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Bereber (Lengua)



Afroasiático

     Tarifit      Atlas Central      Tashelhit      Zenaga      Tuareg

     Tashenwit      Cabilio      Shawiya      Nafusi      Otras (Wargla, Mzab, Siwa, etc.)

Las lenguas bereberes (Tamaziɣt o Tamazight; Neotifinagh: ⵜⴰⵎⴰⵣⵉⵖⵜ, Tifinag tuareg: ⵜⵎⵣⵗⵜ, pronunciado [tæmæˈzɪɣt], [θæmæˈzɪɣθ]) constituyen una subfamilia de la familia de lenguas afroasiáticas, habladas por los grupos bereberes en África del norte, por unos treinta y ocho millones de personas,[1]​ de los cuales veintidós millones residen en Marruecos, y entre doce y catorce millones residen en Argelia.[2]

Antiguamente se escribían usando la escritura líbico-berber testimoniada arqueológicamente al menos desde el siglo III a. C. y que sigue existiendo ahora en la forma del tifinag.[3]​ Este era utilizado tradicionalmente por los tuareg y ha sido revivido en época reciente por instituciones y movimientos culturales berberistas, como el Congreso Mundial Amazig. Se usa también el alfabeto bereber latino en Argelia (que incluye letras griegas como ɣ) y el alfabeto árabe en otros lugares, como Marruecos, hasta la adopción oficial del tifinagh para la enseñanza.

También formaban parte de las lenguas bereberes las diferentes variedades guanches en las islas Canarias con anterioridad a su conquista.

Antes de la expansión islámica en el siglo VIII, las diversas variantes de bereber eran la lengua principal del norte de África, desde las islas Canarias hasta el valle del Nilo (en este último la lengua principal era el copto, aunque al oeste del Valle se habría hablado la variante tasiwit del bereber). La posterior arabización que siguió a la expansión del islam, produjo una situación de sustitución lingüística en favor del árabe. Sin embargo, en muchas áreas particularmente en Marruecos y Argelia quedan todavía en la actualidad importantísimas minorías de habla bereber.

Se estima que alrededor del 60 % de la población de Marruecos son hablantes de alguna variante de bereber.[4]​ Actualmente, el amazig se ha convertido en el idioma oficial del país,[5]​ junto al árabe tradicional. Las lenguas berberes habladas mayoritariamente en Marruecos son:

Se estima que alrededor de un 25 o un 30 % de la población de Argelia tienen como lengua nativa el bereber.[4]​ En este país las cuatro principales variedades son:

En Túnez, donde antes de la aparición del islam los bereberes habían sido mayoritariamente romanizados, las lenguas bereberes están representadas únicamente por relictos locales, tales como el de la isla de Djerba, en que se habla djerbi,[8]​ o en la localidad de Matmata se habla bereber de Matmata.

El sened es una lengua bereber que se habló hasta principios de los años 1970 en la ciudad de Sened. En 1911 toda la población de esta ciudad hablaba la lengua, hacia 1968 solo unos pocos ancianos.

En Libia se hablan todavía cuatro lenguas usualmente clasificadas dentro de las lenguas bereberes orientales:

Tanto en el Sáhara argelino, como en Níger hay hablantes de lenguas tuareg. Estas lenguas constituyen una rama diferente del bereber septentrional, entre las variedades de tuareg están:

El idioma zenaga la lengua tradicional de los zenagas de Mauritania, en la actualidad la lengua tiene solo unos 200 hablantes.

En Egipto existe una pequeña comunidad de hablantes, formada unos 30 000 habitantes del oasis de Siwa y aldeas cercanas, situado en el desierto de Libia, cerca de la frontera con Libia. Siwa constituye el enclave berberófono más oriental, y en la conservación de su lengua (llamada tasiwitsīwī en árabe—) probablemente influya el largo aislamiento del pueblo, situado a más de 300 km de la población más cercana y durante años cerrado a los visitantes debido al control militar de la zona a causa de su carácter fronterizo. El tasiwit no tiene ningún reconocimiento oficial, y tampoco parecen existir movimientos reivindicativos al respecto. La Iglesia copta en la liturgia utiliza el copto, variante derivada del antiguo egipcio.

En el tiempo de la conquista europea de las islas Canarias, en el siglo XV, las islas estaban ocupadas por grupos étnicos de origen bereber, organizados en menceyatos, guanartematos o cantones. La lengua de cada isla era muy similar, y se utilizaban nativos de unas islas como intérpretes en la conquista de las siguientes, hay abundante documentación sobre estos hechos. Los habitantes de algunas islas vivían relativamente aislados unos de otros, sin contacto cotidiano. Por esa razón la lengua guanche debe ser considerada un complejo dialectal formado por diversas variantes parcialmente inteligibles entre sí.

Si bien esta es la denominación más popular, el término guanche no es el más apropiado para hacer referencia a las lenguas habladas por los antiguos pobladores de las islas, como tampoco es correcto para designar a estos pobladores, debido a que, en principio, corresponde únicamente a la isla de Tenerife. El proceso de aculturación que tuvo lugar tras la conquista (siglo XV) llevó a la desaparición de las hablas bereberes del archipiélago en el siglo XVIII quedando algunas palabras relacionadas con la actividad ganadera, la flora, etnónimos y numerosos topónimos. Hay muy pocos testimonios escritos de estas lenguas recogidos durante el siglo XVI, pero no existe ninguna compilación sistemática o gramática de ellas. Los términos que actualmente se conservan de dicha habla antigua, así como los recogidos por los cronistas permiten la identificación de dichas lenguas con el bereber. Muchos de los topónimos canarios son reconocibles e interpretables en bereber, por ejemplo la marca de femenino típica en t- ... (-t) aparece en numerosos topónimos.

Las lenguas bereberes se caracterizan por tener una estructura fonológica que no requiere núcleo silábico. En cuanto al inventario consonántico depende de la variedad y no existe consenso completo entre diferentes autores. O. Ouakrim propone a base de mediciones empíricas de las cualidades fonéticas de diversos sonidos el siguiente inventario:[9]

En las consonantes coarticuladas el signo /ʷ/ denota consonantes labializadas, mientras que el signo /ˁ/ denota a las consonantes laringalizadas. Además de los contrastes anteriores una consonante puede tener una articulación "tensa" y una "laxa" (tradicionalmente las tensas se escriben como consonantes dobles o "geminadas").

Las raíces en bereber, como en otras lenguas afroasiáticas, están formadas por un "esqueleto" consonántico fijo, en el que se infijan las vocales gracias a lo cual pueden obtenerse formas flexivas diferentes, tanto en el nombre como en el verbo. Este procedimiento morfológico de la infijación, raro en otras familias de lenguas, se suplementa abundantemente con la sufijación y la prefijación. La mayoría de raíces tienen 2 o 3 consonantes, aunque también existen raíces de 1 y 4 consonantes. Morfológicamente también es común el debilitamiento de consonantes o su reforzamiento como procedimiento morfológico, y se recurre con frecuencia a la infijación como procedimiento morfológico. Esta última característica es bastante típica de las lenguas afroasiáticas.

En el nombre se distinguen géneros gramaticales con dos valores posibles: masculino y femenino. Los nombres masculinos frecuentemente empiezan por vocal, mientras que el género femenino se marca mediante el sufijo -t o el prefijo t- y ocasionalmente el circunfijo t-...-t, derivado del protoafroasiático *t. Los verbos a diferencia de las lenguas indoeuropeas tienen marcas que indican también el género del sujeto.[10]

Las lenguas bereberes poseen género gramatical marcado tanto por afijos como por alteración de las vocales, y número gramatical marcado por procedimientos similares. La siguiente tabla muestra las formas típicas de la inflexión de género y número:

En esta tabla se aprecia otra de las características típicas de las lenguas afroasiáticas: las marcas t- / -t como marcas de femenino

-k como marca de segunda persona, oposición en el paradigma verbal de conjugación prefijada frente a otra sufijada o plurales internos mediante patrones vocálicos.

Las lenguas bereber tienen un orden de constituyentes VSO, aunque también puede encontrarse SVO. La lengua usa predominantemente el marcaje del complemento o del adjunto con preferencia al marcaje de núcleo. La lengua posee preposiciones. Un hecho interesante es que existe una forma morfológica especial de una partícula o "estado de anexión" para indicar que la palabra está regida por otra palabra. Esto se hace evidente por ejemplo cuando el sujeto sigue al verbo:

En las dos oraciones anteriores del tarifit se aprecia que la palabra para 'anciana' toma una forma diferente según se encuentre o no en estado de anexión, estando regulado el tipo de forma por la posición relativa al verbo.

Los numerales del 1 al 10 reconstruidos para diferentes de grupos de lenguas bereberes son:

Las lenguas bereberes son una rama de la familia afroasiática. Tradicionalmente se calificó como una lengua camítica, aunque actualmente se ha abandonado dicha clasificación al comprobarse que las lenguas camíticas no constituyen una división filogenética válida dentro de las lenguas camítico-semíticas. De hecho, la propia noción original de familia camítico-semítica ha sido reclasificada como familia afroasiáticas, introduciendo cambios importantes en los grupos que se consideran parte de la misma.

No existe consenso total sobre la clasificación interna de las lenguas bereberes. Tradicionalmente se identifican los siguientes grupos y subgrupos:

Los últimos dos grupos son unidades filogenéticas universalmente reconocidas por todos los autores, concentrándose en las discrepancias la clasificación de las lenguas bereberes septentrionales y orientales. Para algunos autores la división oriental es un subgrupo del grupo septentrional. Algunos autores consideran que algunas lenguas incluidas en el grupo zenati deben ser asignadas al grupo Atlas (ghomara). Para otros el grupo oriental y el grupo zenati forman una rama del bereber. El proyecto comparativo ASJP basado en la cercanía léxica medida por la distancia de Levenshtein construye un árbol donde el grupo zenati y oriental aparecen intermezclados. Una clasificación que corrige algunos puntos de la clasificación tradicional:

Ghomara

Senhaya de Srair

Tamazight (Marruecos)

Tashelhit (Marruecos)

Judeo-Bereber (Israel)

Rifeño (Marruecos)

Cabilio

Matmata

Wargla (Tagargent)

Tumzabt

Figuig

Siwa-sokna-Nafusi

Awjihla-Ghadamès

Tuareg: Tahaggart, Tamahaq, Tamasheg, Tayart (Níger), Tetserret

Zenaga

Las lenguas bereberes forman parte de la macrofamilia afroasiática. Esta macrofamilia se divide habitualmente en las siguientes grupos:

La relación exacta de estas familias es materia de controversia. Algunos autores consideran que el bereber estaría más cerca del semítico y del egipcio, mientras que otros lo acercan al chádico. Algunos rasgos típicos de las lenguas semíticas y otras lenguas afroasiáticas se encuentran también en las lenguas bereberes son:



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