Ana Petrovna (en ruso: Анна Петровна; Moscú, 27 de enero de 1708-Kiel, 4 de mayo de 1728) fue zarevna del Imperio ruso como la hija mayor de los emperadores Pedro el Grande y Catalina I de Rusia. Ana no llegó a gobernar el imperio; fue su hermana menor, Isabel, quien gobernó como la emperatriz Isabel I entre 1741 y 1762. Su hijo Pedro, conocido como Pedro III de Rusia, gobernó en 1762.
Ana nació fuera del matrimonio y fue legitimada en la boda de sus padres en 1712. Esta percibida ilegitimidad provocaría más tarde que varios proyectos de alianzas matrimoniales fueran rechazados. Al final, se decidió que Ana se casaría con Carlos Federico de Holstein-Gottorp, un sobrino del rey Carlos XII de Suecia, que no tenía hijos.
En marzo de 1721, Carlos Federico arribó a Rusia para conocer a su futura esposa y suegro. Aspiraba a usar el matrimonio para asegurarse el territorio de Schleswig de Dinamarca, considerando también las esperanzas de ser respaldado por Rusia en su reclamación del trono sueco. Pero bajo las condiciones del Tratado de Nystad, Rusia prometió no interferir en los asuntos internos de Suecia, dejando sus esperanzas infundadas.
El 24 de noviembre de 1724, el contrato de matrimonio fue firmado. En él, Ana y Carlos Federico renunciaban a todas las reclamaciones al trono del Imperio ruso en nombre de ellos y sus descendientes. Como resultado de esta cláusula, el emperador aseguró el derecho de nombrar alguno de sus descendientes al trono ruso, mientras que Carlos Federico aceptó ejecutar la voluntad imperial sin condiciones.
A los pocos meses, en enero de 1725, Pedro el Grande cayó mortalmente enfermo. Según una historia, en su lecho de muerte, logró decir las palabras: “Den todo...”, pero no pudo concluir lo que estaba diciendo y dictarle a Ana su última voluntad. Basados en ella, algunos historiadores especulan que el deseo del emperador era dejarle el reino a Ana, pero esto es bastante dudoso.
Carlos Federico y Ana se casaron después de la muerte de Pedro, el 21 de mayo de 1725, en la Iglesia de la Trinidad en San Petersburgo. Él fue admitido en el recién establecido Consejo Secreto Supremo y ejerció una moderada influencia en la política rusa. La muerte de Catalina I en 1727 volvió su posición precaria y que el poder cambiara a Aleksandr Ménshikov, quién aspiraba casar al joven emperador, Pedro II, con su propia hija. Una pugna entre Carlos Federico y Ménshikov causó el regreso oficial de la pareja a Holstein el 2 de julio de 1727. Fue aquí donde Ana murió el 4 de mayo de 1728, varios días después de haber dado a luz a su hijo Pedro, futuro emperador de Rusia y origen de la rama Oldemburgo de la Dinastía Románov, la que gobernó el Imperio ruso hasta su caída en 1917. En el momento de su muerte, ella sólo contaba con 20 años. Antes de fallecer, Ana dijo que quería ser enterrada en Rusia. Fue inhumada el 12 de noviembre de 1728 en la Catedral de San Pedro y San Pablo, cerca de la tumba de sus padres.
Según sus contemporáneos, Ana se parecía mucho a su padre. Era ingeniosa, cultivada, hablaba con fluidez el francés, el alemán, el italiano, y el sueco. Es también bien conocido que Ana era afectuosa con los niños y cuidó de su sobrino Pedro Alejandrovich, el futuro emperador Pedro II, que permaneció en la sombra durante el reinado de Catalina I.
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