El Danubio azul, o El bello Danubio azul (título original en alemán: An der schönen blauen Donau op. 314, En el bello Danubio azul), es un vals compuesto por Johann Strauss (hijo) en 1866.
Johann von Herbeck, director del Wiener Männergesangverein, pidió a Strauss que le escribiera un vals para su coro. Herbeck llevaba mucho tiempo disgustado con el repertorio del coro masculino, que en su opinión era mediocre y gris, por lo que deseaba un vals coral "vivo y alegre" para los carnavales de aquel año. La letra la escribiría el poeta fijo de la sociedad coral.
Strauss se puso al trabajo, y pronto terminó el encargo, que sería el más famoso y popular de sus cuatrocientos valses.
En aquella época, reinaba en Viena una atmósfera derrotista como consecuencia de la derrota de Austria a manos de Prusia en la Guerra de las Siete Semanas en 1866.
El comisario de Policía, Josef Weyl, a quien se encargó la letra del vals, aprovechó la oportunidad para manifestar sus sentimientos políticos. A los componentes del coro no les gustó la letra, y la protestaron ruidosamente cuando tuvieron que ensayar la canción. Su indignación se refería también a la música. Pero Herbeck y el patrón de las artes, Nikolas Dumba, a quien estaba dedicado el vals, consiguieron apaciguarlos y que no ofendieran a Strauss.
El día 13 de febrero de 1867, el vals se estrenó en la Sala Diana, bajo la batuta de Rudolf Weinburm. La orquesta creada por los hermanos Josef y Eduard Strauss, acompañó al coro. Aunque el vals fue bien, pasó de mediano.
Strauss comentó con su hermano Josef, prueba.
Pero cuando el propio Strauss en persona dirigió el vals, aunque sin coro, en la Exposición Universal de París, en el verano del mismo año, el éxito fue enorme, y rápidamente alcanzó una tremenda popularidad.
Invitado por el Príncipe de Gales, Strauss lo dirigió en Inglaterra, donde fue ejecutado en seis conciertos en el Covent Garden.
Unas semanas después salía para todos los rincones del mundo un millón de ejemplares de la partitura impresa. Las planchas de cobre que se utilizaban en aquel tiempo para la impresión musical, sólo podían utilizarse para 10 000 ejemplares, número excesivo incluso para las melodías más populares. Sin embargo, fue necesario grabar cien planchas para la edición de El bello Danubio azul.
Franz von Gernerth escribió una nueva letra que dice:
Se hicieron varias traducciones inglesas, una de ellas por Charles Dunn. Francia también tiene su versión. El compositor Wekerlin lo adaptó para una sola voz con letra de Jules Barbier.
Hoy, El Danubio Azul es considerada una de las piezas más populares de la música clásica. Las connotaciones sentimentales vienesas lo han convertido en el segundo himno nacional austriaco y es uno de los "bises" indiscutibles del Concierto de Año Nuevo de Viena. Es muy tradicional en Latinoamérica bailar un vals en las fiestas de boda y de XV Años, siendo El Danubio Azul la pieza más utilizada.
A continuación se presenta el texto original de la canción (alemán) y su traducción (español):
An der schönen blauen Donau
Donau so blau, so schön und blau,
durch Tal und Au wogst ruhig du hin,
dich grüßt unser Wien, dein silbernes Band
knüpft Land an Land und fröhliche Herzen
schlagen an deinem schönen Strand.
Weit vom Schwarzwald her eilst
du hin zum Meer,
spendest Segen allerwegen,
Ostwärts geht dein Lauf,
nimmst viel Bruder auf:
Bild der Einigkeit für alle Zeit!
Alte Burgen Seh'n nieder von den Höh'n,
grüssen gerne dich von ferne
und der Berge Kranz,
hell vom Morgen glanz,
spiegelt sich in deiner Wellen Tanz.
Die Nixen auf dem Grund,
die geben's flüsternd kund,
was alles du erschaut,
seit dem über dir der Himmel blaut.
Drum schon in alter Zeit
ward dir manch Lied geweiht;
und mit dem hellsten Klang preist
immer auf's Neu dich unser Sang.
Halt an deine Fluten bei Wien,
es liebt dich ja so sehr!
Du findest, wohin du magst zieh'n,
ein zweites Wien nicht mehr!
Hier quillt aus voller Brust
der Zauber heit'rer Lust,
und treuer, deutscher Sinn streut
aus seine Saat von hier weithin.
El bello Danubio Azul
Danubio tan azul, tan bello y azul,
a través del valle y el campo se desplaza hacia abajo aún,
Nuestra Viena te saluda, su cinta de plata,
une todas las tierras y la alegría del corazón
golpea la hermosa ribera.
Lejos de la Selva Negra
te apresuras hacia el mar
dando bendición a todo.
Fluyes hacia el este
acogiendo a muchos hermanos
¡Imagen de unidad de todos los tiempos!
Antiguos castillos te ven desde lo alto,
y saludan desde lejos
y las montañas escarpadas
que resplandecen en la mañana,
se reflejan en la danza de tus olas.
Las sirenas en el fondo,
susurran
lo que escuchas,
bajo el cielo azul.
El ruido de tu paso
es una canción de hace mucho tiempo
y los sonidos más brillantes
no siempre se los llevan.
¡Mantén tus olas en Viena,
que te ama tanto!
A donde quiera que vayas
¡No encontrarás otro lugar como Viena!
Aquí vierte de sus pulmones
la magia de deseos felices
y fiel, extiende el sentimiento germánico
sembrándolo a lo largo de sus aguas.
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