En los artrópodos, la cutícula es la capa más exterior del tegumento, inmediatamente por encima de la epidermis y segregada por esta. Es una formación rígida, acelular (sin células), de estructura compleja y compuesta por quitina, entre otras sustancias. Su función es doble; por un lado es una capa rígida protectora e impermeable; en segundo lugar, es el punto de anclaje de los músculos del animal, de manera que actúa como esqueleto externo (exoesqueleto).
La epidermis no es parte de la cutícula, pero es el tejido vivo que la segrega. Está formada por una sola capa de células epiteliales cúbicas o cilíndricas que descansan sobre la lámina basal, una capa muy delgada, amorfa y acelular de tejido conjuntivo que las separa de la cavidad general del cuerpo (hemocele). Existen varios tipos de células epidérmicas:
La cutícula es una estructura rígida, acelular y compleja; forma el revestimiento más externo del cuerpo y de los apéndices así como las demás estructuras de origen ectodérmico, como el estomodeo, el proctodeo, el sistema traqueal, etc.; asimismo, la cutícula se invagina para formar los apodemas (endoesqueleto) donde se insertan los músculos. La cutícula suele llevar ornamentaciones externas, como surcos, arrugas, pelos o escamas.
El grosor de la cutícula varía en los distintos grupos de artrópodos, así como en las diferentes regiones del cuerpo: puede ser sumamente delgada, de menos de 1 μm como en algunas larvas de mosquito o puede constituir una verdadera coraza de más de 3 mm de espesor, como en el caso de Limulus. Además, en los crustáceos y diplópodos está calcificada, lo que aumenta su rigidez.
La cutícula recién formada es flexible y elástica, pero experimenta el proceso de esclerificación mediante el cual se forman placas endurecidas llamadas escleritos entre las cuales hay zonas no esclerificadas, llamadas membranas articulares, que conservan la flexibilidad y permiten el movimiento del animal.
La cutícula está formada por dos capas diferentes, una externa y delgada llamada epicutícula, y otra interna y más gruesa denominada procutícula.
Representa sólo un 5% de la cutícula; está compuesta por ceras y lipoproteínas (en especial cuticulina). Carece de quitina. Dado que es impermeable, su función es evitar la pérdida de agua por transpiración. En general consta de cinco capas: epicutícula interna, epicutícula externa, capa de polifenoles, capa de ceras y capa de cemento; las dos primeras están atravesadas por los canales porosos.
Forma el 95% del espesor de la cutícula y es la responsable de su rigidez. Está compuesta por quitina y diversas proteínas (escleroproteínas). La quitina es un polisacárido fibrilar, flexible, elástico y permeable, derivado de la N-acetil-glucosamina. Las escleroproteínas, entre las que destacan la artropodina, la esclerotina y la resilina, otorgan rigidez a la cutícula. Además, la rigidez puede incrementarse por depósitos de sales minerales, básicamente carbonato cálcico y fosfato cálcico, que pueden ser muy abundantes en crustáceos.
La procutícula tiene dos capas, la exocutícula y la endocutícula, a veces separada por la mesocutícula.
El esqueleto interno es el conjunto de apodemas (invaginaciones del tegumento) donde se insertan los músculos. Los apodemas se disponen metaméricamente y su forma es variable, de cresta, de rama, de placa, etc. [cita requerida]
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