Los arameos (Old Aramaic: 𐤀𐤓𐤌𐤉𐤀, Āramayē), también llamados siríacos fueron y son un pueblo semítico nómada que se originó durante el Bronce Reciente gracias a la llegada de los Pueblos del Mar. Habitó en Aram-Naharaim (‘Aram de los dos ríos’), también conocido como Mesopotamia, una región que incluye Siria, Irak, Jordania, Líbano , Israel y parte de Irán que es mencionada seis veces en la Biblia. Los "dos ríos" específicos son identificados de diversas formas por diferentes expertos, aunque uno de ellos es generalmente el Éufrates. Los compiladores de la Enciclopedia Judía, en 1901/8 no encontraron el nombre en inscripciones asirias o babilonias, pero identificaron Naharaim con Nahrima en tres tablillas de las Cartas de Amarna.
Los arameos formaron un bloque inédito y elemental en la historia del Próximo Oriente desde el siglo XII a. C. a partir de los desplazamientos migratorios que tenían lugar desde el desierto a las zonas fértiles. Sucedieron a otros grupos semitas, como los suteos, akhlamu y los cananeos. La presencia de los arameos, aún sin haber sido expuesta satisfactoriamente, fue relevada por los caldeos.
Los ajlamu, de origen asirio han sido relacionados con los arameos. Esta etnia, cuyas ocupaciones abarcaban desde la agricultura hasta el saqueo entre los siglos XIV y el XII a. C., ha sido asociada con los arameos al observárseles transitando juntos en Mesopotamia. Poco se conoce de esta gente, salvo por las reseñas que se describen en una carta recibida por el rey de Babilonia Kadashman-Enlil II, que envió el rey hitita Hattusili III, donde se menciona a los pendencieros akhlamu como bandoleros salteadores de caminos. En varios escritos de Assurnasirpal II (883-859 a. C.) se cita a los akhlamu-arameos que fueron desterrados desde el alto Tigris, en Bit-Zamani, al país de Assur. Estas bandas de nómadas, posteriormente podrían haber pasado a conocerse con el apelativo de uno de sus clanes, los arameos.
Referencias tempranas a un lugar o gente de "Aram" han aparecido en los archivos de Mari (c. 1900 a. C.) y en Ugarit (c. 1300 a. C.). Según el epígrafe de la estatua del rey Idrimi de Alalakh, Canaán podría considerarse como país en el siglo XV a. C., siendo que es nombrado reiteradamente en la Biblia como «tierra prometida». El primer testimonio histórico concluyente sobre los arameos como pueblo apareció en las inscripciones de Tiglat Pileser I (c. 1100 a. C.).
Algunos de los principales reinos de habla aramea fueron Aram-Damasco, Hamath, Bit Adini, Bit Bahiani, Bit Hadipe, Aram-Bet Rehob, Aram-Zobah, Bit-Zamani, Bit-Halupe. Según la Biblia, Saúl, David y Salomón (finales de los siglos XI y X) lucharon contra los pequeños reinos arameos que se extendían por la frontera norte de Israel : Aram-Sôvah en Beqaa, Aram-Bêt-Rehob (Rehov) y Aram- Ma'akah alrededor del monte Hermón, Geshur en el Hauran y Aram-Damasco. En textos arameos y asirios también se menciona un estado con capital en Damasco. Ese estado parece haber alcanzado su máximo esplendor a finales del siglo IX a. C., bajo el mando de Hazael, quien, según los textos asirios, luchó contra ellos, y de acuerdo a los textos arameos, tenía cierta influencia sobre el estado de Unqi, en el norte de Siria. El relato de un rey arameo sobre su victoria sobre la Casa de David, que data al menos dos siglos después, el Tel Dan Stele, fue descubierto en el norte de israel. Gran parte de Israel estuvo bajo el dominio arameo durante ocho años, según el libro de los Jueces (Jueces 8:10), hasta que Otoniel derrotó a las fuerzas dirigidas por Chushan-Rishathaim, un rey de Aram-Naharaim.
Los arameos dieron al Oriente Próximo cierta unidad lingüística , porque los judíos hablaban hebreo que es un idioma muy similar al arameo. Su lengua, llamada también arameo, fue las más hablada en toda esa parte del mundo hasta el siglo VII.
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