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Chelonioidea



Los quelonioideos (Chelonioidea) son una superfamilia de tortugas que comprende las tortugas marinas. Consta de dos familias actuales: Cheloniidae y Dermochelyidae, que incluyen siete especies vivas. Algunas de estas especies viven en todos los océanos, excepto en las regiones polares, y hacen grandes migraciones, como la tortuga verde (Chelonia mydas), la tortuga de carey (Eretmochelys imbricata), la tortuga boba (Caretta caretta) o la tortuga laúd (Dermochelys coriacea). Otras tienen una distribución mucho más limitada como la tortuga olivácea (Lepidochelys olivacea) o la tortuga bastarda (Lepidochelys kempii). La tortuga plana (Natator depressus) se encuentra únicamente en la costa norte de Australia.

¿Una octava especie? Frecuentemente se considera que el género Chelonia incluye la especie Chelonia mydas con dos subespecies: la tortuga negra C. m. agassizii (Bocourt, 1868) en el Pacífico Oriental (de Baja California hacia el sur hasta Perú y hacia el oeste hasta las Islas Galápagos) y la tortuga verde C. m. mydas (Linnaeus, 1758) en el resto del rango de distribución global. Sin embargo, existe controversia sobre el estatus taxonómico de la tortuga negra ya que difiere de la tortuga verde en tamaño, coloración, forma de carapacho (Groombridge y Luxmoore, 1989) y características osteológicas. Los resultados de diversos análisis de ADN tanto mitocondrial como nuclear no apoyan la distinción de la tortuga negra como una especie distinta (Bowen et al., 1992; Karl y Bowen, 1999). Por lo mismo, los tratados y convenciones internacionales como la Convención Internacional para el Comercio de Especies en Peligro de Extinción (CITES) y la Convención Interamericana para la Conservación de las Tortugas Marinas (CIT) solamente reconocen a la especie Chelonia mydas.

Las tortugas marinas poseen unos caparazones que se unen lateralmente, lo que las protege de los depredadores y las variaciones en la temperatura. Sin embargo, no todos los caparazones de las tortugas son iguales. Por ejemplo, la tortuga laúd (Dermochelys coriacea) tiene un caparazón flexible y delgado, por eso se le suele llamar tortuga de cuero.

Las tortugas marinas pueden vivir de 150 a 200 años según su especie. Pueden alcanzar 27 km/h a 35 km/h nadando en el mar. Poseen un cuello conformado por 8 vértebras, el cual no pueden introducir dentro del caparazón, y tienen en general poca movilidad.

Las tortugas carecen de dientes, pero tienen picos cortantes en la parte superior e inferior de su boca. Por otro lado, algunas tortugas marinas han modificado sus papilas gustativas en forma de pinchos afilados, estos les sirve para evitar que se escapen las presan, como las medusas. Además no poseen oídos externos, sino un oído interno muy eficiente. Pueden oír por las vibraciones del suelo y detectar la presencia de sus depredadores. Poseen una lengua muy áspera.

Las tortugas marinas son reptiles y por lo tanto son animales ectotermos, es decir, su temperatura corporal se ve afectada por las condiciones del medio. Las tortugas marinas regulan su temperatura alterando su comportamiento, como realizando inmersiones a gran profundidad para enfriar su cuerpo o nadando más rápido para que el calor de la actividad muscular aumente su temperatura. Las tortugas marinas también escogen las corrientes de agua fría o caliente con el mismo objetivo.

El sentido del olfato en las tortugas marinas es débil pero el de la vista se desarrolla mejor en estas que en las terrestres. El sentido del oído es muy agudo. Las tortugas marinas tienen un sentido de la orientación muy desarrollado, el cual les permite regresar a desovar a la misma playa en la que nacieron.

Los machos suelen ser más pequeños que las hembras y tienen la cola más larga y ancha. No son vistos en tierra porque son las hembras las que depositan los huevos en la playa. Las tortugas marinas poseen un orificio que tiene doble propósito: Expulsar el excremento y la reproducción. El pene de la tortuga macho se exterioriza a la edad de 6 a 8 años. A la hora del apareamiento los machos se posan en la parte superior de la hembra, clavan las garras e introducen el semen en la hembra, que puede almacenarlo durante varios años. La reproducción se suele dar en aguas profundas.

Los huevos tardan 2 a 3 semanas en formarse dentro de la hembra. Las tortugas hacen un recorrido muy largo por la playa hasta encontrar el lugar perfecto para el desove. Los lugares para el depósito de los huevos tienen que estar sin vegetación y a cierta distancia de la costa, ya que la marea alta podría llegar al lugar de incubación y arrastrar a los huevos. Para realizar la puesta las tortugas escarban un hoyo de entre 40 cm a 60 cm en los que depositan de 50 a 100 huevos.

La temperatura del nido es la que determina el sexo de las tortugas. La incubación puede durar entre 40 o 70 días. Los huevos se enfrentan a peligros como perros, mareas altas, traficantes de huevos para su posterior venta, turistas clavando sombrillas o haciendo castillos de arena. Las nuevas tortugas tratan de emerger en la noche cuando no hay tantos predadores y la temperatura baja. Las pequeñas tortugas siempre esperan hasta que todas sus hermanas salgan del huevo, así salen todas a la vez dirigiéndose al mar.

Las tortugas de tierra son herbívoras; las de agua dulce, carnívoras y las de mar, omnívoras. Las tortugas marinas comen coral, que les provee de calcio, vegetación acuática, algas, y las más carnívoras comen pequeños invertebrados o pulpos, las tortugas baúlas comen medusas. Las tortugas migran constantemente entre las áreas de alimentación y las de reproducción. Las tortugas se encuentran en las áreas de reproducción en invierno y en las de alimentación en verano.

Las tortugas marinas tienen un crecimiento ininterrumpido durante toda su vida. Al nacer, las tortugas pueden pesar 50 g, en un año 2 kg, a los 3 años 20 kg y 300 kg en la madurez (14 años). La madurez sexual la alcanzan entre los 6 y los 15 años.

El hombre ha matado tortugas para aprovechar todo lo que hay en ella: carne, huevos, piel y su caparazón. Por ende ha habido masacres de tortugas y ahora la mayoría están en vías de extinción. Actualmente, se conservan las playas de desove como parques nacionales o reservas protegidas.

Los huevos de tortuga se comen en La India. En Sudamérica el aceite extraído de la tortuga tiene un gran valor como aceite para lámparas. En otros lugares se usa el caparazón para fabricar instrumentos musicales. Pero se pagó un gran precio con las masacres, ya que en tres siglos se mataron 100 millones de tortugas verdes.[cita requerida]

En la actualidad se está educando a la población mundial para que ayude en la protección de estos animales; además se está implementando una nueva técnica para redes de pesca TED (Turtle Exclusion Device, ‘dispositivo de exclusión de tortugas’) el cual permite que las tortugas salgan de las redes de pesca. También la WWF está ayudando a proteger a las tortugas marinas, con mayor peligro de extinguirse, haciendo donaciones a las organizaciones que las protegen.



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