Gran Premio de Australia de 1986

El Gran Premio de Australia de 1986 fue la última carrera del campeonato de Fórmula 1 de la temporada 1986. Se disputó en Adelaida el 26 de octubre de 1986.^[1]​

Nigel Mansell y Nelson Piquet con vehículos Williams-Honda y Alain Prost en un McLaren-TAG, estaban disputándose el título de la temporada en este Gran Premio. Mansell (70 puntos) necesitaba solo un tercer puesto o que sus rivales no ganen, mientras que Prost (64 pts.) y Piquet (63 pts.) necesitaban ganar y que el británico no alcanzara el tercer lugar para llevarse el título.

Luego de partir de la pole, Mansell dejó pasar casi sin lucha a Ayrton Senna (Lotus-Renault), Piquet y Keke Rosberg (McLaren) quien se retiraba de la Fórmula 1. Rápidamente el finés tomó el liderato de la carrera y abrió una ventaja considerable mientras Senna se retrasaba al quinto lugar con problemas mecánicos. Seguidamente Prost superó a Mansell y dio caza a Piquet. En la vuelta 23, fruto de la presión del francés, el brasileño hizo un trompo que lo retrasó al cuarto lugar. En la vuelta 32, Prost al tener un toque contra el Benetton de Gerhard Berger -mientras le quitaba la vuelta- quedó con una pinchadura lenta en una de sus gomas delanteras y tuvo que ir a boxes, quedando cuarto. Piquet comenzó a acercarse a Mansell y lo superó. En todo momento el británico, contrario a su agresivo estilo, hizo una carrera conservadora a sabiendas de que así, matemáticamente era campeón.

A 18 giros del final casi inmediatamente luego de que Rosberg, quien lideraba cómodamente la competencia, abandonara por una pinchadura, y luego de dejar pasar a Prost y quedar nuevamente tercero, el Williams de Mansell sufrió un espectacular reventón de la rueda trasera izquierda a máxima velocidad en la recta más larga del circuito, con el metal de la rueda tocando el suelo y generando una lluvia de chispas. El británico luchó hasta lograr detener el vehículo de manera segura, impedido de continuar. Piquet que marchaba primero (posición que le hubiera dado el campeonato) ante los sucesivos reventones recibió la orden de ir a boxes a cambiar neumáticos. Prost tomó entonces la delantera y ganó la carrera y el campeonato pese a los intentos de Piquet, quien se quedó con el récord de vuelta. El francés también estuvo muy cerca de retirarse; su vehículo se quedó sin combustible segundos después de ver la bandera a cuadros. Mansell evocaría luego una anécdota curiosa: uno de los comisarios deportivos le dijo que si hubiese chocado en la pista contra las barreras de contención, la carrera podría haber sido detenida y como se clasificaría con el resultado de la vuelta anterior, ello le hubiera dado el campeonato.

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