Controlado por los rebeldes Houthis y seguidores del expresidente Salé Controlado por el Ejército de Yemen leal al presidente Hadi o por tropas de la Liga Árabe Controlado por Al-Qaeda y Ansar al-Sharia
Aliados
CCEAG
Egipto
Jordania
Marruecos
Sudán
Senegal
De Ocho países;
Salvadoreños
Chilenos SOF
Panameños
Mexicanos
Británicos
Franceses
Australianos
Respaldado por:
Estados Unidos
China
Turquía
Bangladés
Somalia
Reino Unido
Pakistán
Canadá
Malasia
Eritrea
Francia
SOF
Movimiento de Yemen del Sur
Respaldado por:
450-800 mercenarios SOF 20 Matchwood Team 5
Miles de muertos
Arabia Saudí:
20 tanques M1A2S perdidos
1 fragata dañada
Sudán:
EAU:
1 navío dañado HSV-2 Swift
Bahrain:
Qatar:
4 soldados muertos
Marruecos:
Jordania:
1859 civiles muertos (4200 civiles heridos)
La guerra civil yemení es un enfrentamiento armado que está atravesando la República de Yemen como consecuencia del golpe de Estado sufrido en 2014 contra el presidente Al-Hadi. Dos partes enfrentadas y radicalizadas se disputan el Gobierno yemení. Los separatistas del sur y las fuerzas leales al gobierno de Al-Hadi, con sede en Aden, entraron en conflicto con los guerreros hutíes, y fuerzas leales al expresidente Salé. La organización al-Qaeda en la Península arábiga y el Estado Islámico de Irak y el Levante también han participado en el conflicto, llegando la AQPA a controlar algunos territorios en el interior y trechos de la costa.
En este contexto, hay en curso una intervención militar extranjera —Operación Tormenta DecisivaArabia Saudí, emprendió una campaña aérea y terrestre en territorio de su vecino Yemen, el 25 de marzo de 2015, para intentar repeler a las fuerzas hutíes, presuntamente respaldadas y armadas por Irán. Pese a los ataques de la coalición, la mayor parte de las víctimas resultan ser población civil.
— que comenzó cuando la coalición de Estados árabes, liderada porEl 18 de agosto, Amnistía Internacional (AI) denunció que se cometían crímenes de guerra contra la población civil de Yemen, incluyendo a las fuerzas leales a Abd Rabbuh Mansur al-Hadi en el grupo de los responsables de los mismos. Para sustentar su informe, AI presentó evidencias de ocho ataques aéreos que mataron a 141 civiles y dejaron heridos a 101. Ambas partes utilizan como armas cohetes de granizo, mortero y artillería, consideradas imprecisas y que no permiten discriminar objetivos en zonas altamente pobladas. Por ello, AI reclamó al Comité de Derechos Humanos de la ONU la creación de una comisión independiente para investigar estos supuestos crímenes.
Un informe difundido por la Comisión Europea en diciembre de 2018 estiman en 60.000 las víctimas mortales del conflicto, frente a los 10.000 que mantiene la ONU en sus registros desde 2016.
Ansar Allah, conocidos popularmente como los hutíes, un grupo zaidí con orígenes en la montañosa gobernación de Sa'dah, en la frontera norte de Yemen con Arabia Saudita, comenzaron librando una guerra de baja intensidad contra el gobierno de Yemen en 2004. La intensidad del conflicto ha variado en el transcurso de la década de los 2000, con múltiples negociaciones de paz, más tarde descartadas.
En un frente independiente en el 2007, los sureños comenzaron a exigir la secesión del sur a través de protestas pacíficas, que se encontraron con la respuesta brutal de las fuerzas gubernamentalesrevolución de Yemen en 2011, el líder hutí Abdul-Malik al-Houthi declaró el apoyo del grupo a las manifestaciones para pedir la renuncia del presidente Alí Abdalá Salé. A finales de año, con Salé preparado para dejar el cargo, los hutíes sitiaron el pueblo de mayoría suní de Dammaj en el norte de Yemen, un paso hacia la consecución de la autonomía virtual para la región de Saada.
La insurgencia hutí se intensifica en el 2009, incursionando brevemente a la vecina Arabia Saudita, de parte del gobierno yemení, pero se calmó al año siguiente tras la firma de un alto al fuego. Durante las primeras etapas de laLos hutíes boicotearon las elecciones de un solo candidato a principios de 2012 para dar a Abd Rabbuh Mansur Hadi un período de dos años de mandato.
Luego participarían en la Conferencia de Diálogo Nacional, que denegó el apoyo a un acuerdo final a principios de 2014 y extendió a Hadi el mandato por un año más. Mientras tanto, el conflicto entre las tribus hutíes y sunitas en el norte de Yemen se extendió a otras provincias, incluyendo la gobernación de Saná a mediados de 2014. Después de varias semanas de protestas callejeras contra la administración de Hadi, quien hizo recortes a los subsidios a los combustibles impopulares en el grupo, los hutíes se enfrentaron a las fuerzas del Ejército de Yemen bajo el mando del general Ali Mohsen al-Ahmar. En una batalla de unos pocos días, los combatientes hutíes tomaron el control de Saná, la capital yemení, en septiembre de 2014. Los hutíes obligaron Hadi a negociar un acuerdo para poner fin a la violencia, por el que el Gobierno dimitió y los hutíes alcanzaron un nivel sin precedentes de influencia sobre las instituciones del estado y la política. En enero de 2015, descontentos con una propuesta para dividir el país en seis regiones federales,
combatientes hutíes tomaron el complejo presidencial en Saná. El juego de poder llevó a la renuncia del presidente Abd Rabbuh Mansur Hadi y sus ministros. El liderazgo político hutí a cargo, anunció la disolución del Parlamento y la formación de un comité revolucionario para gobernar el país el 6 de febrero de 2015. El 21 de febrero, un mes después de que militantes hutíes confinaron a Hadi a su residencia en Saná, este escapó de la capital y viajó a Adén, la antigua capital de Yemen del Sur. En un discurso televisado desde su ciudad natal declaró que la toma de control hutí era ilegítima e indicó que seguía siendo el presidente constitucional de Yemen. Su predecesor como presidente, Alí Abdalá Salé, (quien había sido ampliamente acusado de ayudar a los hutíes durante su toma de control de Saná el año anterior) denunció públicamente a Hadi y lo exhortó a exiliarse.
Los hutíes han sido acusado de ser aprovisionados por Irán, ya que ambos siguen el chiismo. (A pesar de que los iraníes son seguidores del Decimosegundo Iman y los hutíes lo son del Quinto Iman chiitas.) Los Estados Unidos y Arabia Saudita han alegado que los hutíes reciben armas y entrenamiento de Irán. El gobierno hutí y el iraní han negado cualquier relación. La nación africana de Eritrea también ha sido acusado de filtrar el material iraní para los hutíes,además de ofrecer atención médica a los combatientes Hutís heridos. El gobierno eritreo ha calificado las acusaciones de "sin fundamento" y declaró después del estallido de las hostilidades que considera la crisis yemení "como un asunto interno". Los documentos de Wikileaks sugieren que en privado los funcionarios estadounidenses creen que las acusaciones de apoyo iraní a los hutíes han sido exagerados por el Gobierno de Yemen por razones políticas.
El gobierno de Yemen, por su parte, ha disfrutado de considerable respaldo internacional por parte de los Estados Unidos y de las monarquías del Golfo Pérsico. Ataques con drones estadounidenses se llevan a cabo regularmente durante la presidencia de Hadi, en Saná, por lo general contra Al Qaeda en la península arábiga. Estados Unidos también fue un importante proveedor de armas al gobierno de Yemen, aunque de acuerdo con el Pentágono, cientos de millones de dólares en material han desaparecido desde que fue entregado. Arabia Saudita proporcionó ayuda financiera a Yemen hasta finales de 2014, cuando se suspendieron, los hutíes tomaron el control de Saná y creció su influencia sobre Yemen.
El 22 de marzo de 2015, una ofensiva de los hutíes comenzó con combates en la gobernación de Taiz. El 25 de marzo, Taiz, Mocha y Lahij cayeron en manos de los hutíes, llegando hasta los alrededores de Aden, la sede del poder del gobierno de Hadi. El mismo día, Hadi huyó del país, y una coalición internacional liderada por Arabia Saudita lanzó una serie de operaciones militares, usando ataques aéreos para restaurar el antiguo gobierno yemení, y los Estados Unidos prestaron su apoyo logístico para la campaña. Tropas de Egipto desembarcaron también en costas de Yemen. Desde el 7 de abril, al menos 310 personas fallecieron en Aden como consecuencia de los combates. Las fuerzas hutíes continuaron con su campaña contra el territorio de Arabia Saudí el domingo 13 de noviembre, capturando varios sitios del Ejército saudita en la región de Jizan.
Según el ala oficial de medios de las fuerzas hutíes, sus unidades capturaron el domingo 4 aldeas en la provincia de Jizán, incluyendo Sharq al-Bahtit, Qilal al-Qarn, al-Kars y otro pequeño pueblo junto a este.
La intervención tuvo lugar a petición del gobierno yemení, debido a una ofensiva hutí contra su capital provisional, Adén. El 21 de abril la coalición inició oficialmente una campaña de bombardeos.
Desde el derrocamiento del gobierno de Yemen, varios países de la Liga Árabe, entre ellos Arabia Saudí, Omán, Egipto y Jordania, han mostrado su descontento respecto a la guerra civil que asola al país.
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