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Genarín



Genarín es el nombre de un personaje de León, en cuyo honor se realiza el Entierro de Genarín, o simplemente Genarín, una procesión organizada por la Cofradía de Nuestro Padre Genarín, celebrada durante la Semana Santa leonesa en la noche de Jueves Santo en las calles del Barrio Húmedo y el resto del casco antiguo de la ciudad.

Genaro —o Jenaro, según otras fuentes—[1]​ Blanco Blanco (apellidos comunes en los huérfanos de León, en honor a la Virgen Blanca), llamado Genarín, pellejero de profesión, aficionado a la buena vida, al orujo, a las mujeres y los burdeles, al tute y a la garrafina, fue un hombre muy conocido en los ambientes más bohemios del León de principios del siglo XX. Según recoge el Diario de León en su edición del 30 de marzo de 1929, Viernes Santo, Genaro fue atropellado por el primer camión de basura de la ciudad, mientras realizaba sus necesidades en la base del tercer cubo de la muralla de León, a la altura de la calle de Las Carreras, durante la madrugada del Jueves al Viernes Santo.

Hace años se publicó una esquela en La Democracia, en la que figura que dejó viuda y cuatro hijos y que «para identificar el cadáver fue preciso separar la camioneta» y que la camioneta estuvo a punto de atropellar a dos niños.[2]

Tras su muerte, un grupo de cuatro personas (los llamados «Evangelistas») decidió conmemorar mediante la lírica y la poesía la vida de Genaro. Los evangelistas eran Nicolás Pérez Porreto (árbitro de fútbol), Eulogio el gafas (taxista de profesión, coplero aficionado), Luis Rico —hombre de buena familia que dilapidó su fortuna en juergas con sus amigos— y el poeta Francisco Pérez Herrero. En la noche de Jueves Santo de 1930, estos hombres se reunieron en la Plaza del Grano visitando las tascas y bebiendo orujo, a la vez que recitaban poesía y conmemoraban la vida del personaje. La procesión creció en número de asistentes hasta que en 1957, las presiones del cronista Lamparilla hicieron que fuese prohibida. La leyenda dice que tal prohibición fue debida a que ese año se encontraron las dos procesiones, la religiosa y la profana, y que al ser esta última más numerosa supuso un considerable enfado entre las autoridades[cita requerida]. En 1979 (aunque se intentó en 1978), con la recuperación de la democracia,la celebración volvió ayudada por Pérez Herrero, único de los evangelistas sobrevivientes, el grupo de teatro La fragua comandado por Enrique Fernández Kike (dramaturgo, director y maestro teatral) y un grupo de jóvenes leoneses.

Como parte de la leyenda, se le atribuyen a Genarín cuatro milagros:

La procesión disfruta de una gran popularidad en la ciudad de León: en los años 2015 y 2016, unas 30 000 personas siguieron su transcurso.[3][4]​ La noche de Jueves Santo, los hermanos y cofrades se reúnen para celebrar la «Santa Cena», en la que se leen los clásicos versos que glosan la historia de Genarín, y una encíclica, compuesta cada año por algún poeta anónimo de reconocido prestigio, que relata lo que acontece en la actualidad de la región o del país. Estos versos son leídos hacia la calle, para que los leoneses puedan brindar a la salud de Genaro.

Tras la cena, en torno a la una de la mañana de Viernes Santo, los cofrades se dirigen a la Plaza del Grano, donde cargan a hombros los pasos de la procesión: La Cuba (en el que van las ofrendas), la imagen de Genaro, la Muerte y la Moncha (prostituta que socorrió a Genaro tras el fatal accidente); la procesión es acompañada por cuatro cabezudos, que representan a los «evangelistas» de Genarín. Rodeados por antorchas la procesión se dirige hacia la primera parada del trayecto: la Calle de la Sal, donde se leen los versos correspondientes; la segunda parada es en la Catedral de León, donde de nuevo el brindis se acompaña con rimas. Después de atravesar la larga Calle de Cardenal Landázuri (antaño la Canóniga Vieja) y tras atravesar Puerta Castillo, conocida como el «Arco de la Cárcel», la procesión llega a la última parada, la torre de la muralla donde Genarín encontró la muerte. Allí el hermano colgador trepará la muralla para depositar las ofrendas: queso, pan, naranjas, una corona de laurel y una botella de orujo.

El autor Julio Llamazares recoge en el libro El Entierro de Genarín. Evangelio apócrifo del último heterodoxo español, publicado en 1981, la historia de Genarín, las primeras procesiones y los poemas leídos en ellas. Constituye la piedra angular en la que se recoge la liturgia genariana.

En abril de 2009 se estrena en León y Valladolid la película Bendito Canalla,[5]​ un documental-ficción que recrea la vida y últimas horas de Genarín, además de otras historias paralelas, como el homenaje que le llevaron a cabo sus compañeros de correrías y tropelías, mostrando la vida nocturna, intelectual y crápula durante los años de la dictadura de Franco y relatando, finalmente, cómo se hacen en la actualidad las celebraciones en torno a Genarín.

La película fue seleccionada en la 46.ª edición del Festival de Cine de Gijón celebrado en noviembre de 2008.



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