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Amnistía Internacional



¿Dónde nació Amnistía Internacional?

Amnistía Internacional nació en AI.


Amnistía Internacional (AI, en inglés: Amnesty International), es un movimiento global [1]​ presente en más de 150 países que trabaja para que sean reconocidos y respetados los derechos humanos, reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada en 1948 y en otros tratados internacionales como los Pactos Internacionales de Derechos Humanos. Cuenta con más de siete millones de miembros y simpatizantes.[1]​ Su objetivo es "realizar labores de investigación y emprender acciones para impedir y poner fin a los abusos graves contra los derechos civiles, políticos, sociales, culturales y económicos" y pedir justicia para aquellos cuyos derechos han sido violados.[3]

En el campo de las organizaciones internacionales de derechos humanos, AI es una de las que tiene un historial más largo, la de mayor reconocimiento y, según muchos "es la que establece la referencia en esta área en general".[4]

Desde su fundación, AI trabaja para llamar la atención de la sociedad sobre los abusos contra los derechos humanos, y hace campaña por el cumplimiento de las normas internacionales. Procura movilizar a la opinión pública para presionar a los gobiernos que toleran esos abusos.

Amnistía Internacional es un organismo creado en Londres el 1 de octubre de 1962, tras la publicación del artículo «The Forgotten Prisoners» en The Observer, el 28 de mayo de 1961,[5]​ escrito por el abogado Peter Benenson. Según el historiador Edward Peters, la idea de fundar la asociación surgió de la lectura en 1960 de una crónica periodística que relataba la detención y encarcelamiento de dos estudiantes portugueses por haber brindado por la libertad bajo la dictadura salazarista, aunque esto se ha demostrado luego ser un mito.[6]​ «Desesperando de la eficacia de la protesta individual y nacional, Benenson, con sus colegas Louis Blom-Cooper y Erik Baker, y los miembros del grupo abogados de Justice, fundada en 1957 para exigir el cumplimiento de la Declaración de las Naciones Unidas de 1948, decidió formar una organización cuyos miembros, como individuos, tratasen de lograr la liberación de los encarcelados por sus opiniones, cuidar de que tales presos recibiesen un trato justo, desarrollar el derecho de asilo y ayudar a los refugiados a encontrar trabajo, e instar a la creación de un mecanismo internacional efectivo para asegurar la libertad de opinión y expresión. Benenson y sus colaboradores llegaron a la conclusión de que el medio más efectivo para alcanzar esos fines era la publicidad».[7]

El primer informe oficial de Amnistía Internacional se refirió a la situación de las prisiones en la Sudáfrica del apartheid, se publicó en 1965, un año después de la celebración de un juicio que había develado el uso sistemático de la tortura por la policía sudafricana durante los interrogatorios a los miembros de la mayoría negra detenidos o presos. Algunos murieron como resultado de los golpes, de las descargas eléctricas o de los azotes con el sjambok (látigo hecho de piel de rinoceronte) que recibían.[8]​ Ese año, la organización fue reconocida por la ONU, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la Cruz Roja Internacional, la Comisión Internacional de Juristas y otras asociaciones de derechos humanos, además de conseguir el rango de organismo consultivo del Consejo de Europa.[9]

También en 1965 se publicaron informes sobre el Portugal salazarista y sobre la Rumanía comunista. Al año siguiente publicó un informe sobre el régimen racista de Rodesia.[10]

En 1968, se reunió en Estocolmo la Asamblea Internacional de AI, que adoptó como uno de sus principales fines el cumplimiento del artículo 5 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU de 1948: "Nadie será sometido a tortura o a tratamiento o castigo cruel, inhumano o degradante". El motivo fueron las alegaciones presentadas por la sección sueca sobre las torturas perpetradas por el régimen de los coroneles en Grecia, instaurado un año antes mediante un golpe de estado. De inmediato, AI publicó dos informes sobre el uso de la tortura por el nuevo régimen griego. Ese año, tuvo como resultado la expulsión de Grecia del Consejo de Europa por haber violado nueve de los artículos de la Convención Europea de Derechos Humanos aprobada en 1950. Tras la caída del régimen de los coroneles en 1974, AI publicó el detallado y documentado informe La tortura en Grecia: el Primer Juicio a los Torturadores (1975). Pudo realizarse gracias a la colaboración del nuevo gobierno griego. Según el historiador de la tortura Edward Peters, es "una de las obras clásicas sobre la documentación y las técnicas de tortura de fines del siglo XX".[10]

En 1972, AI inició la Campaña para la Abolición de la Tortura que incluyó un informe publicado en 1973 sobre la tortura desde 1962, lo que desató las protestas de los estados mencionados allí que, por ejemplo, impidieron que AI pudiera utilizar los locales de la UNESCO en París para celebrar su planeada conferencia sobre la tortura.

Ese año, AI también publicó un informe sobre la tortura por el nuevo régimen del general Pinochet instaurado en Chile tras el golpe de estado militar del 11 de septiembre. A este informe le había precedido otro sobre la tortura en Brasil (1972), también bajo una dictadura militar, y al que siguieron otros sobre la tortura en Irán (1976), Nicaragua (1976), Argentina (1976) e Irak (1981).[11]

En 1977 AI recibió el Premio Nobel de la Paz por su «campaña contra la tortura»[12]​ y en 1978 el Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.[13]

En la década de 1980, algunos gobiernos incrementaron sus críticas a Amnistía Internacional. La Unión Soviética alegó que AI espiaba; el gobierno de Marruecos la acusó de defender delincuentes y las dictaduras argentina y chilena prohibieron la difusión de su informe anual 1983.

Durante los '80, AI continuó su campaña contra la tortura y en defensa de los presos de conciencia. También se abordaron nuevos problemas, como las ejecuciones extrajudiciales, transferencias de personal entre el ejército y la policía, homicidios políticos y desapariciones.

Hacia el final de la década creció la preocupación de AI por el creciente número de refugiados en el mundo. Muchos lo eran a causa de guerras y hambrunas pero, tal y como exige el mandato de AI, la organización concentró sus esfuerzos en ayudar a los que habían sido obligados a huir a causa de violaciones de los derechos humanos. Se pedía a los gobiernos que en lugar de aumentar las restricciones a la entrada de solicitantes de asilo actuaran para evitar las violaciones de derechos humanos que les forzaban al exilio.

Además de una segunda campaña contra la tortura, durante la primera mitad de la década hubo dos importantes acontecimientos musicales pensados para que las generaciones más jóvenes conocieran mejor Amnistía y los derechos humanos. En 1986 el tour Conspiración de la Esperanza realizó una serie de conciertos en Estados Unidos y en 1988, para el 40º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, AI organizó el tour mundial ¡Derechos Humanos Ya! A lo largo de seis semanas algunos de los músicos y grupos más famosos del momento actuaron en conciertos en los cinco continentes.[cita requerida]

En 1998 recibió la primera edición del Premio Internacional Jaime Brunet de la Universidad Pública de Navarra a la promoción de los Derechos Humanos.[14]

Los principales objetivos de la Amnistía Internacional son:

AI tiene entre sus objetivos la defensa a las personas migrantes, solicitantes de asilo, refugiadas, desplazadas o víctimas de trata, aumentando su protección legal y física, garantizando que no se les niega su derecho a la educación, a la salud o a la vivienda. Considera a estas personas población vulnerable.

AI ha realizado una serie de investigaciones sobre la temática de refugiados y migración[16]​ y ha dedicado a este tema acciones y campañas prioritarias.

Los datos hablan por sí solos y reflejan la magnitud de la situación de las personas migrantes, refugiadas o demandantes de asilo en el mundo:

En su mayoría, son africanos en cuyos países hay situaciones económicas difíciles (inestabilidad política) o existen campamentos de refugiados con alto índice de población. La situación de la población en Oriente Próximo y algunos países de África subsahariana (entre otros, Eritrea), es tal que los que deciden migrar no lo hacen por motivos económicos, sino por buscar refugio ante la situación de inestabilidad política o guerras en sus lugares de origen. Según AI, estos últimos deberían estar amparadas por la Convención de Ginebra.

El último estudio publicado de AI, titulado El Coste humano de la fortaleza Europa, ponía de manifiesto que, en 2013, el 48 % de todas las entradas irregulares y el 63 % de todas las irregulares por mar a Europa eran de personas de Siria, Eritrea, Afganistán y Somalia, países asolados por conflictos.

Ante esta situación, AI denuncia el esfuerzo de los países de la Unión Europea por cerrarles fronteras. Entre 2007 y 2013, se han gastado dos mil millones de euros en proteger sus fronteras externas, frente a los 700 millones destinados a mejorar la situación de personas refugiadas y solicitantes de asilo. Así, Grecia ha construido una valla de 10,5 km a lo largo de su frontera terrestre de 203 km con Turquía y ha desplegado a casi 2000 guardias costeros desde el verano de 2012. Y España ha invertido 300 millones de euros en proteger sus fronteras, frente a los nueve millones destinados a proteger a las personas.

Ante las dificultades impuestas por los países europeos, los migrantes se ven obligados a intentar rutas cada vez más peligrosas por el mar Egeo y Mediterráneo, viéndose atrapados en países como Libia, Marruecos, Ucrania y Turquía. En algunos de estos países viven en la indigencia, carecen de los derechos sociales y económicos y sufren torturas o violencia.

AI se ha centrado y se centrara entre 2012 y 2015 en mejorar la situación de las personas migrantes, refugiadas de asilo en las regiones siguientes:

Para ello, AI se esforzará en facilitar a los migrantes el acceso a información sobre sus derechos, conseguir que los trabajadores migrantes estén protegidos contra la explotación de los agentes no estatales, ajustar las leyes, políticas y prácticas sobre inmigración a las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, abordando las prácticas abusivas de detención, proteger a las personas refugiadas y solicitantes de asilo contra la devolución a países donde estén expuestas a sufrir graves violaciones de los derechos humanos, buscar soluciones duraderas para las personas refugiadas que no puedan regresar a su país, captar apoyos entre responsables clave de la toma de decisiones en gobiernos, organismos regionales y organizaciones internacionales e influir en ellos para que aprueben políticas que protejan a las personas refugiadas y migrantes y colaborar con organizaciones locales para crear redes de apoyo a las personas refugiadas y migrantes.

Efectúa su acción por medio de:

Se financia por medio de donaciones de sus socios y no solicita ni recibe subvenciones de gobiernos. Busca mantener su imparcialidad de esta forma. Según la web de AI, este tipo de financiación le "permite mantener su total independencia de cualquier gobierno, ideología política, interés económico o religión". Por ejemplo, en 2012 la Sección Española de AI recibió más del 90 % de sus ingresos de sus socios y afiliados.[17]

Entre otras actividades para su financiación, en 2012 AI publicó un álbum recopilatorio de versiones de Bob Dylan, incluyendo a Miley Cyrus, Adele, Kesha, entre otros.

AI es un movimiento de personas, basado en membresía mundial voluntaria, que está representada por entidades de membresía (Secciones y Estructuras) y membresía internacional.

La Asamblea Global es el máximo órgano de decisiones de AI. Está formada por representantes de las entidades de membresía y de la membresía internacional. La Asamblea Global elige a la Junta Directiva Internacional.

La Junta Directiva Internacional (JDI) de AI proporciona orientación global para el cumplimiento de la visión y misión del movimiento, y para que se respeten sus políticas y normas globales.

La gestión diaria de AI está a cargo del Secretariado Internacional (SI), encabezado por un secretario o secretaria general, bajo la dirección de la Junta Directiva Internacional. El Secretariado Internacional de AI tiene las siguientes sedes en todo el mundo:

En alianza con IANSA e Intermón Oxfam, en 2003 se lanzó la campaña Armas Bajo Control. Pedía un tratado que garantizara que los Estados dejan de transferir material militar y policial a lugares donde es probable que sea utilizado para cometer abusos graves contra los derechos humanos. En concreto, recogió un millón de fotografías de rostros que pedían normas internacionales para el comercio de armas pequeñas, causantes de 2000 muertes al día.[18]​ Este Tratado del Comercio de Armas fue adoptado por la ONU en 2013.[19]​ Numerosos países se están adhiriendo a él.

En 2009, AI lanzó la campaña global «Exige Dignidad», cuyo objetivo principal es poner fin a los abusos contra los derechos humanos que mantienen a las personas en la pobreza. En palabras de Irene Khan: «Hace casi 50 años, Amnistía Internacional nació para pedir la liberación de los presos de conciencia. Hoy "exigimos dignidad” también para los presos de la pobreza, para que puedan cambiar sus vidas».

Comienza en 2014 y trata los derechos sexuales y reproductivos: elegir a tu pareja, elegir si tener hijos, educación sexual, salud reproductiva y no sufrir violencia intrafamiliar. Se denuncian los casos más graves de violación de estos derechos: en el Magreb un violador puede evitar su condena si se casa con la víctima,[20]​ en Nepal las mujeres sufren prolapso uterino porque paren muy jóvenes y no hay sanidad materna,[21]​ en El Salvador el aborto está prohibido aunque haya peligro para la vida de la madre.[22]

A pesar de que la tortura está prohibida desde 1984, en 2014 se lanza esta campaña porque aún ocurren torturas en más de 141 países. «En todo el mundo hay gobiernos hipócritas ante la tortura: la prohiben en la ley, pero la facilitan en la práctica», afirmó Salil Shetty, secretario general de AI. Lo que se pide para evitarlas es acabar con la impunidad del torturador (como ocurre en Filipinas), que las confesiones obtenidas bajo tortura no sean aceptadas por los tribunales (como pasa en Nigeria) y que dejen de realizar desapariciones forzadas (como en México).[23]

En 2010, Amnistía Internacional publicó un informe sobre la sanidad en Corea del Norte.[24]​ Al poco tiempo, fue criticado por la Organización Mundial de la Salud que afirmó que el sistema sanitario norcoreano podría ser «la envidia de muchos países desarrollados» y que era «poco científico» porque se basaba en casos «anecdóticos», algunos sucedidos hace años, por lo no que no refleja las mejoras logradas por proyectos llevados a cabo en los últimos años, algunos con la participación de Corea del Sur. Sin embargo, el corresponsal de la BBC en Suiza, donde está la sede de la OMS, informó que se cree que las «diversas agencias de las Naciones Unidas [que] llevan a cabo proyectos de ayuda en Corea del Norte... son reticentes a criticar abiertamente el régimen por miedo a poner en peligro su trabajo allí».[25]

Por otro lado, AI ha elaborado diversos informes sobre el régimen de Corea del Norte, en los que se habla de varios crímenes contra la humanidad, el último de 1995.[26]​ Fue respondido por un portavoz del régimen con la siguiente afirmación: «Amnistía Internacional no ha llegado jamás a Corea [del Norte]. Es más, no han pisado nunca el territorio coreano [del norte], porque si usted insulta a mi familia no le voy a invitar a que venga a mi casa. Por lo tanto, Amnistía Internacional se ha cerrado las puertas por hacer de maquinaria propagandística».[27]

En 2007, la Iglesia católica manifestó que retiraba su apoyo económico a Amnistía Internacional por entender que esta organización apoyaba el aborto inducido. Esta declaración fue reacción a la decisión del Consejo Internacional de AI de defender el derecho al aborto de las mujeres en los casos de violación, riesgo para la salud de la madre e incesto.[28]

Sobre su posición sobre el aborto, Amnistía Internacional indicó que:

Sin embargo, en 2018 AI sí promueve el aborto como un derecho no solo en los casos de violación o riesgo para la salud.[30]

En cualquier caso, desde la Iglesia católica se entiende que esto contradice lo expuesto en los comunicados en los que tratan el aborto como un derecho y en que se critican las leyes que restringen el acceso a una plena salud sexual y reproductiva.[31]

Una de las críticas a AI sobre su informe anual es que incluye violaciones de los derechos humanos cometidas en países donde la organización no tiene presencia, sección ni afiliados, a partir de informaciones periodísticas obtenidas en otros países, a menudo enfrentados políticamente.[32]​ En particular, el Gobierno de Cuba rechaza los informes de AI aduciendo falta de rigor y fiabilidad en las acusaciones de violación de los derechos humanos allí, señalando que tal información es falaz y sesgada. La organización responde que estas acusaciones no tienen en cuenta los métodos de trabajo de AI, que van más allá de presencia física permanente en los países en cuestión. Según la organización, estos métodos se emplean para investigar «de manera independiente e imparcial, tanto situaciones generalizadas como casos concretos».[33]

Ricardo García Damborenea, político español que fue secretario general del Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra (PSOE) y que fue condenado por el caso GAL en 1998, criticó a AI en 1985 diciendo: «No he visto a AI preocuparse por los derechos de una sola víctima del terrorismo […] sin embargo, son capaces de alborotar a redoble de tambor si a un terrorista que tiene catorce muertos a la espalda un guardia civil le da una bofetada». En su web Amnistía Internacional declara: «Desde AI se ha pedido en todo momento que no haya impunidad para los graves abusos cometidos por ETA, pero también que se investiguen las violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad, tal y como recomienda el relator de Naciones Unidas contra la tortura».[34][35]

Se ha acusado a AI de ocuparse con preferencia de los derechos humanos de los delincuentes.[36]​ AI ha respondido: «Amnistía Internacional afirma, de acuerdo con el derecho internacional, que nadie (comprendidos los terroristas) puede ser sometido a penas crueles, inhumanas o degradantes, entre las que AI incluye la pena de muerte. De lo anterior se desprende que Amnistía Internacional, naturalmente, no ha pedido jamás la liberación de terroristas».[37]



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