El Turuñuelo, Turuñuelo de Guareña o Casas del Turuñuelo es un yacimiento arqueológico tartésico del siglo V a. C., que se encuentra en el término municipal de Guareña (Badajoz), cerca de Yelbes. A unos 3 km se encuentra la necrópolis tartésica de Medellín.
Los trabajos de excavaciones que lleva a cabo el Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), están coordinados por Sebastián Celestino Pérez y Esther Rodríguez González.Guadiana, de los que se han excavado tres: Cancho Roano (cerca de Zalamea de la Serena), La Mata (en Campanario) y El Turuñuelo.
Hay una docena de yacimientos arqueológicos tartésicos en el Valle delDesde la década de 1990 se conocía la existencia del túmulo de El Turuñuelo,estratigráfico. Se han sucedido tres campañas de excavaciones. La primera campaña (2015) fue financiada por la Junta de Extremadura con fondos Feder de la Unión Europea, y la segunda por el Ministerio de Economía y Competitividad. En 2015 se descubrió un habitáculo de 70 m² en muy buen estado de conservación, en el que se hallaron, en el centro, un altar de adobe con forma de piel de toro, bancos corridos y una bañera de 1,70 m, «considerada como uno de los hallazgos más extraordinarios de la excavación, un elemento hasta ahora desconocido y que se podría dedicar a hacer algún ritual relacionado con el agua», según Sebastián Celestino. «Lo llamamos bañera o sarcófago por su forma. Está hecho con un material extraño a base de cal y no sabemos qué contenía; no tiene ningún orificio de salida y, por lo tanto, puede ser para contener agua, para hacer algún tipo de ritual que se nos escapa», explica Sebastián Celestino.
y en 2014 se realizó un sondeoEn 2017, se sacó a la luz una escalinata con 10 escalones y 2,5 metros de altura que une dos plantas; la inferior aún no se ha excavado. El material es un tipo de mortero de cal y granito triturado, que se encofraba y constituía una especie de protocemento (lo más parecido, el opus caementicium romano, es un siglo posterior). En abril del mismo año, se encontró junto a la escalinata los restos de dos caballos sacrificados. Menos de dos meses después, se habían exhumado los restos de otros 17 caballos, de dos toros y de un cerdo.
El sacrificio de estos animales formaría parte de un ritual de los pobladores, que incluiría un banquete comunitario y el inmediato incendio del santuario tartésico, que fue enterrado y abandonado.
El sacrificio ofrendado a sus divinidades, se realizó en el patio principal de la estancia sur, zona en la que se hallaron muchas conchas y huesos echados al suelo. Sebastián Celestino, resalta la importancia del hallazgo del ajuar empleado en el banquete: dos jarros, coladores y otros enseres, además de vasos de imitación griega y de platos y vasos con bandas pintadas de color rojo. La buena conservación del recinto religioso y de los objetos de bronce del ritual, se debe a que el fuego solidificó los muros de adobe de tres metros de ancho, y la tierra con la que se cubrió el recinto preservó los metales. El 31 de mayo de 2017 finalizó la segunda fase de excavaciones, de dos meses de duraciónEl túmulo del Turuñuelo tiene en la actualidad una hectárea de extensión.
En las campañas de 2015-2016, se hallaron restos cerámicos, arquitectónicos, semillas, restos de alfombras de esparto y otros tejidos, un caldero y una parrilla de bronce y otros muchos objetos de este metal. Entre las tres campañas se ha excavado el 10 % del total del yacimiento. Esther Rodríguez señaló que hasta octubre de 2017, en que posiblemente se reanudara la campaña, se procedería a documentarla. La restauración de los bronces hallados, prosiguió en el Laboratorio de Restauración y Conservación de la Universidad Autónoma de Madrid (SECYR). La arqueóloga añade, que espera que puedan ser publicados pronto los resultados de las excavaciones. La codirectora del Turuñuelo afirma que «este yacimiento se ha convertido en un ejemplo excepcional para el estudio de la arquitectura tartésica, así como de su organización social y económica dentro del sistema que rige el Guadiana Medio durante esta época».
La extensión del yacimiento es tres veces superior al de Cancho Roano. Las construcciones de El Turuñuelo fueron destruidas, incendiadas y selladas con arcilla por sus propios habitantes al final del siglo V a. C., ante la invasión inminente de pueblos celtas del norte.
En la primera campaña arqueológica de 2018 (mayo-junio), se exhumaron los huesos de un ser humano adulto, los pies de una estatua contemporánea griega de mármol policromado, y un corredor que rodea una construcción de gran tamaño.
Este corredor que circunda el patio es el único de este tipo hallado hasta la fecha en el Mediterráneo, según Sebastián Celestino. Añade que ya se ha desenterrado el 15 % del yacimiento. A finales de 2018, Sebastián Celestino declaró que estima que hasta 2022 se seguirán realizando excavaciones.
No obstante, en 2019 se paralizaron las actuaciones, al parecer por desencuentros económicos entre los propietarios del terreno donde se encuentra el yacimiento y la Junta de Extremadura
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