El castillo de Monroy es una fortificación que se encuentra situada dentro del municipio de Monroy en la provincia de Cáceres (Extremadura) entre las poblaciones de Trujillo y Plasencia y prácticamente equidistante de ambas. Esta situación geográfica provocó numerosos incidentes entre las dos localidades antes citadas ya que ambas querían adueñarse de su término y su jurisdicción.
Los orígenes de la fortaleza se remontan al año 1309, fecha en la que el noble Hernán Pérez de Monroy recibió una serie de privilegios por parte del monarca Fernando IV entre los que se encontraban los de poblar la zona y construir un castillo. La casa de Monroy, que tenían su casa principal en Plasencia, dominaba extensas superficies de la Alta Extremadura.
Los Monroy tuvieron una elevada importancia, no solo en el señorío de las tierras de Extremadura sino también en el orden político y militar. También asumieron un papel preponderante en las actuaciones de las «Órdenes Militares» y en los conflictos entre dinastías en los que se vio inmersa toda la zona de la Alta Extremadura a finales del siglo XV al igual que ocurrió con el Castillo de Belvís de Monroy.
A la cabeza de este linaje figura Hernán de Monroy, Señor de Belvis, apodado «el gigante», su hermano Alonso de Monroy que fue Maestre de la Orden de Alcántara y Hernando de Monroy, primo de los dos anteriores, apodado el «bezudo», que también fue «Señor de Monroy».
La parte más antigua del castillo es su cuerpo principal, de sección cuadrangular, junto a sus tres torres que datan del siglo XIV. Durante la segunda mitad del siglo XV se amplió con la muralla que se edificó sobre otra más antigua de origen medieval además de otros espacios residenciales. En el siglo XVI se le añadió una galería con varios pórticos, orientada hacia el este, entre dos torres con la misma orientación. Para defender todo el perímetro del castillo se construyó una barbacana construida sobre otra más antigua con troneras en forma de cruz para poder disparar con arcos y ballestas. Alrededor del castillo aún hoy se pueden apreciar los restos de un foso que hacían necesario el uso de puentes levadizos para poder ingresar en el recinto. En las fortificaciones o castillos de tan larga tradición y extensa rama familiar de sus habitantes, se han ido construyendo diferentes añadidos a gusto de los moradores y de las necesidades defensivas de cada época. En la actualidad, para acceder al castillo se utiliza una puerta monumental orientada hacia la plaza de la localidad de Monroy, aunque en su momento la principal fue otra situada hacia levante, protegida por dos cubos o torres cilíndricas a sus costados. Entre ellas añadieron una galería porticada así como otros elementos que, además de defensivos, eran señal de ostentación de los moradores así como un aumento del confort de ellos.
A finales del siglo XX se llevó a cabo una restauración de gran envergadura para dotar al castillos de las comodidades de la época. Los propietarios levantaron por esa época una nueva torre donde, al parecer, se quería hacer una en sus orígenes. La propiedad del edificio hoy en día recae en manos privadas y el mismo se utiliza como vivienda. Ha sido profundamente restaurado y consolidado encontrándose bajo la genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
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