François Roland Truffaut (pronunciación en francés: /fʁɑ̃swa ʁɔlɑ̃ tʁyfo/; París, 6 de febrero de 1932 - 21 de octubre de 1984) fue un director, crítico y actor francés. Fue uno de los iniciadores del movimiento llamado la Nouvelle vague, si bien luego evolucionó de un modo muy personal.
Reconocido en el registro civil como hijo por Roland Truffaut, un delineante (o arquitecto y decorador), François Truffaut nunca llegó a conocer a su verdadero padre. Su madre Jeanine de Montferrand, que era secretaria en el periódico L'Illustration, será recordada en su cine conflictivamente.
Sus padres se despreocuparon de él, y fue atendido por sus abuelos maternos hasta los diez años. La orfandad forma parte de sus personajes esenciales y también originó esa novela familiar que rodea varias de sus historias. De todos modos, una agencia privada de detectives, encargada por Truffaut, señaló en 1968, que las indagaciones sobre su origen conducían a Roland Levy, un dentista de origen judío, de Bayona (al que vio de lejos); ese hallazgo lo rechazó la familia materna, pero a Truffaut le pareció posible, y hoy viene recogida en las monografías más autorizadas, así en la muy extensa que fue escrita por dos autores clave de Cahiers du Cinéma.
François Truffaut, cuya infancia fue más bien desgarrada y fantasiosa, estudió en la escuela de la rue Clauzel y en el liceo Rollin, aunque nunca fue un alumno ejemplar. A partir de 1939, el joven Truffaut, que era un lector apasionado de literatura, también se pasaba la vida en el cine, a veces durante las horas en las que debería estar en clase (destacó pronto a Renoir, Rossellini, Hitchcock, Vigo, Buñuel, Bresson, Welles, N. Ray, K. Vidor, Ophuls, Sternberg, Stroheim).
Desde 1946, una vez que dejó sus estudios, sobrevivió con pequeños trabajos, como mozo de almacén, y fundó un cine-club en 1947, pero algunos problemas económicos (el alquiler de películas le condujo al impago por fracaso) hacen que sea enviado por su padre adoptivo a un correccional en Villejuif, del que fue sacado por André Bazin, que conoció en ese trabajo de divulgación cinematográfica.
Gracias de nuevo al crítico de cine André Bazin, su referencia vital, François Truffaut empieza a trabajar en Travail et Culture. Escribe sus primeros artículos desde 1950. Tras alistarse en el ejército, se le envía a Alemania, pero deserta y pasa por la prisión militar; es liberado por Bazin, alegando inestabilidad de carácter.
A continuación publica críticas en los Cahiers du cinéma en 1953, con sus colegas innovadores, pero también ese trabajo, que llega hasta 1959, lo hace en Le Parisienne, en Arts, Radio, Cinéma y Le Bulletin de Paris. La persona de cine de su momento más influyente en él fue Jacques Rivette.
Dirige ya al año siguiente, 1954, su primer cortometraje: Une visite.
En 1956, Truffaut fue ayudante de dirección de Roberto Rossellini. Se casó en 1957 con Madeleine Morgenstern, hija de un distribuidor de cine, siendo testigos André Bazin y Roberto Rossellini; tuvo dos hijas, Laura y Eva. Se separaron en 1965, aunque mantuvieron relación y hasta convivencia toda la vida, por amistad y por las hijas (ella se casó pero se separó enseguida). Madeleine le cuidó al final de sus días, y ha sido su albacea (aunque Truffaut tuvo otra hija, Josephine, con Fanny Ardant, en 1983, que fue la mujer del final). Ese mismo año dirigió otro cortometraje, Les Mistons ("Los golfillos").
En 1958, rueda Los cuatrocientos golpes, que servirá de carta de presentación al mundo del movimiento de la Nouvelle vague, que encabeza junto a Claude Chabrol, Éric Rohmer, Jean-Luc Godard, Alain Resnais o Jacques Rivette. Tendrá un éxito espectacular (Cannes, Acapulco, Fémina de Bélgica, Crítica de Nueva York, el Meliès, el Laurel de David Selznick, Valladolid).
Colaboró con Godard (guion de Al final de la escapada), y en los inicios de Rivette. Aparece ya una característica de Truffaut, su preocupación por la infancia, tan conflictiva en su caso, y por los más desamparados; e irá desde su primer largo Los cuatrocientos golpes (documento que radiografía autobiográficamente la realidad francesa tras la 2.ª Guerra Mundial), pasando por la revisión de las teorías de Jean-Jacques Rousseau en El pequeño salvaje, hasta la sensibilidad que demuestra en la visión que un adulto puede llegar a tener de los niños y su mundo acometida en La piel dura.
En 1968, cuando el gobierno destituyó a Henry Langlois de la Cinemateca francesa, se creó un comité de defensa, presidido por Jean Renoir, del que él fue tesorero, con Doniol-Valcroce, y organizó protestas. Fue el momento de mayor intervención social de Truffaut, en general replegado, pero firme defensor de libertades, como hizo con su admirado Jean-Paul Sartre.
Dirigirá Truffaut películas hasta su muerte a los 52 años, el 21 de octubre de 1984 en Neuilly-sur-Seine debido a un tumor cerebral. Está enterrado en el cementerio de Montmartre en París.
Hay que destacar que François Truffaut aparece como actor en varias de sus películas, como La habitación verde, La noche americana o El pequeño salvaje. También realizó un papel en Close Encounters of the Third Kind, película de 1977 de Steven Spielberg, en la que interpretaba al sabio francés "Claude Lacombe".
Es conocido también por ser el autor de un extenso libro de entrevistas a Alfred Hitchcock, El cine según Hitchcock, que se ha convertido en una referencia en los estudios de cine.
Destaca también el Truffaut escritor. Además de ser un cuidadoso guionista, escribió muchas y buenas críticas, así como el prólogo a la obra de André Bazin, muerto prematuramente como él mismo, o el prefacio al libro de su gran director de fotografía, Néstor Almendros, con el que hizo nueve películas.
Truffaut es el director de su generación más aceptado en Estados Unidos. Woody Allen siempre se declaró admirador suyo. Pasó varias temporadas en California, para aprender inglés o para descansar y visitar amigos.
Entre las muchas películas de Truffaut, cabe destacar la serie en la que aparece el personaje de Antoine Doinel, interpretado por el actor Jean-Pierre Léaud, quien inicia con 14 años su carrera de actor en Los cuatrocientos golpes: será el actor-fetiche y alter ego del propio Truffaut, con el que le confundieron alguna vez, según aparece en Les aventures de Antoine Doinel, libro prologado por Truffaut que recoge sus guiones de toda esa secuencia de filmes. Esta serie seguirá hasta El amor en fuga, y pasando por un episodio de El amor a los 20 años, Besos robados y Domicilio conyugal junto a Claude Jade en el papel de Christine, amiga y mujer de Doinel. Una hija de Truffaut, Eva Truffaut, seguía en 2004 buscando las últimas escenas de su padre y ha producido un serial radiofónico El diario de Alphonse, en donde aparecen Christine Doinel (Claude Jade) y su hijo Alphonse (Stanislas Merhar).
Lector apasionado, Truffaut llevará al cine muchas novelas: a) policiales estadounidenses (La novia vestía de negro y La sirena del Mississippi de William Irish, Vivamente el domingo (o bien, más cercano al francés, Ojalá el domingo llegue pronto, de Charles Williams, Disparen al pianista de David Goodis y Una chica tan decente como yo de Henry Farrell); b) satírico-costumbristas, destacadamente de Henri-Pierre Roché Jules y Jim y Las dos inglesas y el continente; c) de ciencia-ficción Fahrenheit 451 de Ray Bradbury; d) un relato de fantasmas de Henry James, en La habitación verde, que es un film que revela lo más profundo de sus inquietudes: la amistad, la pasión, la muerte.
El resto de las películas de Truffaut surgen de guiones originales, a menudo en colaboración con su gran colaboradora, Suzanne Schiffman, o Jean Gruault. Son películas de temas muy diversos, que van desde Diario íntimo de Adèle H., basada en la vida de la hija de Víctor Hugo, con Isabelle Adjani, o La noche americana, un auténtico homenaje al cine, que fue premiado en la ceremonia de los Óscar de Hollywood con el Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 1973), y también El último metro, película que se desarrolla durante la ocupación alemana de Francia y con la que ganó diez Premios César concedidos por la Academia del Cine Francés.
Pero no hay que olvidar que el propio director decía que "no hay buenas historias, sólo hay buenas películas".
Los inicios del movimiento cinematográfico y del propio realizador son una crítica al academicismo y a los convencionalismos del cine francés hasta mediados de los años 50, a los que acusaban de ser caducos reflejos del arte de narrar visualmente una historia, un sentimiento, etc. Ellos creían que el cine tenía que renovarse enfocando cada historia, personaje o situación desde una perspectiva más cercana, humana y, dentro de lo posible, real. Concretamente, Truffaut señaló que solo unos pocos directores franceses trabajaban de un modo más personal, como Jacques Tati, Robert Bresson, Max Ophuls, Jacques Becker y Jean Renoir.
Por ello, muchos de estos jóvenes teóricos cinematográficos, reconvertidos en directores, se adhieren al género documental en sus primeras realizaciones, tomando incluso elementos del entonces en declive neorrealismo italiano, del realismo francés de los años 30 de Jean Vigo, Renoir o Carné, además del cine experimental y de vanguardia de los años 20.
Tras debutar en el largometraje, estos directores rápidamente entendieron que el nuevo movimiento (al igual que ocurrirá con el free cinema británico o el "nuevo cine" alemán), tenía unas claras limitaciones en cuanto a estructuras narrativo-visuales, y que al intentar salir de la independencia artística e integrar sus motivos conceptuales en un cine más comercial —y con mejores medios a raíz del éxito comercial de sus primeras cintas—, el estilo se diluía en parte desde su propia base y era percibido por crítica y público como un cine igual de clásico que el de la etapa anterior, si bien suponía un clasicismo renovado y una reflexión sobre un presente muy distinto ya de los años de posguerra.
El propio Truffaut comienza siendo renovador y rupturista, pero con su estilo más moderado (desde Jules y Jim hasta Domicilio conyugal) que otros, para ser además un autor lúcido y brillante y con un clasicismo formal tan descollante como insospechado, desde Las dos inglesas y el amor hasta su último film.
De ahí las muy polémicas páginas sobre él escritas por Godard, su amigo-enemigo, que le alabó cariñosamente en su estreno y que decía en 1965 que era el "cineasta cada vez más y más serio".
En 1973, Godard atacó absurda y violentamente a Truffaut (este solo escribiría "historias"), y la respuesta implacable de Truffaut, que denunciaba a Godard por su frialdad y cobardía, su ideologismo coyuntural y elitista, su impostura vanidosa, les llevó a la ruptura. Truffaut le había ayudado en el primer guion y también como productor. Hicieron una carrera en paralelo en vida de Truffaut, con dos ángulos de visión casi opuestos; incluso su roce indica admiración, pese a tantas diferencias radicales.Escribe un comentario o lo que quieras sobre François Truffaut (directo, no tienes que registrarte)
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