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Íñigo López de Mendoza y Quiñones



Íñigo López de Mendoza y Quiñones, (n. Guadalajara, Corona de Castilla; 1440-Granada, España; 20 de julio de 1515), fue un aristócrata español, I marqués de Mondéjar y II conde de Tendilla, conocido como El Gran Tendilla, de la Casa de Mendoza, era hijo de Íñigo López de Mendoza y Figueroa, I conde de Tendilla, y nieto del poeta y poderoso señor Íñigo López de Mendoza, el marqués de Santillana. Se educó en la casa de su abuelo, pero recibió su aprendizaje político y militar en casa de su padre y de su tío el cardenal Mendoza.

Se educó en la casa-palacio que su abuelo tenía en Guadalajara, ciudad donde probablemente nació. Pero recibió su aprendizaje político y militar junto a su padre, embajador ante el papa Pío II en el concilio de Mantua,y de su tío el poderoso cardenal Mendoza.

Sucedió a su padre en 1479 como conde de Tendilla y acudió a las Cortes de Toledo de 1480 a rendir obediencia a los Reyes Católicos y ofreciendo sus servicios para la conquista de Granada. Nombrado alcaide de Alhama, tuvo que defenderla en 1484-1485, de su propio pecunio, ante los intentos de reconquista del sultán Muley Hacén de Granada.

En 1486, los Reyes Católicos le nombran embajador ante el papa Inocencio VIII. Las instrucciones que lleva, son muy amplias: tratado de paz entre el papa y el reino de Nápoles, renovación de la bula favorable a la cruzada de 1482, reforma de la iglesia y presentación por el rey en el nombramiento de los obispos. También logró del papa el reconocimiento de los hijos ilegítimos de su tío el canciller Pedro González de Mendoza, el cardenal. El pontífice regaló al conde una espada, actualmente conservada en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid. También en Roma, el conde conoció al humanista Pedro Mártir de Anglería con quien mantendría una profunda amistad y al que se trajo a España, en calidad de preceptor de sus hijos.

Al regreso de Italia ya en agosto de 1487 volvió a la campaña contra el reino nazarí de Granada tras ser nombrado adelantado mayor de Andalucía, teniendo a sus órdenes a Gonzalo Fernández de Córdoba llamado el Gran Capitán. Actuó en múltiples combates y ostentó varios cargos durante la guerra, Alcaide de Alcalá la Real.

Tras la conquista de Granada a Boabdil, en enero de 1492, el rey Fernando le nombró alcaide de la Alhambra y capitán general del Reino de Granada.

El conde sujetó el primer levantamiento morisco en Granada, 1500-1502, inducido por las conversiones masivas, impuestas por Cisneros, conocido como la revuelta del Albaicín. Luego mandaría las tropas contra los moriscos, sublevados nuevamente en las Alpujarras, junto al Gran Capitán y el rey Fernando.[1]

A la muerte de la reina Isabel, en 1504, solo el futuro duque de Alba en Castilla y él en Andalucía se mantuvieron fieles a Fernando el Católico, frente a los que apoyaban a Felipe el Hermoso, actuando en contra de los intereses del III duque del Infantado. Mantuvo también desavenencias con su primo, el marqués del Cenete y con el Gran Capitán, cuando estuvo en su destierro de Loja.

Íñigo López de Mendoza falleció en Granada en 1515 y pocos días antes de su óbito dictó testamento a su secretario Juan de Luz, hijo del artillero y vecino de la Alhambra Gonzalo de Luz. Fue enterrado en la capilla del convento de San Francisco de la Alhambra (hoy parador Nacional),[2]​ donde también reposaban los restos de la reina Isabel y donde un año después reposarían los restos de su admirado rey, a la espera de ser trasladados a su enterramiento definitivo, la Capilla Real.

Se casó en primeras nupcias con su prima Marina Lasso de la Vega y Mendoza,[3]​ que aportó al matrimonio parte de la villa de Mondéjar, que acabaría de comprar a los Reyes Católicos durante su embajada italiana. Fallecida la esposa en 1477 sin tener descendencia, Íñigo se volvió a casar en segundas nupcias en 1480 con la noble castellana Francisca Pacheco (m. 1507), hija de Juan Pacheco, marqués de Villena,[3]​ y tuvieron varios hijos:

En septiembre de 1512 obtuvo de Fernando el Católico, el título de marqués de Mondéjar, ratificándolo nominalmente la reina Juana I de Castilla.

Tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos, en enero de 1492, el rey Fernando lo nombró alcaide de la Alhambra. Hasta el siglo XVIII, su familia mantuvo el cargo de alcaide y la residencia en el palacio de Yusuf.



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