Bernardino de Avellaneda cumple los años el 18 de octubre.
Bernardino de Avellaneda nació el día 18 de octubre de 1544.
La edad actual es 479 años. Bernardino de Avellaneda cumplirá 480 años el 18 de octubre de este año.
Bernardino de Avellaneda es del signo de Libra.
Bernardino de Avellaneda nació en Aranda de Duero.
Bernardino González de Avellaneda y Delgadillo, I conde de Castrillo, (Aranda de Duero, 18 de octubre de 1544 - Madrid, 6 de diciembre de 1629) fue un marino, político, mecenas y bibliófilo español, al servicio de los reyes Felipe II, Felipe III y Felipe IV. Fue capitán general de la Real Armada, presidente de la Casa de Contratación de Indias, asistente de Sevilla, virrey de Navarra y capitán general de este reino y de la provincia de Guipúzcoa.
De familia noble. Fue hijo primogénito de Juan González de Avellaneda y Delgadillo, señor de las villas de Valverde, Alcoba de la Torre, Alcubilla de Avellaneda y Santa María del Mercadillo (cercanas las cuatro a Aranda de Duero, entre las actuales provincias de Burgos y Soria). Bernardino sucedió a su padre en el mayorazgo que incluía dichos estados. Y en 1590, al morir sin prole su tío Juan Delgadillo de Avellaneda (primo hermano de su padre), heredó también los señoríos de Castrillo de Don Juan y Cevico Navero (villas de la comarca del Cerrato y actual provincia de Palencia). Sus abuelos fueron otro Bernardino de Avellaneda, señor de Valverde, Alcoba, Alcubilla y Mercadillo, e Isabel Delgadillo, hija a su vez de Juan Álvarez Delgadillo, señor de Castrillo y Cevico.
Su madre, Francisca de Leiva y Guevara (+17/01/1588), mujer del citado señor de Valverde, era hermana del ilustre marino Sancho Martínez de Leiva, llamado Don Sancho el Famoso (1509-1579), que fue virrey de Navarra y capitán general de las galeras de Nápoles y de España. Hijos ambos de otro Sancho Martínez de Leiva (+1542), señor de esta casa, Capitán General de Guipúzcoa, alcalde de Fuenterrabía; y de Francisca de Guevara. A su vez éste Sancho era hijo de Juan de Leiva y de Constanza Hurtado de Mendoza; y hermano de don Antonio de Leyva.
Según un documento ológrafo, nació «día de San Lucas, viernes, a diez y ocho de octubre a las tres de la tarde de mil y quinientos y cuarenta y cuatro». En el mismo documento dice tener las siguientes señales en el cuerpo: «un lunar en la taula del muslo por la parte de adentro de la pierna derecha; dos lunares en la espalda izquierda».
Bernardino tuvo dos hermanos: Sancho, que fue paje del rey Felipe II y murió combatiendo en las Alpujarras, e Isabel, que casó con Íñigo de Cárdenas, señor de Loeches y presidente del Consejo de Órdenes.
A los diez años quedó huérfano de padre y a los trece entró al servicio de su tío Sancho Martínez de Leiva, capitán general de las galeras de Nápoles. En esta escuadra de galeras, y a las órdenes de su tío, participó en junio de 1563 en el socorro de Mazalquivir, asediada por los turcos, dando refuerzo a la escuadra de galeras de España que mandaba Francisco de Mendoza. Tras esta victoria, y con el fin de limpiar de piratas la costa de África, tomó parte en una expedición que intentó ocupar por sorpresa el peñón de Vélez de la Gomera. En esta fracasada empresa resultó herido, pero en 1564 participó en un nuevo asalto al peñón que se vio coronado por el éxito a las órdenes de García de Toledo, virrey de Cataluña, después marqués de Villafranca y duque de Fernandina.
Posteriormente viajó a Italia y participó en la movilización de tropas con destino a Córcega, ante la creciente amenaza turca. Más tarde tomó parte en el socorro de La Goleta, presidio español del norte de África, y trabajó en su fortificación.
En 1566 recibió la provisión de capitán de la galera capitana. En uno de sus memoriales
al rey narra el siguiente suceso acaecido en agosto de 1562:En la Navidad de 1568 dejó las galeras y tomó parte de la represión del levantamiento de las Alpujarras, donde en 1569, "a 27 días del mes de mayo a las diez de la mañana, poco más o menos, me dieron un saetazo que me atravesaron la pierna izquierda". En esta guerra murió su hermano Sancho.
Formó parte del cortejo (con el Cardenal de Sevilla Don Gaspar de Zúñiga y Avellaneda y el Duque de Béjar) que acompañó a España a la archiduquesa Ana de Austria, que iba a contraer matrimonio con Felipe II. En 1589 este rey le mandó hacerse cargo de las cuatro galeazas de Nápoles, sucediendo en el mando a Hugo de Moncada. Dos de ellas eran supervivientes de la Armada Invencible.
En 1593 se cruzó de caballero de la Orden de Calatrava.
En 1595 fue nombrado capitán general de la Armada y recibió el mando de la armada del Mar Océano, que iba a partir rumbo a las Indias para proteger a la flota de la Carrera de Indias que había de venir a España en la primavera de 1596. Su misión incluía perseguir al corsario Francis Drake, que había salido hacia las Indias con 28 navíos y 6000 hombres con ánimo de invadir Puerto Rico. Al frente de una flota mediana y en regulares condiciones, con solo 3000 hombres, derrotó a la armada inglesa en la isla de Pinos el 11 de marzo de 1596, apresando una de las naves enemigas y obligando al resto a desembocar por el canal de Bahamas. En esta expedición murieron los famosos piratas Drake y Hawkins. A primeros de octubre llegó a San Lúcar con toda la flota y uno de las mayores cargamentos de oro y plata de la historia. Así lo narra el mismo Bernardino:
A continuación narra lo que quizás sea uno de los envíos de carta más caros de toda la historia del Correo:
Se conserva entre los papeles de Don Bernardino, una Real Cédula avisando de la salida de una "gruesa armada de Ingalaterra" y ordenando que se traslade la Armada a Puerto Rico y organice la defensa. Dice al fin: "y todos los barcos que os toparen con este aviso, los recogeréis y llevaréis con vos, porque no caigan en manos de enemigos y puedan ellos tener noticia de vuestro viaje". En el exterior se lee la siguiente inscripción: "De su Magestad, en Toledo 25 de julio, 1596. Recibida en el río Guadalquivir fronte de Nª Señora de Barrameda, en 11 de setiembre 1590, con Pablo de Aramburu". Estas cartas urgentes a las Indias las llevaban pataches con marinos muy expertos. En este caso sabemos que el viaje hasta América y vuelta lo realizó el intrépido Aramburu en tan solo 78 días. Otra Real Cédula anulando la orden anterior y mandándole regresar a España con la Armada, salió del Escorial el 2 de septiembre y fue recibida en Sevilla el 1 de noviembre, realizando el viaje de ida y vuelta en tan solo 60 días.
De la Real Cédula que sirve de ilustración a esta página, fechada Toledo en 25 de mayo de 1596, se conservan los dos ejemplares que se remitieron a la Habana en dos pataches. El original (en las fotos) se recibió en la Habana el 11 de julio, es decir 47 días después de emitirse, mientras el duplicado llegó el día 10. Hay que considerar que los barcos podían estar o no preparados cuando se necesitaban, por lo que no se sabe lo que se demoró en Sevilla o en Lisboa la expedición de los pataches.
En mayo de 1598 fue nombrado presidente de la Casa de Contratación de Indias, siendo el primer funcionario «de capa y espada» que sirvió este cargo, hasta entonces reservado a ministros «de toga». En 1603 fue nombrado además asistente de Sevilla, ejerciendo ambos cargos hasta 1609. Durante estos años aprestó y despachó diferentes flotas y armadas, siendo la mayor autoridad política y militar del reino de Sevilla.
El 23 de enero de 1610, el rey Felipe III le concedió el título nobiliario de conde de Castrillo. En la misma fecha, fue nombrado mayordomo mayor y sumiller de corps del príncipe Filiberto de Saboya, a quien hubo de acompañar al Puerto de Santa María dos años después, cuando éste fue designado generalísimo de la Mar. Desde 1618 fue mayordomo de la princesa (después reina) Isabel de Borbón, primera consorte de Felipe IV.
Consejero de Guerra (1621) y de Estado (1629). Desde 1623 hasta su muerte fue virrey y capitán general de Navarra, nombramiento que incluyó también el de capitán general de Guipúzcoa.
El 31 de marzo de 1603, Felipe III escribió desde Valladolid una carta a don Bernardino recomendándole al Capitán
Gracias a los inventarios realizados en el Castillo de Castrillo de Don Juan, actualmente conservados en el Archivo del Conde de Orgaz, podemos reconstruir cuales eran las principales aficiones de don Bernardino.
Don Bernardino debió ser un notable bibliófilo, pues a su muerte se conservaban en su Librería nada menos que 1653 libros guardados en armarios y arcones. Desgraciadamente solo sabemos el número de ellos y que muchos eran italianos; en la almoneda a la muerte de Bernardino, en 1631, fueron tasados por el célebre grabador Juan de Courbes en 7162 reales; adujo para la valoración que aunque eran muchos no eran de mucho valor. Se conserva un pasaporte para dos cajones de libros que trajo Bernardino desde Italia cuando estuvo con el Príncipe Filiberto de Saboya, con el visto bueno de los inquisidores, fechado en Murcia el 21 de febrero de 1615. En un inventario realizado en Castrillo el 17 de marzo de 1616 aparece una relación de grandes mapas, entre los que destacaba una carta de marear grande, muy buena, en pergamino; es universal, hecha por Texera (Mapamundi de Teixeira). También tenía dos importantes cartas sobre pergamino, hoy perdidas, una de la Nova Zembla (Mar del Norte) y otra de la Nueva Francia (Canadá). La Librería de don Bernardino estaba además adornada por los retratos al óleo de Raimundo Lulio, Miguel Ángel, Francisco Tello de Sandoval, Dante, Petrarca, Bocaccio, Ovidio, Tiziano, Rafael de Urbino y Martín de Azpilicueta.
Así mismo, además de las reseñadas en la biblioteca, se conservaban en el Castillo en 1616, más de doscientas pinturas, con las series de retratos de los emperadores romanos y otomanos y sus mujeres; retratos de la realeza española y europea desde los Reyes Católicos hasta Felipe III; grandes soldados del renacimiento y antiguos, como don Antonio de Leyva (con su ropa aforrada en martas), Alonso de Leyva héroe de la invencible, Fernán González, don Luis de Requesens, Hernán Cortés, Magallanes, el Marqués de Pescara, Juan de Austria, Barba Roja, Don Sebastián de Portugal, Saladino, César Borgia, Carlo Magno, María de Médicis y otros muchos; y algunos retratos de familia, entre otros dos suyos de los que no queda rastro y uno de su hermano Sancho de Avellaneda. También se encontraban unas ciento veinte pinturas religiosas, incluyendo un retrato de la Madre Teresa de Jesús; muchos bodegones y cuadros de género diversos, desde un rinoceronte hasta Un lienzo de una mujer en cueros, con una ropa de levantar, que la tien el Cupido el espexo y se está mirando en él, que recuerda a una composición de Tiziano.
De su afición a la alquimia es testigo un amplio surtido de alambiques y toda clase de útiles. Se conserva además un texto autógrafo de don Bernardino que describe técnicas zahoríes para la búsqueda de tesoros. También son muchos los diversos instrumentos de arquitectura, relojes y útiles de navegación descritos en sus inventarios.
Por último, hay que reseñar la gran armería con espadas, ballestas, arcabuces, escopetas, pistolas, cuchillos y armaduras, realizadas por los más famosos artífices del siglo XVI, algunas de las cuales habían pertenecido a personajes tan importantes como Enrique VIII de Inglaterra o el Duque de Alba. Incluso conservaba algunos arcos de indios de América.
En 25 de marzo de 1629 recibió la facultad concedida por Felipe IV para poder fundar mayorazgo nuevamente de sus bienes o agregarlos e incorporarlos a los que ya poseía.6 de diciembre de 1629, entre las once y las doce, a los 85 años de edad. Su cuerpo fue enterrado en la bóveda del altar mayor del Monasterio de San Jerónimo de Espeja, pues era patrono de la capilla mayor de la iglesia conventual. Después de su muerte, sus herederos finalizaron en 1636 las obras del altar mayor, que estaba presidido por un magnífico retablo dedicado a la Virgen, con seis pinturas de Juan Bautista Maíno.
Testó don Bernardino en Madrid, ante Juan de Prado, el 22 de abril de 1629, y muríó enCasó hacia 1570 con María Vela y Acuña, hija de Blasco Núñez Vela, primer virrey del Perú (depuesto y asesinado en 1546 por los rebeldes partidarios de Gonzalo Pizarro), caballero de Santiago y también capitán general de la Armada, y de Brianda de Acuña su mujer. Enviudó Don Bernadino en 1580.
Tuvieron por hijos a Juan, el primogénito, y dos hijas: Brianda e Isabel, que fueron monjas. La mayor, Brianda de Acuña (1576-1630), tomó el nombre de Teresa de Jesús al profesar en las carmelitas descalzas de Valladolid y murió con fama de santidad dos meses después que su padre. El primogénito, Juan de Avellaneda, no llegó a sucederle en la casa porque le premurió en 1614, habiendo casado con Inés Portocarrero, hija de los primeros marqueses de Alcalá de la Alameda. Y de estos, tuvo Bernardino por nieta y sucesora a María Delgadillo de Avellaneda, II condesa de Castrillo, que casó con un hijo de los IV marqueses del Carpio. El marido de esta señora se llamó por ella García de Avellaneda y Haro, conde de Castrillo, y entre otros elevados cargos fue virrey de Nápoles, presidente de los Reales Consejos de Castilla, Hacienda, Indias e Italia, y miembro del Consejo de Regencia a la muerte de Felipe IV.
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