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Friedrich von Schelling



Friedrich Wilhelm Joseph (von) Schelling (Leonberg, Wurtemberg, 27 de enero de 1775 - Bad Ragaz, Suiza, 20 de agosto de 1854) fue un filósofo alemán, uno de los máximos exponentes del idealismo y de la tendencia romántica alemana.

Nació el 27 de enero de 1775 en Leonberg (Wurtemberg), hijo de Josephus Friedrich Schelling (1732-1812) y Gottliebin Marie Schelling (nacida Cleß, 1746-1818).[1]​ Su padre, un pastor protestante —profesión arraigada en la familia Schelling—, gozaba de cierto renombre, ya que había realizado escritos sobre teología; poseía una gran cultura y profundos conocimientos de las lenguas semíticas. En 1777, en el monasterio de Bebenhausen, Joseph Friedrich Schelling se convierte en predicador y pastor del Seminario Superior. En este lugar es donde inicia el primogénito de los Schelling, Friedrich Wilhelm Joseph, sus primeros estudios, los cursa brillantemente, con una anticipación de dos años con respecto a sus demás compañeros.

A los ocho años comienza a aprender letras clásicas. Su precoz madurez intelectual causa admiración a sus profesores. En otoño de 1790 ingresa, con sólo dieciséis años de edad, en el famoso seminario de Tubinga, donde tiene por condiscípulos a Friedrich Hölderlin y Hegel, mayores que él. Se dedica primeramente a la teología, a la exégesis y a las lenguas antiguas. Más tarde tiene lugar su súbita pasión por la filosofía.

El seminario tenía una política de carácter conservador y feudal; en él había un ambiente marcado por la tradición teosófica-mística que tenía sus bases en el Renacimiento. Aunque este instituto intentaba mantener un control de los estudios y las tendencias e ideas políticas de sus alumnos, estos leían, a escondidas, autores que no estaban permitidos, como era el caso de Kant, Lessing, Rousseau, Schiller y Herder; gracias a estas lecturas los estudiantes pudieron criticar los conocimientos tradicionalmente aceptados.

En 1792 se graduó con una tesis escrita en latín sobre el origen del mal humano, titulada Un intento de explicación crítica y filosófica de los más antiguos filosofemas de Génesis III sobre el primer origen de la maldad humana (Antiquissimi de prima malorum humanorum origine philosophematis Genes. III. explicandi tentamen criticum et philosophicum), donde trata de encontrar una explicación histórica del mal, explicando que la humanidad, en su origen, vivió en una época feliz, y que a causa de una caída cayó en la infelicidad. En este escrito ya se encuentran algunas ideas del futuro movimiento romántico.

En 1793 escribe un segundo trabajo, Sobre mitos, leyendas históricas y filosofemas del mundo más antiguo, ahora sobre el estudio de los mitos, buscando su esencia y su función dentro de las culturas primitivas. Define el mito como una forma muy particular de filosofar que lleva a cabo el hombre que no ha evolucionado lo suficiente, para después llegar a la abstracción y a la conceptualización.

Una breve estancia en Dresde y en Leipzig (1795) le introduce en el círculo del primer romanticismo, y experimenta un sentimiento romántico a favor de la naturaleza; además realiza estudios de matemáticas, ciencias y medicina. En este mismo año pasa una temporada con su familia y toma la decisión de dejar el seminario, de la misma manera que sus compañeros y amigos Hegel y Hölderlin. También se orienta hacia el estudio del derecho y de las ciencias naturales. Reside generalmente en Leipzig, pero empieza a entablar relaciones en Jena, en esa época la patria de los intelectuales alemanes. En 1795 publica Del Yo como principio de la filosofía o sobre lo incondicionado en el saber humano, el escrito más destacado de la fase inicial de su filosofía donde, claramente influido por Fichte, aborda la búsqueda de un primer principio incondicionado del saber humano que encontrará en el Yo absoluto. Ese mismo año también ven la luz sus Cartas filosóficas sobre dogmatismo y criticismo.

Su reputación empieza a crecer, había llamado la atención gracias a sus primeras obras publicadas a partir de 1792, y a propuesta de Fichte («Schelling veía en él al adalid de la causa de la libertad y al que había llevado a su perfeccionamiento la filosofía kantiana, y consideraba que era el campeón de la lucha contra la corrupción del verdadero espíritu crítico, que se había llevado a cabo en los ambientes dogmáticos de Tubinga») y de Goethe, fue nombrado profesor en la Universidad de Jena. Al año siguiente Fichte abandona Jena a causa de una acusación de ateísmo realizada en su contra, y Schelling lo sustituye; a los 23 años toma posesión de la cátedra de Filosofía en la ciudad intelectual más importante del momento: Jena. En esa época Schelling se enamora de Caroline Schlegel (esposa de A. W. Schlegel), doce años mayor que él, y entabla amistad con Schiller y Goethe. Con ella, gran intelectual también, terminará casándose, y abrirá un importante salón en Jena. Caroline le ayudó a corregir sus escritos y a preparar sus ediciones y las de sus amigos y convirtió a su salón el corazón intelectual de Jena.

En 1800 Schelling publicó el Sistema del idealismo trascendental, donde se materializa un giro crucial en su pensamiento, ya que se aparta abiertamente del idealismo subjetivo de Fichte y se decanta por un idealismo objetivo. Ahora cambia de perspectiva y pone el énfasis, ya no en la naturaleza, sino en el Yo. Esta obra es considerada como la más sistemática y acabada de su primera producción filosófica. Después, en poco tiempo, cambió otra vez de etapa y desarrolló lo que se denominará la filosofía de la identidad, en donde «el énfasis que antes se había puesto respectivamente en la naturaleza y en el yo se pone ahora en un absoluto indiferenciado, raíz común de ambos».

En enero de 1801 le llegó una ayuda en su carrera intelectual en la persona de su antiguo compañero Hegel, con quien editó el Diario crítico de filosofía. En 1802 publicó Bruno o sobre el principio divino y natural de las cosas. Un diálogo, uno de sus trabajos centrales de la fase conocida como de la identidad. Desde 1798 hasta 1803 se llevó a cabo su maduración intelectual, «en los que Schelling se dedica a introducir la naturaleza en el idealismo subjetivo fichteano».[2]

En junio de 1803 se casó con Caroline Schlegel tras haberse divorciado esta de su anterior marido. Schelling continuó con sus estudios de ciencias naturales, y en la Universidad de Landshut se graduó en medicina por ese mismo año. En 1806 Schelling fue llamado a Múnich, donde Maximiliano I había fundado la Academia de Ciencias de Múnich, en el que entró como miembro y después secretario, y erigió enseguida una Academia de Bellas Artes, de la que Schelling fue secretario perpetuo.

En septiembre de 1809 Caroline murió de disentería. A consecuencia de la muerte de su esposa, Schelling cambió sus ideas fundamentales, rompió gradualmente con el idealismo y abrió su pensamiento al problema de la libertad y un nuevo punto de vista filosófico-teológico, con su libro Investigaciones filosóficas sobre la esencia de la libertad humana y los objetos con ella relacionados, considerado por muchos como su escrito más relevante e influyente. La publicación de esta obra dio lugar a una polémica epistolar con Eschenmayer, autor con el que ya había polemizado anteriormente. A partir de ese año, clave en su vida y en su evolución intelectual, Schelling inició un largo periodo de silencio editorial, que no de escritura y reflexión, que se prolongó hasta su muerte y que solo se vio roto por la publicación de textos de escasa relevancia.

Entre 1811 y 1815 redactó tres versiones de Las edades del mundo (Die Weltalter), escrito que debía constar de tres libros: el pasado, el presente y el fututo. Schelling solo llegó a escribir el primero. Esta obra es considerada por muchos como su texto más difícil y enigmático, uno de sus libros más oscuros, pero también de los más profundos y fascinantes.

Tres años después, en 1812, volvió a casarse (con muchas reticencias a causa del dolor que le ocasionó la muerte de Caroline), ahora con Paulina Gotter. En 1820 salió de Múnich hacia Erlangen, donde se dedicó a dar lecciones públicas durante casi siete años. En 1827 regresó a Múnich para dar clases en la nueva Universidad, donde antes se encontraba la de Landshut. En esta ciudad fue alabado por el rey de Baviera Luis I, quien lo nombró «presidente de la Academia, conservador de colecciones públicas y consejero privado; el rey también le ennobleció con el título de Von Schelling».

En 1841 es llamado por el rey Federico Guillermo IV de Prusia para que vaya a Berlín a ocupar la cátedra que había sido de Hegel, fallecido diez años antes. Se le había llamado para combatir precisamente a Hegel y su panteísmo. En este momento da sus lecciones sobre la Filosofía de la mitología y la Filosofía de la religión. En estas conferencias, entre sus oyentes se encuentran tres jóvenes que llegarían a ser muy importantes: Sören Kierkegaard, Mijaíl Bakunin y Friedrich Engels; sin mencionar a todo el medio intelectual más importante de Berlín. Continúa con la enseñanza hasta 1845. Sus últimos años transcurren en Berlín, en medio de un olvido creciente, entre el cuidado de sus enfermedades, los consuelos familiares, las sesiones académicas y la preparación dificultosa de la filosofía racional, destinada a coronar el edificio del sistema. Muere el 20 de agosto de 1854 en Ragaz, Suiza.

La primera de ellas, que correspondería a su juventud influida por Fichte, estaría en torno a 1795, año en que publica Del Yo como principio de la filosofía o Sobre lo incondicionado en el saber humano (Vom Ich als Princip der Philosophie oder über das Unbedingte im menschlichen Wissen), probablemente el escrito más relevante de esta fase inicial de su producción filosófica.

Distinguiríamos, además, una segunda etapa donde su interés se centra en la filosofía de la naturaleza y que se inicia alrededor de 1796, cuando se traslada a estudiar a la Universidad de Leipzig.

En 1800, se sitúa el periodo donde expone su filosofía trascendental y cuya obra representativa es el Sistema del idealismo trascendental (System des transzendentalen Idealismus), uno de sus ensayos más importantes y logrados, tanto en la forma como en el contenido.

Posteriormente, vendría la fase llamada de la identidad, que llegaría hasta 1809, fecha en la que se inicia una época conocida como de la libertad, y cuyo texto paradigmático son las Investigaciones filosóficas sobre la esencia de la libertad humana y los objetos con ella relacionados (Philosophische Untersuchungen über das Wesen der menschlichen Freiheit und die damit zusammenhängenden Gegenstände).

Finalmente, podríamos hablar de dos fases más: la primera de ellas la situaríamos en los años donde se redactan las diversas versiones de Las edades del mundo (Die Weltalter) (1811-1815) y la segunda estaría dominada por la distinción entre filosofía positiva y filosofía negativa, llegando hasta 1854, año de la muerte de este pensador.



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