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George Vancouver



George Vancouver (King's Lynn, Norfolk, Inglaterra, 22 de junio de 1757 - Richmond, Surrey, 10 de mayo de 1798) fue un oficial de la Royal Navy y explorador británico, conocido por haber liderado la expedición Vancouver, un viaje de exploración alrededor del mundo en que reconoció en detalle la costa noroeste de América del Norte (actuales estados de Alaska, Washington y Oregón y la provincia canadiense de la Columbia Británica) y también la costa suroeste de Australia.

La ciudad canadiense de Vancouver, en la Columbia Británica, y la estadounidense de Vancouver, en el estado de Washington, llevan en su reconocimiento su nombre.

George Vancouver fue el sexto hijo de John Gasper van Couverden y de Bridget Bernes. Su apellido es una contracción del nombre original neerlande van Couverden (de su villa natal, Coevorden en los Países Bajos).

George Vancouver entró en la Marina Real Británica a los 13 años y en 1772,[1]​ cuando solamente contaba con 15, se embarcó como guardiamarina a bordo del HMS Resolution, en el segundo viaje (1772-75) del entonces capitán James Cook a lo largo del mundo. También acompañó a Cook en su tercer viaje (1776-79), esta vez a bordo del barco gemelo del Resolution, el HMS Discovery.[1]

A su regreso a Gran Bretaña en 1779, Vancouver fue nombrado teniente y se le envió a bordo de la corbeta HMS Martin y luego se le encomendó el mando de varios buques de guerra. No volvería a su faceta de explorador hasta que en 1791 se le encargó recorrer y cartografiar las costas del Pacífico de América del Norte, el tramo de costa de lo que ahora es Washington y Oregon en dirección norte, cosa que hizo en su expedición en el HMS Discovery entre 1791 y 1794.

En esa época, se volvió a especular sobre la existencia de una ruta marítima que uniese los océanos Atlántico y Pacífico a través de América del Norte (el famoso Paso del Noroeste).

Partió de Inglaterra en abril de 1791 al mando de una expedición compuesta por dos barcos, el HMS Discovery y el HMS Chatham que tenía por cometido explorar la región del Pacífico y también formalizar en la isla de Nutka[2]​ (en la costa oeste de Norteamérica), con una misión española enviada al efecto, los acuerdos de la primera Convención de Nutka. En su primer año, la expedición viajó a Ciudad del Cabo y siguió por Australia, Nueva Zelanda, Tahití y China, recogiendo muestras botánicas y cartografiando las costas en el camino. Luego se dirigió hacia América del Norte, siguiendo en dirección norte las costas de lo que ahora son los estados de Washington y Oregon. En abril de 1792 se encontró con el comerciante y capitán estadounidense Robert Gray, de Boston, frente a las costas de Oregon, justo después de que Gray hubiese remontado el río Columbia. Gray realizaba viajes de exploración relacionados con el comercio de pieles de animales marinos (en especial, nutrias marinas) e informó a Vancouver que había descubierto la desembocadura de un gran río, al que llamó el río Colombia por ser el nombre de su embarcación, pero Vancouver decidió no continuar sus reconocimiento en ese río, ya que no tenía suficiente confianza en los informes de Gray.[3]

Vancouver entró en el estrecho de Juan de Fuca, entre la isla de Vancouver y la parte continental del estado de Washington, el 29 de abril de 1792. Sus órdenes incluían el reconocimiento de cada entrante y saliente en la costa oeste del continente, en todo el camino hacia el norte hasta Alaska y pasó gran parte del verano reconociendo la gran isla que ahora lleva su nombre. La mayor parte de ese trabajo se hizo desde pequeños botes impulsados por remos y vela, porque las maniobras de veleros más grandes en aguas desconocidas, en general, son poco prácticas y peligrosas debido a las fuertes corrientes de marea.

Vancouver fue el primer europeo en entrar el 13 de junio de 1792 en el Burrard Inlet (más allá de Stanley Park), la zona del puerto principal de la actual ciudad de Vancouver. Lo nombró en reconocimiento de su amigo Sir Harry Burrard-Neale, 2º barón de Burrard-Neale. Reconoció también en los siguientes nueve días el Howe Sound y el Jervis Inlet,[4]​ antes de regresar a punta Grey (en la actualidad, el sitio de la Universidad de la Columbia Británica) el 22 de junio de 1792 (el 35º cumpleaños de Vancouver). Allí se reunió, de forma inesperada, con una expedición española dirigida por Dionisio Alcalá Galiano y Cayetano Valdés y Flores y quedó «mortificado» (su palabra) al saber que ya tenían una primera carta del estrecho de Georgia, basada en un viaje que los españoles habían realizado el año anterior, una campaña de reconocimiento de José María Narváez bajo el mando de Francisco de Eliza.

Durante tres semanas, en cooperación, españoles e ingleses exploraron el estrecho de Georgia y las islas Discovery antes de seguir caminos separados. Vancouver bautizó muchos accidentes geográficos con los nombres de su tripulación, como el Sound Puget, el monte Baker y el Burrard Inlet. Sin embargo, como los navegantes españoles también habían estudiado la región, Vancouver respetó varios nombres ya atribuidos por los españoles, como la isla Galiano.

Después de haber completado el viaje alrededor de la isla, Vancouver, en el otoño de 1792, se dirigió a Friendly Cove, en aguas del Nutka Sound, una cala de la costa del Pacífico de la isla de Vancouver donde los españoles mantenían desde hacía algunos años un puesto, para encontrarse con el militar y explorador español Juan Francisco de la Bodega y Quadra (1743–94). Los gobiernos de España y Gran Bretaña había organizado esa reunión para permitir la discusión de las pretensiones de ambos países en el territorio de la costa del Pacífico de América del Norte. Las relaciones entre Vancouver y Quadra fueron tan amigables que se intercambiaron los mapas que habían hecho y acordaron proponer como nombre de la gran isla (ahora isla Vancouver) como «isla de Quadra y Vancouver» [Quadra and Vancouver Island].[5]​ (Años más tarde, cuando la influencia española declinó, el nombre fue reducido simplemente a la isla de Vancouver.[6]​).

Quadra tenía instrucciones de ofrecer a Vancouver que la frontera entre los territorios británicos y españoles fuese el estrecho de Juan de Fuca, lo que requeriría la retirada de los españoles de Friendly Cove. Vancouver, sin recibir instrucciones de Londres, y no deseando poner en peligro la posición de su país, declinó la oferta y los dos hombres decidieron remitir la cuestión a sus respectivos gobiernos. La histórica reunión entre Vancouver y Quadra tuvo lugar en el territorio tradicional de los Nuu-Chah-nulth, un pueblo indio americano que entonces llamaban los nutka. El gran jefe Macuina desempeñó el papel de anfitrión, aumentando su riqueza y prestigio entre los demás pueblos indígenas de la región.[7]

En octubre de 1792, al regresar a Nutka después de reunirse con Bodega, Vancouver decidió enviar al teniente William Robert Broughton en el HMS Chatham para explorar el río Columbia, ya convencido de la veracidad de los informes de Robert Gray. Broughton remontó el río un centenar de kilómetros y tomó posesión para la Gran Bretaña[8]​ y Vancouver creyó que era el primer europeo en navegar el río Columbia, ignorante de las nuevas exploraciones de Gray después de su reunión. Broughton logró llegar hasta la garganta del río Columbia, avistando y nombrando el monte Hood. Después de una visita a la California española, Vancouver pasó el invierno en un viaje de exploración de las islas Sandwich (Hawái).

Al año siguiente volvió a la Columbia Británica y se dirigió hacia el norte, no coinciendo con el explorador Alexander Mackenzie, que había completado el primer viaje a través del continente por tierra, por solo 48 días. Llegó hasta los 56°N, pero puesto que las partes más septentrionales ya habían sido explorada por Cook, navegó hacia el sur hasta California, con la esperanza de encontrar a Bodega y cumplir con su misión, pero el español ya no estaba allí. Volvió a pasar el invierno en las islas Sandwich.

En 1794, fue por vez primera a la ensenada de Cook, el punto más septentrional de su exploración, y desde allí siguiendo la costa hacia el sur hasta la isla Baranof, que había visitado el año anterior. Luego, partió hacia Gran Bretaña bordeando el cabo de Hornos, regresando en septiembre de 1795, y completando así una circunnavegación.

Vancouver tuvo que enfrentar muchas dificultades al regresar a casa en septiembre de 1795: el políticamente bien conectado naturalista Archibald Menzies se quejó de que su servidor había puesto en servicio durante una emergencia de a bordo; el maestro de vela Joseph Whidbey hizo una reclamación para que le pagasen como astrónomo de la expedición; y Thomas Pitt, 2º Barón de Camelford, a quien Vancouver había castigado por numerosas infracciones y, finalmente, enviado a casa en desgracia, lo retó a un duelo y contribuyó a crear un clima que provocó una tibia recepción de Vancouver.[9]​ Vancouver fue duramente atacado en los periódicos y fue asaltado en la calle por el propio Pitt.

Se retiró con la intención de trabajar en la redacción del relato de sus viajes, pero murió sin acabarlo en mayo de 1798, en la oscuridad, con poco más de 40 años, tres años después de completar su viaje. Uno de los mayores navegantes de Gran Bretaña yace en una modesta tumba que se encuentra en el cementerio de St. Peters, Petersham, Surrey, en el sur de Inglaterra. La narración de sus viajes fue completada y publicado ese mismo año 1798 por su hermano John.

Vancouver determinó que el Paso del Noroeste no existía en las latitudes que habían sido sugeridas. Sus cartas de la costa noroeste de América del Norte eran tan extremadamente precisas que sirvieron como referencia fundamental para la navegación costera durante generaciones. Robin Fisher, académico y vicepresidente del Mount Royal College de Calgary, autor de dos libros sobre Vancouver, señala:

Vancouver, sin embargo, no logró descubrir dos de los ríos más grandes e importantes en la costa del Pacífico, el río Fraser y el río Columbia. (También se perdió el río Skeena, cerca de Prince Rupert, en el norte de la Columbia Británica). A pesar de que Vancouver supo del río Columbia antes de que terminar su campaña de reconocimiento —por Robert Gray, el capitán del barco mercante norteamericano Columbia, que fue el primero en navegar en el río el 11 de mayo de 1792 (Gray había visto por primera vez el río en un primer viaje en 1788)— el río Fraser nunca apareció en sus cartas. Stephen R. Bown, señaló:

Si bien es difícil comprender cómo Vancouver se perdió el río Fraser, la mayoría del delta de este río está sujeto a inundaciones y crecidas en el verano lo que pudo impedir que el capitán detectase cualquiera de sus grandes canales cuando navegaba costeando desde punta Roberts hasta punta Grey en 1792.[12]​ Los españoles, que precedieron a Vancouver en 1791, también se habían perdido el río Fraser, a pesar de que sabían por el penacho de barro que había un importante río en las inmediaciones.[13]

Vancouver estableció, en general, buenas relaciones tanto con los nativos como con los extranjeros no europeos. A pesar de la larga historia de guerras entre Gran Bretaña y España, Vancouver mantuvo excelentes relaciones con sus homólogos españoles, festejando incluso a un capitán de barco español a bordo de la fragata de la HMS Discovery durante su viaje de 1792 a la región de Vancouver.[14]​ Mientras el capitán Vancouver desempeñó un innegable papel en la serie final de las convulsiones en la vida nativa en la costa del Pacífico de Norteamérica —ya que sus exploraciones abrieron la costa noroeste a la exploración europea, y a largo plazo tuvo un efecto negativo en las primeras naciones y sus culturas—, las noticias históricas muestran que Vancouver mantuvo buenas relaciones con los líderes indígenas, tanto en Hawái —donde los líderes nativos cedieron Hawái a Vancouver en 1794—, como en el Pacífico Noroeste.[15]​ Los diarios de Vancouver muestran un alto grado de sensibilidad hacia los nativos: una vez escribió sobre la exploración de una pequeña isla en la costa de Alaska de un importante lugar de enterramiento estaba marcado por un sepulcro de "carácter singular" ["peculiar character"] listada con tablas y fragmentos de instrumentos militares que se extendían a una cercana caja cuadrada, cubierta de esteras.[16]​ Vancouver señala:

Vancouver también muestra por escrito desprecio en sus diarios hacia los comerciantes occidentales sin escrúpulos que proporcionaban armas a los nativos:

Robin Fisher señala que sus «relaciones con los grupos aborígenes fueron en general pacíficas; y, de hecho, su campaña detallada no habría sido posible si hubieran sido hostiles». («relationships with aboriginal groups were generally peaceful; indeed, his detailed survey would not have been possible if they had been hostile»[16]​) Aunque hubo incidentes hostiles al final de la última temporada de Vancouver —el más grave un enfrentamiento con tlingits en el canal de Behm, en el sureste de Alaska, en 1794— estas fueron las excepciones a la exploración de Vancouver de los EE. UU. y la costa del noroeste de Canadá.[16]

Muchos lugares geográficos han recibido el nombre de George Vancouver, en particular:

También hay muchos monumentos en su honor y ha recibido muchos reconocimientos de variada forma:

El viernes 22 de junio de 2007 la ciudad de Vancouver, en Canadá, organizó una celebración en el Museo Marítimo de Vancouver para recordar el 250.º aniversario del nacimiento de Vancouver.[19]​ La ceremonia, de una hora, incluyó la presentación de un enorme de pastel de zanahoria (63 por 114 cm), el disparo de salvas por el 15.º Regimiento de Artillería de Canadá y la actuación de la Banda de Bomberos de Vancouver.[20]

El alcalde de Vancouver, Sam Sullivan, declaró oficialmente que el 22 de junio de 2007 era el «día de Georges» («George Day»).[20]​ Larry Grant, un anciano nativo musqueam, que asistió a las festividades reconoció que algunos de su pueblo podrían rechazar su presencia aquí, pero señaló:

Puede consultarse en Muster Table of His Majesties Sloop The Discovery[22]

Toda en inglés:

Todos en inglés:



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