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Catedral de Santa María de Tudela



La catedral de Santa María (Santa María la Mayor) de Tudela (Navarra) es un templo tardorrománico, inspirada en la arquitectura cisterciense, de grandes dimensiones,[1]​ que se comenzó a construir a finales del siglo XII durante el reinado de Sancho VI el Sabio, pasando el testigo a su hijo Sancho VII el Fuerte, que a su vez lo pasó a su sobrino Teobaldo I. Utilizó algunos de los cimientos de la Mezquita Mayor de Tudela (siglos IX a XI). Como las orientaciones de los dos templos no coincidían, la mezquita fue demolida para edificar el nuevo templo y solo se aprovecharon algunos de sus cimientos.

El templo actual se sitúa entre las actuales plaza Vieja y las calles Roso, Portal y Horno Higuera del casco antiguo de Tudela.[2]

Inicialmente sirvió como colegiata, pasando a ser catedral cuando en el siglo XVIII Tudela se segregó de la diócesis de la vecina Tarazona. Fue elevada a la dignidad de catedral por Pío VI, a instancias de Carlos III, en el siglo XVIII.

La catedral de Tudela es un templo cisterciense ejecutado en sillería según los esquemas de la catedral de Sigüenza individualizado con detalles tomados de la cercana abadía de Santa María de la Oliva y del monasterio de Valbuena.[3]​ Es de grandes dimensiones, con unos 3.380 m² (65 m x 52 m) sin contar el claustro. Se trata de un edificio con tres naves de cuatro tramos, la central más amplia, con transepto de cinco tramos, y cabecera quíntuple con un profundo ábside central en hemiciclo presidido por un gran retablo del siglo XV, pintado por Pedro Díaz de Oviedo. Presenta tres puertas: puerta de Santa María (al Norte), puerta del Juicio (al oeste) y puerta de la Virgen (al Sur).

Son numerosas sus capillas y retablos, entre los que sobresalen la imagen pétrea románica de la Virgen Blanca, del siglo XII, y los retablos pintados góticos de Santa Catalina y de Nuestra Señora de la Esperanza, ambos del siglo XV. En esta última capilla está el magnífico sepulcro gótico del canciller Villaespesa. También merece la pena destacar la capilla barroca de Santa Ana, patrona de la ciudad, representada en una talla gótica, y la magnífica sillería renacentista del coro tallada en el siglo XVI por Esteban de Obray. El templo se remata con una torre tardorrománica a un lado de la Puerta del Juicio, y otra gran torre renacentista de ladrillo junto a la capilla de Santa Ana. El claustro románico, de finales del siglo XII, está situado al sur del templo y tiene columnas dobles y capiteles historiados: forma un conjunto escultórico de gran riqueza.

La Catedral comenzó a construirse próxima a la primitiva parroquia y colegiata de Santa María la Blanca, templo, quizás mozárabe, que ocupaba al parecer un espacio contiguo a la mezquita Mayor de Tudela. Las obras del templo catedralicio se iniciaron en el reinado de Sancho VI el Sabio, hacia 1168. Se sabe que en este año, el cabildo de la iglesia de Santa María adquirió un gran número de casas y tiendas adosadas a la mezquita Mayor, iniciándose de una manera formal las obras de la actual catedral tudelana. También se cita la donación de otras casas para las obras del claustro nuevo de Santa María.

Para 1188, las obras debían estar lo suficientemente avanzadas como para ser utilizado lo ya construido, dado que en ese año tuvo lugar la dedicación o consagración. A la primera etapa de la construcción pertenecen la cabecera y el crucero. Después, a finales del siglo XII, le siguieron los muros perimetrales y la Puerta del Juicio, anterior a la explosión gótica-francesa y en el reinado de Sancho VII el Fuerte. Las obras continuaron durante casi todo el siglo XIII, siendo terminadas durante el reinado de Teobaldo I el Trovador. Las puertas del crucero se construyeron en 1186 y la puerta del Juicio en 1200. El claustro románico, una de las obras cumbres del románico navarro, se construyó a finales del siglo XII, entre el 1180 y 1206. La consagración del Retablo Mayor de la cabecera se hizo el 11 de junio de 1494, por el obispo Don Guillermo, Vicario del de Tarazona en Tudela. El Coro se construyó en el siglo XVI.

La catedral contó con una torre tardo-románica que se terminó en 1228, haciendo las veces de campanario. Sin embargo, esta torre no es la que ha llegado hasta nuestros días, pues se derrumbó en 1676. La Torre Nueva se construyó a finales del siglo XVII, entre 1682 y 1697. Tenía un gran chapitel que culminaba la torre, pero se destruyó por un impresionante incendio en 1747. La magnífica capilla de Santa Ana, barroca, se construyó entre 1712 y 1724, una vez concluida la Torre Nueva de la Catedral. Se amplió el hueco existente, para realizar una capilla con mayor suntuosidad.

La catedral fue remodelada a principios del siglo XXI y se reinauguró el día 16 de julio del 2006.

Puerta de Santa María - Norte

Puerta del Juicio - Oeste

Puerta del portal o la de la Virgen - Sur

Hay tres puertas principales:

Oeste o puerta del Juicio: La Puerta del Juicio de la Catedral de Tudela es el pórtico principal de entrada a la seo tudelana. Orientada al oeste, la Puerta del Juicio es uno de los tres accesos principales a la catedral junto a la puerta Sur, también conocida como del Portal o de la Virgen; y la puerta Norte, o de Santa María.

Las tres puertas presentan un estilo románico, si bien la oeste presenta un estilo más depurado y complejo en sus tallas.

La actual torre, de estilo renacentista, fue construida entre 1682 y 1697 y sustituye a la original tardorrománica-protogótica, que se derrumbó el 21 de junio de 1676.[5]​ Consta de tres cuerpos, de planta cuadrada los dos primeros y octogonal el tercero, alcanzando una altura total de 50 metros. El primer cuerpo está construido en piedra y los dos últimos en ladrillo. Tenía un chapitel de madera recubierto de plomo de unos 29 metros de alto que culminaba la torre, pero se destruyó por un impresionante incendio en 1747. Al final se optó por un tejadillo achatado simple.

La torre tardo-románica original, terminada en 1228, su derrumbe causó grandes desperfectos en las naves más próximas y posiblemente en el rosetón y torre derecha de la fachada. Se desconoce la forma de dicha torre-campanario, pero probablemente consistiría en tres cuerpos de planta cuadrada. Los dos últimos cuerpos presentarían probablemente dos ventanas de arco apuntado en cada lado, siguiendo el estilo tardorrománica o protogótico. Estaría rematado en un tejadillo piramidal más o menos apuntado.

Sobre la puerta del Juicio se puede observan un enorme rosetón con los radios de piedra y planchas de alabastro que dejan pasar la luz tenue al interior y en esa misma fachada hay una torre de piedra (tardorrománica) en su lado derecho, con un primer cuerpo cuadrangular y un cuerpo octogonal superior con ventanas de arco apuntado en cuatro de sus lados y un tejado en aguja octogonal. Esta torre debía tener su compañera gemela en el lado izquierdo, aunque no es un dato que haya sido confirmado.

En el interior de la catedral y a cada lado del ábside principal, se abren una capilla semicircular y otra cuadrada, dando un total de cinco capillas en la cabecera de la catedral. Tras la cabecera de la catedral se encuentra la Sacristía, del siglo XVII pero reformada en estilo neoclásico en 1792, y la Sala Capitular, realizada a mitad del siglo XVII. En la parte central de la catedral está el Coro.

En el ábside central se encuentra el Altar Mayor. A la derecha, en el lado de la Epístola, están las capillas de San Juan Evangelista y la de la Esperanza; a la izquierda, en el lado del Evangelio, las capillas de San Joaquín y de San Martín. Entrando por la puerta del Juicio hacia su lado derecho (lado de la Epístola), se encuentra la capilla de San Pedro a continuación la de San Joaquín (pero tras la restauración del templo, se trasladó el retablo junto con la imagen a un lateral del templo, al lado de la capilla de Santa Ana) y, a continuación, está la puerta que da acceso al claustro y finalmente la capilla del Espíritu Santo, recién restaurada eliminando la cal de las imágenes.

Entrando por la puerta del Juicio hacia su lado izquierdo (lado de la Evangelio), se encuentra el retablo de San Martín, después la capilla de San Antonio (situada en el hueco de la Torre Nueva) y el Baptisterio, seguido de la deslumbrante capilla de Santa Ana y, finalmente, de la capilla de la Dolorosa, donde se encuentra actualmente el cristo de la cama.

Preside el presbiterio de la catedral de Tudela un retablo de estilo hispano-flamenco que pintó Pedro Díaz de Oviedo entre 1487 y 1494 con la colaboración de Diego del Águila y otros discípulos, entre los cuales se podría contar con Juan Gascó.[6]​ Apoya sobre amplio basamento que comprende, a su vez, banco y sotabanco, sobre el cual se alzan tres cuerpos de cinco calles formadas por complicada tracería gótica de baquetones y doseletes que rematan en agudos pináculos; la calle central aparece destacada por esbeltísimo chapitel calado sobre cuya culminación descansa una pequeña talla del Crucificado. Le sirve de enmarque un amplio guardapolvo, decorado igualmente con tracería calada.

En el sotabanco hay pinturas sobre tabla con las cabezas de los Apóstoles en el interior de medallones circulares, más las cabezas de dos ángeles llorando cuyos rostros muestran facciones muy expresivas; las cabezas intermedias de las calles extremas son producto de una restauración efectuada en 1855 por Basc.

A ambos lados del basamento se sitúan sendas puertas, donde se representan sobre un fondo de paisaje las figuras de San Pedro y San Pablo portando sus respectivos atributos.

Sobre la efigie de este último se encuentran las cadenas de las Navas de Tolosa donadas, según la tradición, a la Colegiata por Sancho el Fuerte, las cuales se acompañan de la inscripción

En el banco se narran diversos episodios de la Pasión, tales como Pilatos lavándose las manos, la Virgen ante un fondo de paisaje con la escena de la Oración en el Huerto, Cristo Varón de Dolores sostenido por ángeles vestidos de diácono, la Magdalena ante un fondo del Camino del Calvario -en la imagen- y la Flagelación con la diminuta escena de la Negación de San Pedro en último término. En los cuerpos se distribuyen pasajes de la Vida de la Virgen. Ocho figuras de Profetas que aparecen representados en los laterales del guardapolvo completan la pintura de este magnífico conjunto. bibliografía[8]



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