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Discriminación de género



En comportamiento social, la discriminación (del latín discriminatĭo, -ōnis) es el trato desigual hacia una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, diferencias físicas, políticas, de sexo, de edad, de condición física o mental, orientación sexual , etc.[1]​ En filosofía moral se ha definido a la discriminación como un trato o consideración «desventajosa». Esta definición es comparativa: una persona no tiene que ser dañada para ser discriminada, simplemente tiene que ser tratada «peor» que otras por razones arbitrarias.[2]​ La reacción o interacción inicial que le sucede un grupo influencia el comportamiento real del individuo hacia el propio grupo o a su líder, restringe a miembros de un grupo de privilegios u oportunidades disponibles para otro grupo, lo que conduce a la exclusión del individuo o a entidades basadas en una toma de decisiones ilógica o irracional.

La mayor parte de las personas afectadas por la discriminación son individuos pertenecientes a las denominadas minorías, pequeños grupos dentro de una sociedad, aunque hay muchos casos en los que estos grupos no son pequeños.[3][4]

Existen tradiciones, políticas, ideas, prácticas y leyes discriminatorias en muchos países e instituciones en todas partes del mundo, incluso en territorios donde la discriminación está mal vista. En algunos lugares se ha intentado beneficiar a quienes habían sido tradicionalmente víctimas de discriminación a través de mecanismos de discriminación positiva, como el establecimiento de leyes de cuotas para favorecer el acceso de la mujer a los cargos de representación o para favorecer la contratación de personas con discapacidad.

La discriminación individual es aquella que se produce entre un individuo y otro. Es decir, cuando una persona trata de manera distinta y negativa a otra persona sin que exista una razón contextual diferenciada.

Esta forma de discriminación se contrapone a la discriminación colectiva, que ocurre cuando se da un trato diferenciado de un grupo a otro, negativo e inferior por las mismas razones. La discriminación colectiva la sufren los colectivos LGBT por ejemplo, y se da en casos de discriminación racial, como en EE. UU. durante los años 60 o las presiones que sufren aquellas personas que profesan ciertas religiones en países islamistas.[5]

Una de las principales fuentes de la desigualdad es la discriminación. Según César Rodríguez, en su texto titulado Derecho a la igualdad, «los ingresos, la clase social y la raza, factores tales como el género, el origen étnico, la nacionalidad, la afiliación religiosa o la ideología política» dan lugar a las formas de discriminación.

Existieron ciertos grupos minoritarios que no están efectivamente incorporados en la sociedad. Estos grupos están discriminando y se encuentran en una posición de «subordinación perpetua» (expresión tomada de Derecho y grupos desaventajados de Gargarella), lo cual se ve reflejado en la economía (clases menos favorecidas), en la política (estos grupos no tienen representación política) y en la vida social. Este tipo de discriminación es la más evidente, pues es la que se ve en el día a día; por ejemplo, la violencia física racial entre pandillas que se da en los Estados Unidos o en Europa.

El derecho (sistema judicial) ha sido utilizado como elemento de control por parte de los grupos predominantes, con objeto de mantener el statu quo. La discriminación ha sido una de las principales fuentes de desigualdad, debido a que, como ciertos grupos están marginados de las decisiones, se les priva de ciertos derechos fundamentales, tales como la salud, la seguridad social y la educación, entre otros muchos.

En las diferentes lenguas abundan términos que son utilizados con connotaciones racistas, clasistas o nacionalistas. También se utilizan las palabras para crear y mantener estereotipos. Existen muchas frases que expresan discriminación a las que estamos tan acostumbrados que no nos damos cuenta. Por todo esto, podemos decir que el lenguaje es una forma de discriminación y que hace que estas actitudes se vayan permeando por la sociedad que utiliza el lenguaje.

Sin embargo, se han hecho esfuerzos para parar la discriminación[6][7]​ y asegurarle a estos grupos el respeto a sus derechos a través del mismo ejercicio del derecho. Un ejemplo de esto fueron las reformas jurídicas de la década de 1970, en las que se operó de forma tal que sirvieran de «obstáculos contra la discriminación» (expresión tomada del libro Emancipación social y violencia en Colombia, escrito por Rodrigo Uprimny y Mauricio García Villegas). En el caso colombiano podemos ver cómo la Corte Constitucional ha tenido un papel protagónico a través de sus decisiones, permitiendo que algunos de los grupos antes discriminados obtengan ahora representación y el respeto de sus derechos fundamentales (ejemplos de esto son los indígenas, los sindicatos y los homosexuales, entre otros muchos).

Otras personas que pueden también ser objeto de discriminación son quienes poseen una condición de discapacidad, sea física, intelectual, sensorial o relacionada con algún trastorno mental crónico (o cronificado). En estos casos la discriminación se manifiesta en diversas áreas como el derecho, la educación, el urbanismo, la cultura, la administración, la economía, el empleo, etc. Estas barreras que encuentran las personas con alguna de estas características son analizadas desde el llamado enfoque social de la discapacidad.

La discriminación de género es un fenómeno social que se basa en el conjunto de roles socialmente construidos, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad considera como apropiados e inapropiados para hombres y mujeres. Puede ocasionar distintos problemas psíquicos y somatizaciones en comunidades LGBT.[12]

Al referirnos a la discriminación de género entendemos que es toda distinción, exclusión o restricción en el sexo que tenga por objeto o por resultado, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de un derecho por género.

La perspectiva de género en la República Dominicana, se ha estudiado tímidamente; por lo que el desarrollo de los estudios sobre la mujer son muy escasos debido a la falta de una tradición investigativa en el país, que está todavía en proceso de construcción y muestra grandes debilidades.[cita requerida]

En referencia a los avances cabe destacar que la República Dominicana ha mostrado su interés en la búsqueda de la equidad e igualdad de género y la democracia inclusiva haciéndose signataria de acuerdos internacionales que favorecen la situación de la mujer, algunos como Beijing, Cairo, CEDAW y Belem do Para. Asimismo, el país asumió el compromiso de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para el año 2015. En este sentido, la meta trazada para el objetivo de promover la equidad de género y la autonomía de la mujer: eliminar la disparidad de género en la educación primaria y secundaria, se podría decir que está cumplida en el país. No obstante, los avances en la cobertura educativa con equidad entre los sexos, y la preparación técnica y profesional femenina, no han garantizado la eliminación de las disparidades de género.

Un enfoque desde el cual es posible analizar de manera cualitativa los niveles de discriminación contra la mujer es desde el ámbito laboral. De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Barcelona los trabajos en los cuales las mujeres a través de la historia se han desarrollado comúnmente son aquellos relacionados con servicios de proximidad o de vida diaria, entendiendo por ellos a las actividades remuneradas cuyo fin principal es el de satisfacer necesidades familiares y en general de la vida cotidiana.[13]​ En este sentido, se trata de uno de los pocos ámbitos en los cuales la mujer ha logrado tener un crecimiento laboral, respecto del género opuesto, desarrollándose principalmente en ámbitos ejecutivos y puestos que suponen un grado académico específico.

El incremento masivo de este tipo de trabajos entre las mujeres en los último años deriva de una serie de condiciones, tales como cambios sociodemográficos, económicos, la dispersión de ciertas tradiciones y costumbres, el envejecimiento de la población, crecimiento de la población femenina, crisis fiscales, entre otras, sobre todo en las sociedades occidentales.[13]

En la mayoría de los países, el servicio militar obligatorio es obligatorio únicamente para los varones,[14]​ lo que constituye una violencia institucional y sistemática contra los varones, en muchos casos avalada por los tribunales. Cuando esto ocurre, esta violencia conlleva además otras violencias y discriminaciones (disciplina militar, movilización para la guerra, sujeción a leyes penales militares, etc.)

También existen otras discriminaciones y violencias contra los varones en otros ámbitos.[cita requerida]

La discriminación racial es un concepto que suele identificarse con el nombre de racismo y lo que abarca, aunque se trata de conceptos que no coinciden. Mientras que el racismo es una ideología basada en la superioridad de etnias sobre otras, la discriminación racial es un acto que, aunque suele estar fundado en una ideología racista, no siempre lo está.

La discriminación étnica es un género muy específico de discriminación, ya que se dirige contra personas o grupos que se distinguen por sus características raciales, culturales, nacionales, y/o cualquier otra que las asocie con un grupo que comparte una herencia común. El vocablo «étnico» o «etnia» proviene del griego y se refiere a los miembros de un pueblo o nación que tienen un origen compartido.

La discriminación étnica o racial, es reconocida sobre todo en el ámbito internacional, donde la esclavitud, el apartheid y el antisemitismo marcaron la discusión sobre este tema a mediados del siglo xx. Sin embargo, debe quedar claro desde ahora que lo étnico o racial no se limita al color o a los rasgos físicos del grupo en cuestión, sino a un conjunto de elementos objetivos y subjetivos, como creencias, formas de vida o instituciones que distinguen a un pueblo o nación en particular.

Los pueblos indígenas son adscritos a la categoría de etnia precisamente porque se entiende que eran naciones o pueblos cuyo origen se remonta a los tiempos anteriores a la conquista de América. Dichos pueblos han mantenido su voluntad de permanecer como tales y se distinguen precisamente por contar con ciertas instituciones políticas y culturales diferentes a las del resto de la nación. Dicho de otro modo, son pueblos indígenas debido a la conciencia que sus propios miembros tienen acerca de seguir manteniendo todas o ciertas especificidades socioculturales.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es muy elocuente con esta definición del pueblo indígena. Su artículo 2 señala que: «La nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas, que son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas». Además, sostiene que «la conciencia de identidad indígena deberá ser criterio fundamental para determinar a quiénes se aplican las disposiciones sobre pueblos indígenas».

La discriminación obedece a patrones socioculturales largamente aprendidos y repetidos, en cuya transmisión y perpetuación, la conducta de quienes nos rodean medio familiar y entorno sociocultural juega un papel importante pues es aquí donde el ser humano comienza a establecer criterios de-selección de personas, grupos y comunidades.

Una de las peores formas de discriminación es la invisibilidad, las mujeres indígenas inmigrantes son invisibles, no sabemos con precisión cuántas migran a los campos agrícolas o a las maquiladoras del norte del país, tampoco sabemos cuántas migran a Estados Unidos.

Esta visión, ha permitido violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos, puesto que a los grupos etiquetados como vulnerables se les limitan las posibilidades de ejercer sus derechos, ocultando hechos que tienen raíces discriminatorias por racistas, misóginas, xenofóbicas, etc. y, sobre todo, se encubren las desigualdades, que con base en determinaciones estructurales, niegan o restringen el acceso a condiciones de vida dignas.

La diversidad cultural generada por los distintos grupos étnicos nos brinda gran potencial para el crecimiento comunitario, por lo que el cuestionamiento y concientización de los patrones discriminatorios que ejercemos en sociedad es indispensable para la erradicación de conductas que ponen en riesgo los derechos de las comunidades indígenas.[15]

Al ser una de las comunidades más desprotegidas, las cifras sobre la discriminación aún son inexactas y siguen sin ser documentadas, los estudios señalan conflictos como violencia, pobreza, limitado acceso a la educación, desempleo, escasa participación política y representación.

De acuerdo con INEGI, 6 % de la población mexicana (en torno a 7.1 millones de personas) tiene algún tipo de discapacidad, entendida como alguna dificultad para caminar o moverse, ver y escuchar, hablar o comunicarse, poner atención o aprender, atender el cuidado personal o tener alguna limitación mental. Uno de los mayores problemas de este sector social es la discriminación estructural que ha enfrentado históricamente.[16]

El Título I de la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades de 1990 (ADA, por sus siglas en inglés) prohíbe a los patronos privados, los gobiernos estatales y locales, las agencias de empleo y los sindicatos de trabajadores discriminar contra individuos calificados con discapacidades en los procedimientos de solicitud de empleo, contratación, despido, ascenso, compensación, entrenamiento para el empleo y otros términos, condiciones y privilegios de empleo.

El término homofobia hace referencia a la aversión (fobia, del griego antiguo Φόϐος, fobos, ‘pánico’) obsesiva contra hombres o mujeres homosexuales, aunque generalmente también se incluye a las demás personas que integran a la diversidad sexual, como es el caso de las personas bisexuales o transexuales, y las que mantienen actitudes o hábitos comúnmente asociados al otro sexo, como los metrosexuales y los hombres con ademanes tenidos por femeniles o las mujeres con ademanes tenidos por varoniles.

La importancia de conocer el contenido y alcance de los derechos humanos, es poder ejercerlos y hacerlos valer ante los órganos competentes. Si bien los principales obligados son las autoridades y los servidores públicos, todos debemos respetar los derechos humanos de las personas independientemente de su orientación sean heterosexuales, lesbianas, gay, bisexuales, transgéneros, travestis. Para las personas con diferente orientación sexual, las decisiones más importantes de la vida, tales como las que se refieren al trabajo, el hogar, el matrimonio o si adoptarán o procrearán hijos, no son tan fáciles por los tabú aún existentes, sobre todo en sociedades como la mexicana donde la religión tiene un gran peso o influencia o la venezolana por sus patrones culturales. Probablemente, les resultará difícil tomar estas decisiones si no cuentan con el apoyo necesario por parte del Estado y la familia, la escuela y la misma sociedad.[17]

La discriminación en Perú es un tema de mucha controversia, a pesar de que el "Decreto Legislativo N°1323" está en vigencia, en la cual la discriminación por orientación sexual está penada, la mayor parte de la población peruana es homofóbica, ya sea por las religiones que tienen gran impacto, o tan solo por la idea de cada persona con respecto a este tema. Por estas y más razones es porque la persona discriminada por su orientación sexual en el Perú, es apartada, odiada, excluida , esto lleva a los muchos asesinatos que hay en la comunidad LGBT.

En estos últimos años los asesinatos fueron aumentando, en el 2016, 18 personas de la comunidad LGBT fueron agredidas, las cuales 16 pueden ser homicidios tipificados como odio o rechazo hacia la comunidad LGBT. En los diez últimos años más de 100 personas fueron asesinadas tan solo por pertenecer a la comunidad LGBT.

Este tipo de incidentes que únicamente se hacen por motivo de falta de aceptación y deben de llegar a un límite en el Perú. Hoy en día existen organizaciones y empresas que apoyan a esta comunidad, que buscan la igualdad de derechos para todos y que compartan mensajes de apoyo a la comunidad promoviendo la tolerancia y aceptación a esta misma.

El especismo o especieísmo es un término acuñado en 1970 por el psicólogo Richard D. Ryder[18]​ quien lo aplicó para describir la existencia de una discriminación moral basada en la diferencia de especie animal.

En esta parte, el ejemplo más claro es la discriminación de los diestros hacia los zurdos, dado que en muchas culturas y religiones consideran a la mano izquierda como «la mano del demonio».[19]​ Por esta y otras razones, hace años, el cuerpo de docentes trataba que niños y niñas zurdos escribieran con la mano derecha o «correcta». Siendo iguales las cualidades del ser humano, que tanto los zurdos como los diestros tienen, el trato debería ser el mismo respecto a su lateralidad.[20][21]

Este tipo de discriminación se da en el momento en que las mujeres son limitadas o rechazadas, cuando se encuentran embarazadas, o padecen alguna enfermedad relacionada con el embarazo. Las mujeres embarazadas tienen derecho a ser tratadas de la misma manera que aquellas que no lo están, y tiene derecho a tener acceso a las mismas oportunidades. Un jefe o patrón, no puede negar la contratación a una mujer embarazada que cumpla con los requisitos del puesto solicitado. Así como también tiene la obligación de ceder licencias por maternidad, tratando a la mujer de la misma manera que trataría a un empleado incapacitado temporalmente.

En lo que refiere al seguro médico, en el caso de las mujeres, debe contemplar y cubrir aquellas necesidades que estén relacionadas con el embarazo. Con respecto a otras situaciones, un empleador no tiene derecho a limitar el desarrollo laboral de una mujer casada, debido a la posibilidad de que esta pueda embarazarse.[22]

Esta discriminación puede manifestarse en la limitación al acceso a la enseñanza, servicios de salud, o a cargos públicos e incluso los miembros de las comunidades religiosas pueden ser encarcelados o asesinados debido a su afiliación o a sus creencias religiosas. Así mismo, esta forma de discriminación puede afectar a quienes manifiestan públicamente no creer en ninguna religión (discriminación contra los ateos).[23]

La Organización de Naciones Unidas a lo largo de su historia ha luchado por defender la libertad de creencia como un derecho humano, dejando plasmada la prohibición de la discriminación por motivos religiosos en todos sus instrumentos básicos internacionales. Para este fin el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha designado a un «Relator Especial sobre la libertad de religión o de creencias» a quien se le ha pedido que identifique obstáculos existentes e incipientes que impiden el goce del derecho a la libertad de religión o de creencias, y formule recomendaciones sobre los medios de superar tales obstáculos.

El psicólogo Carl Jung distinguía la personalidad en introvertida y extrovertida. Las personas introvertidas pueden ser objeto de discriminación y burlas, con epítetos tales como "autista", "mudo", etc. Donde más se da este tipo de segregación es en escuelas, trabajo, vida cotidiana. Las escuelas de mente muy cerrada tratan de forzar a los alumnos a que se junten con otros, cortando así su personalidad y desarrollo. Este tipo de discriminación es muy poco hablada, casi legal.[24]​ En efecto, por este motivo este tipo de discriminación fomenta actitudes como el bullying y el mobbing.

Mentalismo o cuerdismo describe la opresión y discriminación sobre una característica o condición mental concreta o supuesta de una persona. Esta discriminación puede ser o no definida en términos de trastorno mental o déficit cognitivo. La discriminación se basa en factores como estereotipos sobre neurodivergencia, por ejemplo personas con síndrome de asperger, dificultades en el aprendizaje, TDAH, bipolares, esquizofrenia, y trastornos de la personalidad, fenómenos concretos de la conducta como tartamudez y tics, o discapacidad intelectual.

Al igual que otras formas de discriminación como sexismo y racismo, el mentalismo implica múltiples formas cruzadas de opresión, desigualdades sociales complejas y relaciones de poder desiguales. Puede darse en variadas formas como calificativos insultantes, comentarios en apariencia irrelevantes y trato indigno. Viene definido por la percepción y juicio de una persona sobre el estado de salud mental de otra. Estas percepciones pueden convertirse en discriminaciones explícitas como la exclusión o negativa de acceso a servicios o incluso la violación de derechos humanos. El mentalismo afecta a cómo las personas son tratadas por la sociedad, por los profesionales de salud mental y las por instituciones en general, incluyendo el sistema judicial. Estas actitudes de rechazo pueden ser interiorizadas por la propia persona que las sufre, como explica la teoría del etiquetado.

Los términos "mentalismo", a partir de "mental", y "cuerdismo", de "cordura", son de uso aceptado en algunos contextos. Conceptos como "estigma" y, en algunos casos, "capacitismo", pueden entenderse de manera similar pero no idéntica.

Aunque "mentalismo" y "cuerdismo" pueden utilizarse indistintamente, "cuerdismo" se está haciendo predominante en el ámbito anglosajón dentro de espacios seguros como ambientes académicos, entre personas que se identifican como locos, entre sus defensores y en ambientes políticos y activistas donde la implicación en la lucha contra el cuerdismo gana terreno.[25]​ El uso del término cuerdismo es una forma de denuncia entre las personas y colectivos que se identifican como locos, supervivientes de la psiquiatría y movimientos críticos con la atención a la salud mental.[26]​ En el ámbito académico el concepto empieza a ser tratado en cada vez más publicaciones sobre el tema y en los ámbitos donde se trabaja en el enfoque social de la salud mental.

La discriminación constituye un problema central en las cuestiones de la filosofía moral, por ello es de crucial importancia diferenciar que tipos de discriminación se pueden dar, de manera que se distingan, ya no solo la forma de discriminación con respecto a un individuo o conjunto de individuos, sino también cuales son los tipos de discriminación que se pueden hacer a partir de ellas. De este modo, observaremos que el significado del término "discriminación" puede variar según el contexto.[27]

La discriminación de quienes no pertenecen a un cierto grupo por el hecho de no pertenecer a tal grupo o en la creencia de que quienes no pertenecen a tal no satisfacen alguna clase de criterio moralmente relevante.

La discriminación directa ocurre cuando una persona con una discapacidad es o ha sido tratada de manera menos favorable que alguien que no lo es, en una situación similar o comparable (sexo, origen nacional, raza,color,etnia, edad, discapacidad o religión).[28][29]

Se distinguen dos tipos de discriminación (cognitiva y no cognitiva) en función de la actitud con la que se realiza. Según esto, la discriminación cognitiva es aquella que se hace con respecto de quienes no pertenecen a un cierto grupo X con base en la creencia de que un cierto criterio moralmente relevante no es satisfecho por quienes no pertenecen a X. Esta puede darse tanto en casos de discriminación directa como indirecta.

La discriminación, por parte de quienes pertenecen a un cierto grupo X debido a una mera actitud, hacia quienes no pertenecen a X (como puede ser el mero deseo de que les vaya mal). Se da siempre bajo la discriminación directa.

La discriminación de quienes no pertenecen a un cierto grupo X que implica que algunos o todos los intereses de quienes no pertenecen a X cuenten menos que los de quienes sí pertenecen a X. Esto se hace buscando algún tipo de segregación.

La discriminación de quienes pertenecen a un cierto grupo en el que se encuentra quien discrimina. Alguien puede pertenecer a un cierto grupo discriminando y manteniendo también tal discriminación.

La discriminación de alguna agente moral por la creencia o el hecho de que se oponga a alguna clase de discriminación de primer orden. Es decir, discriminar a alguien por el hecho de que ese alguien se oponga a su vez a cierta discriminación. Ejemplo de esto podría ser el caso en el que un grupo de personas no racializadas discrimine a otra por el hecho de que esta apoya la lucha antirracista.

La discriminación de un individuo o ente por razones distintas de la creencia o el hecho de que se oponga a alguna clase de discriminación de primer orden.

La opinión de un agente es considerada menos fiable epistémicamente que la de otros agentes por los mismos motivos por los que tiene lugar alguna otra forma de discriminación. Si consideramos que la opinión de un alguien es menos susceptible de ser correcta que la de otro individuo simplemente por el hecho de que el primero forma parte de un cierto grupo que sufre una cierta discriminación, sin más evidencias para considerar algo así, estaremos incurriendo en un ejemplo de discriminación epistémica. Esto se da en los casos en los que se considera más fiable la opinión o criterio de una persona adulta frente a la de otra de menor edad, entre otros.

Los documentos importantes de la Organización de las Naciones Unidas que abordan la discriminación incluyen:



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