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Elecciones primarias de Argentina de 2019



¿Dónde nació Elecciones primarias de Argentina de 2019?

Elecciones primarias de Argentina de 2019 nació en PASO.


El 11 de agosto de 2019 se realizaron las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), para determinar las candidaturas para los cargos nacionales en las elecciones presidenciales de octubre de 2019.

En estas elecciones primarias se eligen candidatos a presidente de la Nación y legisladores nacionales (senadores y diputados nacionales). Sin embargo, los frentes que compiten independientemente, para ser habilitados a las elecciones generales de octubre, deben cumplir como requisito alcanzar como mínimo el 1,5% de los votos. Mientras que los frentes con varios candidatos, quedará habilitado el candidato de más votos con el mínimo antes mencionado, sin embargo en esta elección ningún candidato a presidente a ido a internas.

Las elecciones para cargos provinciales (gobernadores, diputados provinciales, senadores provinciales, etc.) y municipales (intendentes, concejales, etc.) son independiente de las elecciones para cargos nacionales y pueden o no realizarse en las mismas fechas.

También estaban habilitados para votar los ciudadanos de 16 años y también las personas de 15 años que cumplieran antes del 27 de octubre (con excepción de la provincia de Córdoba) serán incluidos en el padrón electoral.

Las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) se realizaron el 11 de agosto. Con este sistema, los candidatos son elegidos dentro de cada alianza, en un mismo acto eleccionario obligatorio, en el que los ciudadanos pueden votar por cualquier precandidato de cualquier partido, pero solamente pueden emitir un voto. Cuando hay más de un precandidato por alianza, el que obtenga más votos será el elegido como candidato de esa alianza para las elecciones generales, a realizarse dos meses después. Las PASO también definen qué fuerzas pueden presentarse en las elecciones generales, ya que solamente aquellas que obtengan un mínimo de 1,5% pueden hacerlo.

En 2019 las diez fuerzas políticas que se presentaron para las elecciones presidenciales presentaron un solamente precandidato en la categoría de presidente y vice de la Nación. Debido a ello no fue necesario elegir internamente entre varios candidatos, pero la cantidad de personas que votaron en cada interna resulta un claro indicador de las preferencias del electorado, con vistas a las elecciones generales del 27 de octubre.

El viernes 9 de agosto, exfuncionarios del gobierno de Macri violaron la veda electoral y difundieron una encuesta de la empresa Elypsis, cercana al gobierno, que daba ganador a Macri en las PASO. La empresa despidió a los gerentes responsables, mientras que el presidente Macri los defendió.[4]

Los resultados sorprendieron a la opinión pública nacional e internacional,[5]​ porque las encuestas y algunos medios de comunicación anticipaban una gran paridad entre el oficialismo de Juntos por el Cambio y la principal alianza opositora organizada en el Frente de Todos. Pero los pronósticos no se cumplieron y la cantidad de ciudadanos que eligió votar en las internas de la principal oposición, superó por más de quince puntos porcentuales a la cantidad de gente que eligió votar en las internas del oficialismo.

Finalmente, de las diez fuerzas que se presentaron en las PASO, solamente seis superaron el 1,5% de votantes, quedando habilitadas para participar en las elecciones generales del 27 de octubre: Frente de Todos, Juntos por el Cambio, Consenso Federal, Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad, Frente NOS y Unite por la Libertad y la Dignidad.

La noche misma de las elecciones, el presidente Macri anunció públicamente que el resultado había sido «muy malo» para el oficialismo[9]​ y recomendó a sus seguidores «irse a dormir», cuando aún el escrutinio oficial no había hecho público ningún resultado, circunstancia que generó diversas críticas.[10][11][12]

Al día siguiente comenzó en la Argentina y Wall Street, una corrida cambiaria y bursátil (esta última la segunda más grave que se tenga registrada en setenta años, con una caída del 48 %), y el aumento al doble del riesgo país a 1700 puntos básicos.[13][14][15]​ y una devaluación del 23 %. Tras ello, el extitular del Banco Central Martín Redrado acusó al presidente Mauricio Macri de haber ordenado el lunes dejar correr el valor del dólar para que los “argentinos aprendan a quién votar”[16]​Días después el dictamen de la fiscalía ordenaba investigar si el Ejecutivo instruyó al BCRA para que no interviniera en el mercado cambiario el 12 de agosto, donde se produjo “una suba indefinida del dólar” frente a la cual el BCRA se comportó de modo “anormal, extraño e inusual” investigándose si hubo una instrucción directa del presidente para causar una corrida cambiaria.[17]​Mientras el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne estuvo ausente de todas las reuniones del gabinete y en los anuncios económicos del gobierno.[18][19]​ La ausencia de Dujovne generó diversas versiones. El diario Clarín informó que «todos conocían que Nicolás Dujovne había renunciado por escrito el martes (13 de agosto)» y afirmó que al ministro «ya se le conocían antecedentes de pánico ante situaciones de estrés».[18]​ Finalmente, el martes 20 de agosto juró como nuevo ministro de Hacienda Hernán Lacunza, quien hasta ese momento se había desempeñado como ministro de Economía de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.[20][21]​ Tras la subida inicial ese martes el dólar cayó un 2% y el índice del JP Morgan de riesgo país se redujo 7%.[22]

Por la tarde el presidente dio un mensaje al país, respaldado por el logo oficial de la Presidencia de la Nación y acompañado por su candidato a vicepresidente, el senador peronista Miguel Ángel Pichetto, atribuyéndole la responsabilidad de la corrida cambiaria y bursátil al voto de la población a favor de la principal alianza opositora y afirmando que «esta elección no sucedió».[23]​ Por su parte el candidato a vicepresidente agregó que "El presidente está en control, esto no terminó".[23]​ Columnistas destacados de los dos principales grupos de prensa del país (La Nación y Clarín), cercanos al oficialismo, criticaron la postura del presidente y hablaron del "peligro de un Macri alienado",[24]​ o afectado de una patología del poder llamada "mal de hubris".[25]

El martes 13 de agosto por la mañana, Macri volvió a dirigirse a la población, esta vez sin estar acompañado por nadie, para disculparse por su mensaje del día anterior, en el que había responsabilizado a la ciudadanía por haber concurrido a votar mayoritariamente en las internas del opositor Frente para Todos, liderado por Alberto Fernández. Macri admitió que sería positivo mantener una conversación con Fernández, para garantizar la gobernabilidad.[26]​ Luego del discurso de Macri continuó la corrida cambiaria y bursátil, con una nueva devaluación del peso de un 9%.[27]

Esa misma tarde Macri y Fernández conversaron telefónicamente por primera vez. Ambos declararon a la prensa que estaban satisfechos con el encuentro y los acuerdos básicos alcanzados con el objetivo de preservar la institucionalidad, respetar la voluntad democrática de la población y tranquilizar a los mercados,[28][29]​ iniciando un proceso de reuniones entre el oficialismo y la oposición para dar estabilidad a la economía durante el proceso electoral.[30]

Tras la victoria definitiva el dólar bajaría 7 pesos el lunes posterior a las elecciones presidenciales.[31]



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