La Asamblea Constituyente de 1978 fue la décima Asamblea Constituyente del Perú, convocada por el gobierno del general Francisco Morales Bermúdez, para facilitar el retorno de la democracia, tras una década del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada. Se instaló el 28 de julio de 1978 y fue presidida por Víctor Raúl Haya de la Torre, líder histórico del partido aprista. Su principal misión fue elaborar una nueva carta magna en reemplazo de la Constitución de 1933. Esta nueva Constitución fue sancionada y promulgada el 12 de julio de 1979, y entró en vigencia el 28 de julio de 1980, al inaugurarse el gobierno constitucional del arquitecto Fernando Belaunde Terry. Estuvo vigente hasta 1992.
A fines de 1977 el gobierno del general Francisco Morales Bermúdez convocó a elecciones para conformar una Asamblea Constituyente. Los ciudadanos peruanos elegirían a los cien representantes o diputados que formarían dicha Asamblea. Las elecciones se realizaron participando el Partido Aprista Peruano (PAP), el Partido Popular Cristiano (PPC), Partido Demócrata Cristiano (PDC), y varios grupos de izquierda, entre ellos el Frente Obrero Campesino Estudiantil Popular (FOCEP), el Partido Socialista Revolucionario (PSR), el Partido Comunista Peruano (PCP), el Frente Nacional de Trabajadores y Campesinos (FRENATRACA) y la Unidad Democrática Popular (UDP). También postularon las agrupaciones Acción Revolucionaria Socialista (ARS) y Partido Democrático Reformista (PDR).
El Apra obtuvo 37 escaños, correspondiéndole a su líder Haya de la Torre, de 83 años, presidir el hemiciclo al lograr la mayor votación preferencial. El PPC obtuvo 25 escaños, el FOCEP 12, PSR y PCP 6 cada uno y los restantes estaban repartidos entre los grupos minoritarios. La ARS y el PDR no obtuvieron ningún escaño.
El 28 de julio de 1978 se instaló la Asamblea Constituyente. Haya de la Torre, en su discurso inaugural, hizo públicas críticas al gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas. «El pueblo, al votar el 18 de junio, hizo una auténtica revolución: recuperar el ejercicio de una soberanía que le fuera negada hace diez años», exclamó para agregar luego que solamente si la Asamblea «es autónoma, soberana y libre podrá cumplir el claro mandato renovador con el que la ha investido el pueblo». Dijo, de manera terminante: «La Asamblea Constituyente no admite condicionamientos, limitaciones ni parámetros; ningún mandato extraño a su seno puede recortar sus potestades; no reconoce poderes por encima de ella misma».
Los constituyentes acordaron limitarse a elaborar y discutir el nuevo texto constitucional, y no a dar leyes como Congreso Ordinario (es decir, rehusaron el ejercicio del Poder Legislativo, que la dictadura militar se arrogaba para sí). Por su parte, el gobierno respetó la libertad y, en particular, la autonomía que Haya reclamó para la Asamblea.
El proyecto de Constitución se elaboró en la Comisión Principal, presidida por Luis Alberto Sánchez, que era a la vez el vicepresidente de la Asamblea. El debate constitucional comenzó en abril de 1979. Los legisladores concluyeron su trabajo aprobando y promulgando la nueva Constitución el 12 de julio de 1979. Haya de la Torre, ya muy enfermo, la firmó en su lecho de moribundo, en su residencia de Villa Mercedes. Menos de un mes después falleció, y sus exequias constituyeron un gran acontecimiento, que convocaron a multitud de personas. Fue enterrado en su ciudad natal, Trujillo. Su ataúd reposa debajo de una gran roca con la frase "Aquí yace la luz".
Las principales innovaciones de esta Constitución, al comparársela con su antecesora, fueron las siguientes:
La autógrafa de la Constitución fue llevada a Palacio de Gobierno, presumiblemente para fines de publicación, pero el gobierno militar lo devolvió con observaciones. Estas fueron rechazadas por la Asamblea por unanimidad. No obstante, el gobierno militar respetó y aplicó fielmente las disposiciones transitorias de la Constitución para el proceso electoral de 1980, en donde resultó elegido como Presidente Constitucional de la República el arquitecto Fernando Belaunde Terry. Este puso el cúmplase a la Constitución de 1979 el 28 de julio de 1980, y dispuso su publicación en el diario oficial El Peruano.
En 1992, el Congreso Constituyente Democrático convocado por la dictadura de Alberto Fujimori luego del autogolpe de 1992 derogó la Constitución de 1979, reemplazándola con la Constitución de 1993. Hay que destacar que en su artículo 307, la Constitución de 1979 dejaba establecido que no perdía su vigencia aun cuando fuese derogada «por cualquier otro medio distinto del que ella misma dispone». Esto ha llevado a que muchos sostengan que la Constitución de 1993 tiene un origen ilegal, al haber sido impuesta sin seguir los mecanismos de reforma constitucional contemplados en la Constitución de 1979.
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