La Orden Imperial del Yugo y las Flechas, en un primer momento denominada Gran Orden Imperial de las Flechas Rojas, fue una distinción civil y militar española, la de mayor rango otorgada durante el franquismo.
Estuvo vigente entre los años 1937 y 1976 y fue establecida mediante el Decreto 373, de 10 de octubre de 1937 con la finalidad, según quedó recogido en este decreto como "supremo galardón del Nuevo Estado al Mérito Nacional". Esta primera norma se completó con el Decreto de 27 de enero de 1943, por el que se aprueba el Reglamento de la Orden Imperial del Yugo y las Flechas. Esta orden fue considerada como la más alta recompensa por destacados servicios prestados a la Nación Española y también se concedió a personas de otros países.
El término "Imperial" reflejó la defensa que durante el régimen de Franco se hizo de valores tradicionales y asociados a la gestación y desarrollo del Imperio español. Por el mismo motivo el yugo y el haz de flechas, divisas heráldicas de los Reyes Católicos, fueron utilizados como insignias de esta orden. El emblema de esta distinción, descrito en el artículo primero de su reglamento, consistió en un haz abierto compuesto por cinco flechas rojas y acompañado de un yugo, del mismo color, situado sobre la intersección de las flechas. El lema de la Orden Imperial del Yugo y las Flechas fue "Caesaris caesari, Dei Deo" que en latín significa "Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".
Como es habitual en este tipo de corporaciones, la Orden Imperial del Yugo y las Flechas contó con un gran maestre, el jefe del Estado español Francisco Franco Bahamonde; un capítulo, la asamblea convocada por el gran maestre que reunía a todos sus miembros; un consejo que se encontraba limitado al gran maestre, caballeros con collar y representantes de las categorías restantes; y una cancillería, situada en la Presidencia del Gobierno, que estuvo encargada de su administración y junto al canciller contó con secretario y tesorero.
Los nombramientos eran realizados libremente por el gran maestre, pudiendo entregarle candidaturas la cancillería. Las concesiones estaban limitadas a quince collares, doscientos cincuenta grandes cruces, quinientas encomiendas con placa y sin límite en las restantes categorías. Los miembros de la orden tenían la obligación de devolver las insignias en caso de ser expulsados de la misma o de obtener un grado superior.
Aunque la orden nunca ha sido formalmente abolida, puede considerarse disuelta de facto, pues de una parte el último nombramiento tuvo lugar el 1 de octubre de 1975, hallándose el dictador y gran maestre en plena agonía; de otra, su sucesor en la jefatura del Estado, el rey Juan Carlos I, nunca asumió su gran maestrazgo ni convocó capítulo alguno, y finalmente, en 1976 su cancillería desapareció sin más del organigrama de Presidencia del Gobierno.
Tuvo cinco grados o categorías:
Los grados del gran collar y gran cruz llevaban aparejado el tratamiento de excelentísimo señor y el de encomienda con placa el de ilustrísimo señor.
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