El español chilote o castellano chilote es el conjunto de modalidades del idioma español que se hablan en el archipiélago de Chiloé y sus alrededores, en el sur de Chile.
A mediados del siglo XVI, Chiloé fue colonizado por los españoles, quienes al llegar a la Isla Grande la llamaron «Nueva Galicia» por su similitud paisajística con esa región española. El archipiélago fue el último dominio de la corona española en el actual territorio chileno; fue incorporado a la República de Chile en 1826 mediante el tratado de Tantauco, luego del triunfo patriota en la denominada «Conquista de Chiloé».
La población indígena estaba compuesta por huilliches, payos y chonos; los dos primeros hablaban veliche, el dialecto chilote del mapudungun, mientras que los chonos tenían un idioma propio del que no se sabe casi nada.
Los conquistadores fundaron pueblos y sometieron a los indígenas al trabajo en el sistema de encomiendas, pero pronto las condiciones de aislamiento de las demás colonias ocasionaron un proceso de mestizaje entre los distintos grupos étnicos. Después de la batalla de Curalaba en 1598, que acarreó la destrucción o el despoblamiento de las ciudades entre el río Biobío y el canal de Chacao, la población española del archipiélago resultó aún más aislada. Por esta razón, los habitantes del archipiélago se vieron abandonados a sus propios recursos y, con el paso del tiempo, dieron origen a una cultura propia, en la que el lenguaje también adoptó una forma particular. Durante los siglos XVII y XVIII, la mayor parte de la población era bilingüe y, según el náufrago inglés John Byron, muchos españoles preferían usar la lengua huilliche por considerarla «más bonita». Por la misma época, el gobernador Narciso de Santa María se quejó de que los españoles se expresaban mal en castellano y bien en veliche y que la segunda lengua se usaba más.
Después de la expulsión de los jesuitas, las nuevas órdenes religiosas incentivaron el uso del castellano y, a fines del siglo XVIII, un sacerdote señaló que ya había más familiarización con la lengua española, tanto entre españoles y mestizos como entre indígenas, pero que seguían haciéndose las confesiones en veliche. Aunque este dialecto desapareció a fines del siglo XIX, el castellano hablado en Chiloé acusa una gran influencia de él en el vocabulario y en ciertas construcciones gramaticales; este último también contiene muchos arcaísmos del español hablado en la época colonial, ya desusados en otras variantes del idioma, a tal punto que, a principios del siglo XX, un viajero chileno afirmó no entender la lengua que hablaban unos boteros chilotes en un puerto[cita requerida]; sin embargo, hoy en día la educación uniforme, la existencia de los medios de comunicación masivos que usan el español estándar o el español chileno y el escaso prestigio del español chilote han causado que cada vez menos chilotes usen su habla local, a tal punto que muchas personas no son comprendidas al usarla.
Existe un número no determinado de modalidades que forman un continuo en el que se van acumulando diferencias a medida que aumenta la distancia entre ellas. Se distinguen por la entonación, la pronunciación y el vocabulario. Por lo tanto, los rasgos de fonología y gramática mencionados anteriormente no son válidos para todas las modalidades. Es frecuente que un chilote sea capaz de descubrir la procedencia de otro por su manera de hablar, aunque en la actualidad las diferencias son mucho menos marcadas que hace unas décadas.
El vocabulario tiene un gran porcentaje de voces huilliches, de arcaísmos y regionalismos traídos desde España. También se ha cambiado el sentido de algunos términos y se han creado otros nuevos. Además, se conservan términos comunes a otras regiones de Hispanoamérica que en el resto de Chile han sido reemplazados por términos locales.
Las palabras de origen huilliche hacen referencia sobre todo a plantas y animales nativos, a actividades agrícolas tradicionales, como el cultivo de la papa o a la alimentación (cuya base es la papa). Muchas de las palabras que en el mapudungun actual tienen tr la cambian por ch.
Los verbos de origen mapuche se forman agregando el auxiliar hacer.
Junto a los términos de origen quechua que son de uso común en todo Chile —como choclo, cochayuyo o guagua—, existen palabras de origen quechua de ámbito restringido a Chiloé y zonas aledañas, como cochaguasca o minga.
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