El Alto Palancia, (en valenciano l'Alt Palància), es una comarca de la Comunidad Valenciana (España), situada en el interior de la provincia de Castellón, concretamente en torno a la parte alta del curso del río Palancia que la recorre en sentido NO-SE. La comarca está atravesada por el camino natural que une la ciudad de Valencia con Teruel, cuya capital es el municipio de Segorbe.
La comarca se encuentra ubicada dentro del ámbito lingüístico del castellano, y limita al norte con la comarca del Alto Mijares, al este con la Plana Baja y el Campo de Murviedro, al sur con Los Serranos y el Campo de Turia y al oeste con la comarca aragonesa de Gúdar-Javalambre.
La comarca se encuentra situada en el dominio ibérico siendo un punto de transición entre los altiplanos turolenses y la llanura costera valenciana, por ello las máximas alturas se dan en el interior.
Se pueden distinguir cuatro unidades de relieve principales:
En la comarca se presenta un clima mediterráneo si bien existen zonas en que este se encuentra modificado tanto por la altura como por la lejanía del mar lo que le otorga un cierto matiz continental. En la zona baja del valle no son frecuentes las nevadas, aunque sí las heladas, y conforme vamos ascendiendo de altitud empiezan a ser más frecuentes dichos fenómenos hasta el punto de que la sierra de El Toro suele ser una de las primeras zonas del territorio valenciano en ver la nieve.
La economía de la comarca ha estado basada en la agricultura de secano (a pesar de existir importantes zonas de regadío en la parte baja del valle) lo que ha hecho que por su poca rentabilidad haya sufrido un proceso de despoblación a lo largo del siglo XX atenuado en los últimos años por la llegada de inmigrantes de otros países.
La población actual es de habla castellana, de la variedad del español denominada castellano oriental, que tiene como base fundamental el navarro-aragonés, extendido por Aragón, Valencia y Murcia a partir de la Reconquista. Algunos de sus municipios, sin embargo, fueron de lengua valenciana durante siglos, como atestiguan elementos de la toponimia y, sobre todo, los archivos de la Sede segorbina. La generalización del castellano en la comarca fue, en todo caso, muy posterior a la repoblación establecida a raíz de la expulsión de los moriscos de 1609 (la carta de población de Soneja y Azuébar, por ejemplo, fue redactada en valenciano, como valencianos son muchos nombres y apellidos que en ella se recogen). Hoy en día, a sus habitantes aún se los conoce, junto con los de la Hoya de Buñol y Los Serranos, con el mote de "churros".
El nombre histórico del Alto Palancia es el de Valle de Segorbe, al cual también pertenecían los municipios de Villanueva de Viver, y Fuente la Reina (actualmente en el Alto Mijares). Esta antigua delimitación aparece en el mapa de comarcas de Emili Beüt "Comarques naturals del Regne de València" publicado en el año 1934. La primera vez que aparece el Alto Palancia como tal, fue en la propuesta comarcal de Joan Soler i Riber, y además, incluía el municipio de Alcublas.
Por sus características montañosas y la baja densidad de población el medio natural es muy importante, hasta el punto de existir dos parques naturales declarados por la Generalidad Valenciana, la Sierra de Espadán y la Sierra Calderona y cuatro parajes naturales municipales como la Dehesa de Soneja, el Pozo Junco, Peñaescabiay el monte la Esperanza
La comarca está cruzada en dirección noroeste-sureste por la vía verde de Ojos Negros.
Existen además, enclaves turísticos, como son la Cartuja de Vall de Cristo y el Santuario de la Cueva Santa, sitos ambos en la población de la Altura.
El Alto Palancia se caracteriza por tener una gastronomía de transición entre la valenciana y la aragonesa. Es una cocina sencilla basada en la calidad de las materias primas. Sin duda los productos más importantes son los de origen animal destacando embutidos como la longaniza, el chorizo, la morcilla (de arroz, de cebolla o de pan) o la güeña, el jamón o la carne de cordero. Los productos de origen vegetal son muy importantes destacando el aceite de la sierra de Espadán, obtenido a partir de la variedad serrana, autóctona de la comarca, que tiene justa fama desde época medieval y está en trámites de obtener la denominación de origen o las frutas que se obtienen en los regadíos del valle medio como las cerezas, nísperos, caquis o manzanas. Los platos más típicos además de la paella son el arroz al horno, el empedrao, el arroz con acelgas y sobre todo las diversas ollas. En cuanto a los postres, son de destacar los pasteles de boniato o de cabello de ángel, rosigones, tortas cristina, torta de manzana y los rollitos de anís o huevo.
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