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Abies es un género de árboles de la familia de las pináceas, dentro de las coníferas. El género comprende 55 especies conocidas como abetos, 33 de las cuales pueden considerarse como primarias y las 22 restantes como secundarias o tal vez subespecies de las anteriores. Crecen principalmente en bosques de coníferas de Asia central y oriental, centro y sur de Europa y Norteamérica. Su altura varía de 10 a 80 m.
Los abetos se distinguen de otros miembros de la familia de los pinos por sus hojas en forma de aguja que están unidas a la rama por un pie que recuerda a una pequeña ventosa y por sus frutos: conos cilíndricos de entre 5 y 25 cm de largo, compactos, con escamas o brácteas, que se yerguen erectos sobre las ramas, agrupados cerca de la parte superior. Al madurar, estos conos no se desprenden del abeto como las piñas de los pinos, sino que en este caso se descomponen liberando los piñones.
La identificación de las especies se basa en el tamaño y disposición de las hojas, el tamaño y forma de los conos y en si las brácteas de los mismos son largas y extendidas o cortas y escondidas dentro del cono.
Están estrechamente emparentados con los cedros.
El género fue descrito por Philip Miller y publicado en The Gardeners Dictionary...Abridged...fourth edition vol. 1. 1754.
Abies: nombre genérico que viene del nombre latino de Abies alba.
El género Abies se divide en las siguientes diez secciones en las que se reagrupan las distintas especies.
La madera de la mayoría de los abetos se considera inferior y a menudo es utilizada como pulpa en la fabricación de contrachapados y en la construcción. Debido a que estas especies no tienen cualidades de resistencia a los insectos o a la putrefacción después de ser talados, se dedica generalmente a la carpintería interior, como puertas o marcos de puertas. Esta madera expuesta al exterior dura entre 12-18 meses, dependiendo del tipo de clima al que se exponga.
El abeto del Cáucaso (A. nordmanniana), el abeto noble (A. procera) y el abeto balsámico (A. balsamea) son muy populares como árboles de Navidad, generalmente se consideran los más adecuados para este propósito, ya que tienen follaje aromático y no pierden demasiadas hojas en las condiciones secas del interior de una casa. Muchos son también árboles ornamentales de jardín, especialmente el abeto de Corea (A. koreana) y Abies fraseri que producen conos de brillante colorido incluso en especímenes muy jóvenes (1 a 2 m de alto).
Las larvas de algunas especies de lepidópteros se alimentan de ellos, entre ellas Chionodes abella (documentada en abeto del Colorado), Epirrita autumnata, Korscheltellus (una plaga del abeto balsámico), Ectropis crepuscularia, Eupithecia subfuscata, Erannis defoliaria, Panolis flammea) y las polillas tortricidas Cydia illutana (cuyas larvas se alimentan de las escamas de los conos del abeto común) y C. duplicana (de la corteza del abeto común alrededor de heridas o antracnosis).
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