Luis Eugenio Fernández de Alvarado y Perales (* Barbacoas, Popayán 6 de febrero de 1715 - † Poitiers, Francia 2 de julio de 1780), fue un militar y noble criollo que desempeñó importantes cargos políticos y militares en diferentes territorios del Imperio español. Primer Marqués de Tabalosos.
Sus padres fueron el madrileño Eugenio Fernández de Alvarado y Colomo, Gobernador de Popayán y el Callao, y la limeña María Catalina de Perales y Hurtado, IV Condesa de Cartago. Hermano mayor de José Ignacio de Alvarado, rector de la Universidad de San Marcos.
Comenzó sus estudios en el Real Colegio de San Martín (1730), trasladado luego a España, se inició en la carrera militar siendo asignado al Regimiento de Infantería de Lombardía en Italia (1736), donde obtuvo dos años después el grado de capitán de granaderos. Tuvo destacada actuación en las campañas de Italia, durante la Guerra de Sucesión Austriaca, participando en las batallas de Campo Santo (1743), Velletri (1744), Plasencia y Tidone (1746); en los sitios de Tortona, Plasencia y Pizzighettone, y en los ataques a Pavía, Voltaggio, Codogno, Génova y las montañas de Turbia.
Ascendido a coronel (1750), fue investido con el hábito de caballero de la Orden de Santiago (1751). Se desempeñó como segundo comisario real en la cuestión limítrofe entre España y Portugal, que desembocó en la llamada Guerra Guaranítica y la posterior firma del Tratado de El Pardo (1754-1761). Promovido a la clase de brigadier, le tocó participar en el conflicto con Portugal conocido como la Guerra Fantástica (1762-1763), donde a la cabeza de una columna de 2.000 granaderos contribuyó al asalto y la rendición de las plazas de Chaves y Almeida, y luego tomó el mando de aquella, en la provincia de Trás-os-Montes.
Elevado al rango de mariscal de campo (1763), se desempeñó al año siguiente como gobernador de Zamora, pasando luego a la dirección del Real Seminario de Nobles de Madrid. Nombrado Gobernador de la plaza de Orán, en la actual Argelia, se le concedió el título nobiliario de Marqués de Tabalosos (5 de marzo de 1775) .
En noviembre de 1774 fue designado comandante general de Canarias y Presidente de la Real Audiencia de aquellas Islas. Llegó a las Palmas de Gran Canaria el 12 de agosto de 1775 para sustituir en el cargo a Miguel López Fernández de Heredia. Estando en Canarias, solicitó y obtuvo con éxito, el 16 de diciembre de 1774 la sucesión en el Condado de Cartago.
El marqués de Tabalosos llegó a Gran Canaria el 12 de agosto de 1775 mientras su mujer permanecía en Zamora. De su etapa en las islas sobresale la elaboración del documento El Plan Político donde recogía numerosos datos políticos, sociales y estadísticos el estado de las islas. En este se detallaban multitud de datos sobre agricultura, ganadería y artesanía y el recuerdo de un gobernante, interesado como no, en el comercio con las Indias. También confeccionó junto al capitán Sancho Figueroa un plano de la isla de Gran Canaria. Lamentablemente es muy escasa la información sobre su destino en Canarias. Ni siquiera en los archivos militares de Canarias [Archivo Intermedio Militar de Canarias] apenas se encuentran unas pocas referencias. Una de ellas es una comunicación de Tabalosos al conde de Ricla, Secretario de Guerra, sobre el abuso que hacían los coroneles en el conocimiento de las causas criminales y civiles de las milicias. Esta actuación para limitar los excesos le ocasionó una agria revuelta con los coroneles que veían como se les desposeía de la capacidad de dirimir en juicios responsabilidad que Tabalosos entendía que solo le competía a él.
Las reseñas sobre Tabalosos son muy frecuentes en Las Memorias. Tenerife en la segunda mitad del siglo XVIII de Lope Antonio de la Guerra y Peña. Desde lo más insignificante a los grandes problemas que tuvo en las Islas.
Tabalosos abandonó las islas Canarias en 1779 relevado por Joaquín Ibáñez Cuevas y de Valonga, barón de Eroles. Tras su salida se le pierde el rastro, y de forma inesperada aparece la nota de su fallecimiento en Poitiers, Francia, el 2 de julio de 1780. El motivo por el cual se encontraba en Francia lo relata el cronista Lope Antonio de la Guerra en sus Memorias. Lo que se desconocen son las causas de su fallecimiento. Para añadir más misterio a estas circunstancias su mujer fallece solo unos días más tarde, el 12 de julio del mismo año cuando solo contaba con 51 años. Relata Lope:
Tras su marcha se le pierde el rastro biográfico y, de forma inesperada, aparece la nota de su fallecimiento en Poitiers, Francia. El motivo por el cual se encontraba en Francia lo menciona Lope Antonio de la Guerra y Peña en sus Memorias. Lo que se desconoce son las causas de su fallecimiento, para añadir más misterio a estas circunstancias, su mujer fallece unos días más tarde, el 12 de julio del mismo año cuando solo contaba con cincuenta y un años.
Y anota Lope de la Guerra:
Contrajo nupcias en Madrid (1762) con la portuense Ignacia de Lezo y Pacheco, hija del almirante Blas de Lezo, con la cual tuvo a:
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