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Cota de malla



La cota de malla es una armadura metálica conformada por anillos de hierro forjado, o acero, entrelazados entre sí en un patrón complejo que se denomina 4 en 1, es decir, un anillo sujeta cuatro.

La invención de la armadura de malla se atribuye a las tribus celtas. Se comenzó a usar alrededor del siglo V a.C y desde entonces hasta el siglo XVI; la armadura de malla se dividirá en la Edad Media en varias piezas: La cota de malla, el almofar y las brafoneras.

La denominación en español es una adaptación literal del francés cotte de maille, que significa «túnica de anillos». En castellano también se conoce comúnmente como loriga.

La cota de malla era una especie de camisa o túnica larga conformada por anillos de metal entrelazados, que podían ser de hierro, bronce, o acero, en la que cada anilla se unía con varios otros eslabones, siendo el patrón más frecuente el de cuatro a uno, si bien también existían otros diseños. Asimismo, se utilizaba muy extensamente una cofia de mallas, una especie de capucha de anillas entrelazadas, que habitualmente podía reemplazar al casco, o complementar al yelmo.

La malla medieval se confeccionaba con forma de largas camisas que ofrecían gran resistencia a los cortes además de ser más ligera y barata que sus antecesoras, más ligera en las batallas y con una movilidad mejor, porque estas eran armaduras enteramente de metal y las mallas hacían las mismas funciones pero con mucho menos metal, por consiguiente, menos peso y más barata por los menores recursos utilizados y menos tiempo de forja; fue inventada posiblemente por los pueblos celtas en el siglo V a. C. (aunque en el Corán se hace referencia a ella atribuyendo anacrónicamente su primer uso al rey David, al que le enseñaron a fabricarla los ángeles) y utilizada por los romanos, toda la Edad Media y hasta el siglo XVI. Aunque ofrecía gran resistencia a los cortes, era vulnerable a armas de puntas delgadas como flechas, excepto las de anillos remachados. Esta protección se empleó incluso en el siglo XX como defensa contra los fragmentos de metal que saltaban por los impactos en el interior de los tanques en la Primera Guerra Mundial.

La armadura de malla llegó a su máximo auge en el siglo IX hasta la segunda mitad del siglo XIII, cuando la cota de malla era una camisola larga con mangas que terminaban en mitones y un faldón que llegaba hasta las rodillas, algunas incluían un almofar. Los infantes no podían costearse una de tal magnitud así que algunos infantes con alguna adquisición portaban almófares y los un poco más adinerados una camisa hasta medio muslo y de manga 3/4, también algunos caballeros podían utilizar manga 3/4.

Cuando no se llevaba puesta, solía enrollarse sobre sí misma (a modo de persiana) para guardarla en una bolsa y transportarla de forma más cómoda.

La cota de malla (lorica hamata en latín) era la armadura típica en el imperio Romano antes de la introducción de la lorica segmentata (armadura segmentada) y continuó en uso entre los auxiliares y legionarios durante todo el periodo imperial. No se conoce la proporción de uso entre hamata y segmentata entre los legionarios durante el primer siglo después de Cristo, pero es posible que la primera fuera más popular por ser menos costosa. La cota de malla era usada también por los vexillarii y signiferii (portadores de banderas y estandartes), los músicos y también los centuriones, además de las tropas auxiliares.

La cota de malla romana estaba fabricada en hierro, con anillos que a veces no superaban los tres mm de diámetro y usaba el conocido patrón de 4 en 1. Frecuentemente la mitad de los anillos estaban cerrados, ya fueran troquelados a partir de plancha o hechos con alambre soldado, y el resto estaban remachados. Los anillos cerrados tenían una sección aproximadamente cuadrada, es decir, que el grosor del metal era similar a la diferencia entre el diámetro exterior e interior. Los anillos remachados solían ser de sección circular. Se tienen pruebas de que los anillos solían ser estañados o incluso dorados.

La cota de malla antigua normalmente no tenía mangas o eran muy cortas, 12 o 13 cm máximo, y llegaba hasta la mitad del muslo. Los hombros estaban protegidos especialmente por una pieza en forma de «U» unida a la cota por detrás con una fila de anillos y dejando caer hacia delante los brazos de la «U» alrededor del cuello y unidos al frente por una pieza metálica ajustada con unos botones remachados. Esta pieza solía estar bordeada con una tira de piel doblada y cosida. Para la caballería auxiliar y algunos oficiales esta pieza tenía una forma circular pareciendo más una capa corta unida por delante con un pasador. Esto podría ser una variación de origen céltico.

En algún momento de finales del siglo I parece que las tropas auxiliares dejaron de utilizar esta pieza sobre los hombros, aunque en los relieves del monumento de Adamklissi aún se les representa con ella.

Las cotas de malla acabadas en zig-zag que se pueden ver en la columna Trajana podrían ser licencias artísticas, dado que no se ha encontrado ninguna referencia a las mismas.

Los ganchos que unían las piezas de malla en el pecho solían ser de bronce fundido aunque también podían confeccionarse con plancha de latón o hierro. Los discos de enganche podían hacerse también de latón y remacharlos dejando un pequeño espacio para que pasasen los ganchos.

Para conseguir la máxima protección era muy conveniente vestir un subarmalis acolchado debajo de la cota de malla. La malla protege muy bien de los cortes y golpes perforantes, pero protege bastante mal de las contusiones, a diferencia de las armaduras de placas que reparten la fuerza de los golpes por toda la extensión de la placa. Es por eso que un acolchado interior multiplica la efectividad de la malla.

Más adelante, para la época de la caída del Imperio Romano de Occidente, las técnicas para fabricar armaduras de malla se perdieron y ésta se volvió muy cara. Los lorigueros pasaban mucho tiempo haciendo una única pieza, por lo cual los únicos que portaban una armadura completa eran reyes, príncipes y caballeros. Cuando un caballero moría le dejaba su armadura a su hijo, aunque si no tenía heredero la dejaba a su escudero.

No obstante, hacia principios de la Baja Edad Media, las cotas de mallas se extendieron considerablemente, y era relativamente común encontrarla como una armadura estándar de infantería pesada o caballería, lo que provocó una serie de contramedidas armamentísticas, como la punta de flecha perforante, que abría boquetes y expandía las anillas.

Existen 3 tipos de cota de malla:

La cota de malla actual es de uso común entre los biólogos marinos que estudian a los tiburones y en actividades donde se manejan equipos de alto filo como cuchillos afilados donde se llevan siempre mangas de cota de malla para evitar cortaduras graves.

Algunas personas que recrean batallas o eventos de la época medieval elaboran sus propias cotas de malla. Su costo sigue siendo muy alto y su elaboración sigue siendo muy laboriosa y lenta ya que en su confección no se puede usar muchas herramientas modernas.

Los artesanos experimentados logran hacer una en 2 o 3 semanas mientras que alguien que es principiante realiza una en 2 o 3 meses.

El peso de una cota de malla medieval era de 15 a 20 kilos y en la actualidad una cota bien hecha y con el alambre más resistente pesa lo mismo. El alambre que usan los artesanos modernos es el galvanizado de calibre 14 o 16. Una malla de calibre 16 puede pesar hasta 9 kilos y ofrece una protección mínima, la de calibre 14 pesa de 16 a 20 kilos y ofrece una protección máxima. Una armadura de malla completa en la antigüedad pesaba cerca de 30 kilos o más.



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