La fimosis (del griego φῑμός, phimós, «hocico») ocurre cuando el orificio del prepucio es demasiado estrecho para dejar salir al glande. Dicho de otro modo, la fimosis es una condición del pene donde el prepucio no puede ser totalmente retraído sobre el glande. El término fimosis también puede referirse a la fimosis del clítoris en las mujeres, por la cual el capuchón del clítoris no puede ser retraído, limitando la exposición del glande del clítoris.
Al nacer, el prepucio está fusionado con el glande y no se puede retraer, es decir, todos los varones recién nacidos tienen fimosis, pero va desapareciendo durante la infancia y la pubertad. A partir de la pubertad, aproximadamente a los 13 años como media, el prepucio debería poder retraerse dejando el glande al descubierto, tanto cuando el pene está flácido como cuando está erecto. Si esto no es posible existe fimosis. La fimosis se considera patológica cuando causa problemas como dificultad para orinar o la realización de las funciones sexuales comunes.
Los tratamientos no quirúrgicos para la fimosis consisten en el estiramiento del prepucio bien sea de modo manual, mediante determinados ejercicios, o con ayuda de dispositivos especialmente diseñados para dilatar los tejidos, otras opciones son el uso de cremas o el cambio de hábitos de masturbación. Los tratamientos quirúrgicos incluyen prepucioplastia, frenectomía y circuncisión.
La fimosis es frecuente, sobre todo en niños, antes de la adolescencia. Se estima que menos del 2% de los adolescentes de 17 años padecen fimosis. En el 95% de los recién nacidos es difícil la retracción prepucial. A los 6 meses sólo el 20% de los prepucios son retráctiles, al año el 50% son retráctiles y a los 3 años más del 90% son retráctiles.[cita requerida]
En los últimos años se han publicado una serie de informes médicos sobre la incidencia de la fimosis. Estos informes varían ampliamente, debido a dificultades para distinguir la fimosis fisiológica de la fimosis patológica, y a las múltiples influencias adicionales en las tasas de circuncisión post-neonatal en culturas donde son circuncidados la mayoría de los varones recién nacidos. Una estadística de incidencia comúnmente citada para la fimosis patológica es la del 1% de los hombres no circuncidados.
Cuando la fimosis es simplemente sinónimo de no retractibilidad del prepucio después de 3 años de edad, se han reportado tasas de incidencia considerablemente mayores. Otros han descrito incidencias en adolescentes y adultos de hasta 50%, aunque es probable que se incluyeran muchos casos de fimosis fisiológica o no retractibilidad parcial. Hay tres condiciones mecánicas que impiden la retracción del prepucio:
La fimosis patológica (a diferencia de la no retractilidad natural del prepucio en la infancia) es rara y las causas son variadas. Algunos casos pueden surgir de balanitis (inflamación del glande del pene).
El liquen escleroso y atrófico (se cree que es la misma condición que la balanitis obliterante xerótica) es considerado como una común (o incluso la principal) causa de la fimosis patológica. Esta es una condición de la piel de origen desconocido que causa un anillo blanquecino de tejido endurecido cerca de la punta del prepucio. Este tejido sin elasticidad impide la retracción.
La fimosis se puede producir después de que otros tipos de inflamación crónica (como balanopostitis), cateterismo repetido o retracción del prepucio forzosa.
La fimosis también puede surgir en los diabéticos no tratados, por infección en el prepucio.
La fimosis en los niños mayores y los adultos pueden variar en gravedad, con un poco de poder para retraer su prepucio parcialmente (fimosis relativa), y algunos totalmente incapaces de retraer su prepucio, incluso cuando el pene está en estado flácido (fimosis completa).
Se cree que la causa de la fimosis es congénita, pero también puede ser debida a retracciones forzadas del prepucio de los bebés durante su higiene por los padres, que crea anillos fibrosos en el prepucio y adherencias balanoprepuciales.
En los adultos las causas de fimosis suelen ser variadas: la balanopostitis crónica o recidivante, sobre todo en diabéticos, balanitis xerótica obliterante y traumatismos (directos, actos sexuales violentos, manipulaciones urológicas).
El prepucio se desarrolla como una pequeña capa de epitelio que rodea el glande, a partir de la duodécima semana de gestación. Para el momento del nacimiento, oculta completamente al glande y está adherido fuertemente a su epitelio. En el transcurso de los primeros cuatro a cinco años de edad, se produce la separación gradual del prepucio, mediante las erecciones intermitentes y la acumulación de células de descamación, las cuales no deben ser confundidas con el esmegma.
Si no se puede retraer completamente el prepucio hasta detrás del glande, entonces habría fimosis. No todos los prepucios se retraen automáticamente al experimentar una erección del pene. Si se puede hacer manualmente sin dolor, no se considera fimosis, ya que es posible en este caso mantener relaciones sexuales completas sin dificultad.
El prepucio es usualmente no retráctil en la infancia.
Algunos argumentan que la no retractilidad puede ser considerada normal para los hombres hasta la pubertad, que es cuando técnicamente el hombre pasa a ser un ser sexualmente activo de forma potencial. Hill afirma que la plena retractilidad del prepucio no se puede lograr hasta finales de la infancia o hasta la edad adulta temprana. Un estudio danés encontró que la edad media de la primera retracción del prepucio es de 10.4 años. Rickwood, así como otros autores, ha sugerido que la verdadera fimosis es sobre-diagnosticada debido a la incapacidad de distinguir entre la no-retractilidad del desarrollo normal y un estado patológico.
Algunos autores utilizan los términos "fisiológica" y "patológico" para distinguir entre estos tipos de fimosis; otros usan el término "prepucio no retráctil" para distinguir esta condición del desarrollo de la fimosis patológica. Básicamente hay dos tipos de fimosis en función del grado de retracción del prepucio:
Según el grado de estenosis del prepucio se distinguen tres categorías:
Hay que diferenciar la fimosis de la parafimosis (urgencia urológica producida por la inflamación o edema del prepucio) que impide el recubrimiento del glande tras su retracción forzada y que produce una constricción o estrangulamiento del glande por un anillo del prepucio que se ha retraído, con riesgo de necrosis del glande, que puede ocasionar su pérdida. Es relativamente frecuente en adultos con sondaje urinario y en niños tras sus primeras manipulaciones peneanas.
La fimosis fisiológica, común en los varones de 10 años de edad y más jóvenes, es normal, y no requiere de intervención. El prepucio no retráctil normalmente se vuelve retráctil durante la pubertad.
Si la fimosis en niños mayores o adultos no está causando problemas agudos y graves, las medidas no quirúrgicas pueden ser eficaces.
Como norma general, salvo casos excepcionales, la circuncisión debería considerarse una opción de último recurso.
Los métodos quirúrgicos van desde la eliminación completa del prepucio a operaciones mucho más simples:
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