En economía, el coste o costo es el valor monetario de los consumos de factores que supone el ejercicio de una actividad económica destinada a la producción de un bien, servicio o actividad. Todo proceso de producción de un bien supone el consumo o desgaste de una serie de factores productivos, por lo que el concepto de coste está íntimamente ligado al sacrificio en que se incurre para producir tal bien. Todo costo conlleva un componente de subjetividad que toda valoración supone.
Desde un punto de vista más amplio, en la economía del sector público, se habla de costes sociales para recoger aquellos consumos de factores (por ejemplo naturales o ambientales), que no son sufragados por los fabricantes de un bien y por tanto excluidos del cálculo de sus costes económicos, sino que por el contrario son pagados por toda una comunidad o por la sociedad en su conjunto. Un caso típico de costo social es el del deterioro de las aguas de un río derivado de la instalación de una fábrica de un determinado bien. Si no existe una legislación medioambientales, la empresa fabricante no tendrá en cuenta entre sus costes los daños ambientales provocados por el desarrollo de su actividad y los perjuicios derivados de la disminución de la calidad del agua serían soportados por todos los habitantes de la zona, se habla en estos casos de externalidades negativas a la producción.
El concepto de coste debe ser diferenciado de otros conceptos cercanos como el de gasto o inversión. Se denomina gasto a los bienes y servicios adquiridos para la actividad productiva de una empresa, es un concepto asociado al momento de la adquisición de los factores a diferencia del costo que es el gasto consumido en la actividad productiva y que por tanto está vinculado al momento en que se incorporan al proceso productivo. La inversión viene del hecho de que ciertos gastos son consumidos en varios ejercicios.
Existen diversos criterios de clasificación de los costes entre ellos la naturaleza de los mismos, la imputación a los factores productivos, etc.
Dado que en economía, además de transacciones monetarias (de lo cual se encarga principalmente la contabilidad), se estudia también cómo los individuos toman sus decisiones, se realiza una distinción entre costos implícitos y explícitos:
Dependiendo de la imputación de los factores a los productos que son objeto de fabricación se distingue entre costes directos y costes indirectos.
Se considera que los costos son cedidos a las distintas secciones o departamentos de la empresa, como por ejemplo, departamento de compras, departamento de producción, departamento de administración, departamento de ventas y financiero, etc. Cuando no se sabe exactamente a que departamento imputar un determinado coste, se imputará por defecto al departamento de administración, que cederá posteriormente todo el montante de costo al resto de los departamentos en el denominado Cuadro de Reparto Secundario, siguiendo algún tipo de criterio razonable.
Completado el cuadro de reparto primario, en el que no puede reflejarse ningún coste directo, las distintas secciones o departamentos de la empresa se reparten su coste entre ellas a través de algún criterio de reparto razonable. Este reparto de costes se hace en el cuadro de reparto secundario. Sólo quedarán con coste en esta etapa el departamento de producción y el departamento de ventas, por norma general, que finalmente repartirán sus costes al producto final terminado o casi terminado en función del consumo que el mismo haga de manera individual de cada departamento.
Según la variación de los costes en función del nivel de actividad de una empresa se distingue entre costes variables y costes fijos:
Ejemplos de costos variables:
Todos los ejemplos antes mencionados tienen en común que "hay algo que los hace variar", en el caso del consumo del combustible varía en función de los kilómetros recorridos, la depreciación en función de las horas empleadas, las comisiones en función de las ventas realizadas al igual que el alquiler de la dependencia en el centro comercial.
Ejemplos de costes fijos:
En todos los ejemplos anteriores el coste permanece independiente de que haya o exista un nivel de actividad, es decir si la empresa cierra por vacaciones igualmente deberá asumir estos costes.
El método del coste completo parte de que todos los costes en que incurre una empresa deben ser incorporados al coste final del producto. Los costes son en primer lugar clasificados según su naturaleza, en una segunda fase los costes ya clasificados son distribuidos y asignados a centros de coste que los aglutinan y posteriormente se imputan a los productos que fabrica la empresa.
Coste básico o directo = Consumo de materias primas + Mano de obra directa + energía + Otros costes directos
Coste industrial = Coste directo + Costos generales industriales de carácter indirecto + Mano de obra indirecta de fabricación
Coste de explotación = Coste industrial + Costes generales de administración y venta + Mano de obra indirecta de administración y ventas
Coste de la empresa = Coste de explotación + costes financieros
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