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Cantigas de amigo



La cantiga es un tipo de composición poética destinada a ser cantada. De origen galaico-portugués del norte peninsular, pronto se extendió por Castilla y alcanzó su esplendor en el siglo XII. Las cantigas se dividen en Cantigas de amigo, en las que la enamorada se lamenta de la ausencia del amado; Cantigas de amor, súplicas o elogios que el amado dedica a su dama; Cantigas de escarnio, en las que se critica a personas, grupos o instituciones; y Cantigas sacras, que versan sobre temas religiosos. Los ejemplos más antiguos que se conservan datan de finales del siglo XII. Autores célebres de este género fueron Martín Codax, Airas Nunes, Pero Meogo o Joan Zorro.[1]

Se trata de una composición de carácter amoroso que, junto a las jarchas y los villancicos, se establece dentro de la lírica primitiva hispánica de origen popular.

Estébanez Calderón (2000) indica que se trata de una composición lírica de la poesía gallegoportuguesa medieval que, en su configuración métrica, presenta generalmente la forma de la cantiga de refram o de estribillo.

La rima es consonante, aunque puede haber algún caso de asonante en las cantigas menos cuidadas o más primitivas. Un rasgo de estos poemas es la estructura paralelística y el leixaprén.

En cuanto a sus temas, el motivo predominante en estas cantigas es la confidencia de una muchacha que se lamenta en tono melancólico ante su madre, sus amigas o la naturaleza por la despedida o separación del amigo o enamorado.

En relación con el espacio en el que puede desarrollarse la acción, presenta dos modalidades: cantiga de romería (cuando se desarrolla en el entorno de una ermita, lo que implica ciertas transferencias del tema religioso en la expresión del amor) y marina, cuando sucede a orillas del mar. No obstante, algunas cantigas de amigo hacen referencia a ambientes domésticos: la muchacha teje, se dirige a su madre, etc.[2]

La cantiga de amigo es comúnmente un monólogo de la muchacha enamorada, pero se encuentran también diálogos entre la madre y la hija o entre el amigo y la enamorada. El asunto general es el sentimiento femenino y ofrece diversas variantes, lo que implica que en ocasiones una sola composición pertenezca a diversos subgéneros.

Su rasgo más característico es el uso de recursos estilísticos como el paralelismo y el leixaprén. Las estrofas se enlazan de dos en dos haciendo que los versos de la segunda estrofa sean una pequeña variante de los versos de la primera estrofa. El paralelismo puede ser de varias clases:

Los estudiosos distinguen en los cancioneros galaico-portugueses tres tipos de composiciones: cantigas d’amor, d’amigo y d’escarnho e de maldizer. Los límites entre un tipo y otro no siempre están claros. Las cantigas de amor son poemas amorosos cortesanos, escritos desde la perspectiva masculina, con formas estróficas complicadas.

Los poetas galaicoportugueses adoptaron otras formas foráneas tales como los lais de tema bretón (los cinco conservados versan sobre Tristán); el descordo, canto triste del que se conservan cinco ejemplos, uno de ellos de Alfonso X; el planto, género al que también pertenece alguna de las primeras muestras de la lírica castellana; el serventesio, canción de asunto moral; la pastorela o serranilla, y la tensó o disputación, que es una forma que puede albergar géneros diversos.

Otros autores, como recoge Deyermond (1999), distinguen dentro de las cantigas de amigo los siguientes subgéneros:

Las cantigas de amigo son, según diferentes estudiosos, supervivientes modernizados de una más arcaica lírica. De este modo, la influencia provenzal sobre la primitiva lírica debió de ser grande. Hay autores que incluso explican las cantigas de amigo como una reacción frente a la artificiosidad de la poesía trovadoresca. Pero lo más probable es que este tipo de canción existiera antes del advenimiento de la moda provenzal, de la que tomó elementos de importancia, pero con la que no llegó a confundirse.

Como señalan Pedraza y Rodríguez (1984), hasta el descubrimiento de las jarchas, las más tempranas muestras del lirismo peninsular eran los cancioneros galaicoportugueses. Tres manuscritos tardíos lo confirman: el Cancionero da Ajuda, el Cancionero da Vaticana y el da Biblioteca Nacional de Lisboa, conocido como Colocci-Brancuti.

El único texto de autor individual conservado se trata de las Cantigas d’amigo de Martín Codax, un pergamino escrito a cuatro columnas por una sola cara que contiene también la música de seis canciones.

También existen recopilaciones y antologías, entre las que destacan las de José Joaquim Nuñes, Cantigas d’amigo y Cantigas d’amor, que reúnen las aparecidas en los cancioneros mencionados. En la misma línea están las Cantigas d’escarnho e de maldizer dos cancioneiros medievais galego-portugueses de Rodrigues Lapa.[7]

En línea pueden consultarse diversas selecciones de cantigas de amigo, como por ejemplo “Ondas do mar de Vigo”, de Martín Codax, extraída de Ferreiro y Martínez Pereiro (1996).

se vistes meu amigo?
E ai Deus, se verrá cedo!
Ondas do mar levado,
se vistes meu amado?
E ai Deus, se verrá cedo!
Se vistes meu amigo,
o por que eu sospiro?
E ai Deus, se verrá cedo!
Se vistes meu amado,
por que hei gran cuidado?



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