente su oposición hacia su régimen, financiando muchos de los diarios que lo atacaban e incluso, se vio implicado en el asesinato de este el 22 de febrero de 1913, porque rentó uno de sus coches al mayor Francisco Cárdenas, donde transportaron al vicepresidente José María Pino Suárez y a Madero a la penitenciaría de Lecumberri para asesinarlos.

Después de este hecho, dejó su mansión de Reforma y se fue a vivir a su quinta del Parque Lira en Tacubaya. Durante la revolución antihuertista de 1914, su mansión fue confiscada e Ignacio internado en la penitenciaría de Lecumberri por órdenes de Venustiano Carranza, bajo los cargos de difamación al gobierno de Madero y por apoyar el ilícito régimen de Victoriano Huerta.

Amada lo visitaba todos los días en prisión. Con la llegada de Zapata a la Ciudad de México, cuando éste se reunió con Francisco Villa, en un gesto de generosidad y en recuerdo de su previa relación laboral, lo sacó de la cárcel y lo mantuvo bajo la custodia de Gustavo Baz, quien le permitió que comerciara con maíz. De la Torre se dedicó a traficar maíz, haciéndose pasar por general del Ejército del Sur. Al enterarse, Zapata lo mantuvo bajo arresto domiciliario. Ya en la extrema pobreza, en Cuernavaca Ignacio se enteró de que habían sido expropiadas sus haciendas en Yautepec y Cuautla.

El presidente Carranza emitió la orden para proceder y arrestar a De la Torre. A fines de 1917, cuando el ejército de Carranza tomó Cuautla, Ignacio aprovechó la confusión para escapar. Huyó a Puebla y de ahí al puerto de Veracruz, donde disfrazado, abordó un vapor hacia Estados Unidos. Se estableció en Nueva York y en los primeros meses de 1918 fue internado en el hospital Stern por una dolencia de hemorroides. Los médicos optaron por operar de inmediato las venas del esfínter, fracasando en el intento, Ignacio de la Torre y Mier murió el 1 de abril de 1918. Su esposa Amada tuvo que vender todas sus propiedades para pagar las inmensas deudas que le heredó.



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