Enrique Gaspar cumple los años el 2 de marzo.
Enrique Gaspar nació el día 2 de marzo de 1842.
La edad actual es 182 años. Enrique Gaspar cumplió 182 años el 2 de marzo de este año.
Enrique Gaspar es del signo de Piscis.
Enrique Gaspar nació en Madrid.
Enrique Gaspar y Rimbau (Madrid, 2 de marzo de 1842-Olorón, Aquitania, Francia, 7 de septiembre de 1902); cónsul de carrera y escritor español, autor de obras de teatro, zarzuelas y novelas, incluyendo la primera obra de ciencia ficción conocida que utiliza una máquina del tiempo, El anacronópete.
Enrique Lucio Eugenio Gaspar y Rimbau nació el 2 de marzo de 1842 en Madrid, hijo de padres actores. Su padre era Juan Gaspar y su madre Rafaela Rimbau y Sáez.
Al fallecer su padre en 1848, su madre junto a sus hijos se instala en Valencia, donde trabaja en el Teatro Principal desde 1848 a 1858. Allí él estudió Humanidades y Filosofía, aunque no terminó sus estudios. A los trece años ya había escrito su primera zarzuela y a los catorce era redactor de La Ilustración Valenciana. A los quince se estrenó su primera comedia, protagonizada por su madre. En 1864, su madre se casó en segundas nupcias con el arquitecto Sebastián Monleón Estellés, quien le animó a trabajar en la casa de banca y comercio del Juan Bautista Romero, Marqués de San Juan. Su medio-hermana Teresa Monleón y Rimbau, fue la madre de Amelia Cuñat Monleón, su sobrina.
A los veintiuno se trasladó a Madrid para dedicarse a ser escritor. A los veintitrés años se casó con Enriqueta Batllés y Bertrán de Lis, una bella aristócrata, cuyos padres no aprobaron la boda.
Entre 1868 y 1875 tuvo su época más fecunda, realizando obras donde criticaba los valores burgueses. Fue pionero del teatro social en España. Publicó numerosos artículos, poesías y narraciones en las principales publicaciones periódicas de la época: La Época, Blanco y Negro y La Ilustración Española y Americana.
Tras el nacimiento del segundo hijo, ingresó a los veintisiete años en la carrera consular. Pasó un tiempo en Grecia y en Francia, luego de vuelta a Madrid y finalmente estuvo de cónsul en China, primero en Macao y luego en Hong-Kong. Durante este tiempo no dejó de escribir y estrenar obras, además de colaborar en El Diario de Manila. De vuelta a Europa, es destinado a la localidad aquitana de Olorón, aunque la familia reside en Barcelona, dónde llega a estrenar una obra en catalán. Seguirán varios destinos en el sur de Francia. Su esposa morirá en Marsella, en donde era cónsul, y, enfermo, se retira a Olorón con su hija, su yerno y sus nietos. Morirá a los 60 años, el 7 de septiembre de 1902 en Olorón.
Escribió unas veintiséis piezas dramáticas muy interesantes e innovadoras, como El estómago (1874), sobre la preeminencia de este órgano en el cuerpo humano, o La lengua (1882), que trata sobre la maledicencia y la educación de la mujer. Si en su época imperaba el sentimentalismo en el teatro, Enrique Gaspar quiere sobre todo hacer pensar a sus espectadores y evoluciona hasta rechazar todo lirismo y preferir la prosa al verso, pues cree que el lenguaje figurado y las descripciones son ajenas a lo sustancialmente teatral. Sus obras suelen versar sobre problemas de ética social. En Las circunstancias (1867), se denuncia y satiriza la hipocresía e intereses de la burguesía. Destaca, entre sus últimas obras, Las personas decentes estrenada el 31 de enero de 1890: Ramón prepara en Madrid su doctorado y conoce personas ofuscadas por intereses variados: especulación sobre tierras revalorizables, un nombramiento de diputado, un matrimonio ventajoso... Entonces, renuncia a ser "decente" y deja Madrid, desengañado, denunciando a una sociedad que prima la confusión y la hipocresía:
Huelga de hijos (1893) es una obra feminista muy adelantada para su época. Enrique Gaspar fue un autor minoritario por su realismo crítico y sus innovaciones dramáticas; manejaba a la perfección los personajes y el diálogo, muy movido, conciso y cáustico, y en ocasiones descarnado. Su visión del mundo es pesimista, pese al humor del que hace gala.
Publicada en 1887 en Barcelona, la novela El anacronópete es una de sus obras más importantes. Es una novela de ciencia ficción que se adelanta a H. G. Wells en la invención de la máquina del tiempo.
Novela en formato de zarzuela, es el primer trabajo en el que se inventa una máquina para viajar en el tiempo: el anacronópete, una caja enorme de hierro fundido, navega gracias a la electricidad, que mueve cuatro grandes cucharas mecánicas para desplazarse, además de otra maquinaria que incluye la producción del «fluido García», que hace que los pasajeros no rejuvenezcan cuando viajan hacia atrás en el tiempo. La máquina también incluye toda clase de comodidades en su interior y, entre otras maravillas, escobas que barren solas.
La máquina sirve de excusa para una historia en tres actos en los que don Sindulfo García, científico de Zaragoza e inventor del ingenio, su amigo y ayudante Benjamín, la sobrina y pupila Clarita, la sirviente, el capitán Luis, amor de Clarita, unos cuantos húsares y algunas mujeres francesas de vida alegre se desplazan en el tiempo.
En el primer acto salen de París, de la Exposición Universal y viajan hasta la batalla de Tetuán en 1860. Acaban por regresar a París el día anterior de su salida, donde desembarcan unas señoritas francesas rejuvenecidas.
En el segundo acto se vuelve de nuevo a viajar hacia el pasado, parándose en diversos momentos históricos como Granada en 1492 o Rávena en el 690 para avituallamiento. Acaban en la China del siglo III donde sufren algunas aventuras, consiguiendo escapar bajo el mando de Benjamín. Los personajes evolucionan, con Benjamín obsesionado por la vida eterna, don Sindulfo loco de celos por Clarita y Clarita enamorada del capitán Luis.
En el tercer acto, con una parada en la Pompeya del Vesubio en el año 79, llegan al siglo XXX a. C., los tiempos de Noé. Allí descubren el secreto de la vida eterna en Dios. Finalmente, don Sindulfo, enloquecido acelera el anacronópete, que estalla al llegar al día de la creación.
La obra se inserta dentro del espíritu de la época, en la que las obras de Julio Verne tenían mucho éxito. Con seguridad está influenciada por Camille Flammarion y su historia Lumen. El anacronópete, escrita en 1881, es anterior a L'historioscope de Eugène Mouton, por lo que no pudo haber sido influido por este.
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