Chile insular es un conjunto disperso de pequeñas islas y archipiélagos de origen volcánico en el Pacífico Sur, alejados de Sudamérica, que son territorios bajo soberanía de Chile: el archipiélago Juan Fernández y las islas Desventuradas forman el llamado «Chile insular continental», mientras que la isla Sala y Gómez y la isla de Pascua, ambas geográficamente ubicadas en la Polinesia, forman el denominado «Chile insular oceánico». Todo Chile insular, administrativamente depende de la Región de Valparaíso.
Las islas Esporádicas no son los únicos territorios insulares chilenos; más bien apenas 328 km², cerca del 0,3%, corresponde a este conjunto heterogéneo, siendo el resto un total de 3739 islas y 2180 islotes, cuya superficie alcanza los 105 561 km², cerca del 14% de la superficie bajo control efectivo chileno, parte de lo que en la política oficial chilena se distingue el «Chile insular» del «Chile continental», que corresponde al territorio del país en América del Sur y sus islas adyacentes.
De todas ellas, solo las islas de Pascua y Robinson Crusoe están habitadas. La primera, la más alejada del continente y culturalmente polinésica —parte de Oceanía, al igual que Salas y Gómez—, en tanto que las islas Desventuradas y el archipiélago de Juan Fernández son sudamericanas.
Las islas Esporádicas son administradas como parte de la Región de Valparaíso. Las islas de Pascua y Salas y Gómez forman la comuna de Isla de Pascua, único componente de la provincia homónima. Las islas Desventuradas y Juan Fernández pertenecen a la Provincia de Valparaíso, como parte de la comuna de Juan Fernández.
En cuanto a los husos horarios, las islas Desventuradas y el archipiélago de Juan Fernández se ubican en el huso UTC-3 (horario de verano) y UTC-4 (horario de invierno), al igual que Chile continental, mientras que Isla de Pascua y la isla Salas y Gómez están con dos horas de diferencia (UTC-5 en verano y UTC-6 en invierno).
Algunas cartas de navegación de la Armada de Chile producidas por su Servicio Hidrográfico y Oceanográfico (SHOA) han descrito una serie de rocas, arrecifes e islotes en el Pacífico Sur, ubicados frente a las costas de Chile y que han sido reportados por navegantes a lo largo de más de un siglo. Sin embargo, expediciones posteriores no han podido corroborar la existencia de dichos accidentes geográficos. A pesar de ello, estos puntos han sido mantenidos en algunas cartas como forma de alertar posibles peligros para la navegación. La emergencia (quizás temporal) de esas rocas y arrecifes sería producto de la frecuente actividad sísmica en la región.
Fuera de su inclusión en algunas cartas de navegación, esas rocas y arrecifes no aparecen descritas en la cartografía oficial chilena ni en la legislación actual de ese país, por lo que no forman parte efectiva de su territorio.
El más conocido de estos arrecifes fantasmas es la isla Podestá, que habría sido descubierta por un marino italiano en 1879 y que estaría localizada a 1390 km de distancia de Valparaíso a 32°14′S 89°08′O / -32.233, -89.133, pero de la cual no se han dado a conocer más avistamientos por lo que se mantiene categorizada como una isla fantasma y fue removida de las cartas en 1935.
Otras rocas y arrecifes serían:
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